Impresiones desde Bolivia: un país reclama la salida al mar
La Paz es una ciudad diferente cada día. En jornadas previas al sábado 11 de marzo, era común encontrarse en el centro, cercano a la iglesia San Francisco o en el Paseo del Prado, a grupos de organizaciones políticas y sociales, recorrer las calles con su fragmento de la bandera que simboliza el reclamo de salida al mar a Chile luego de un dictamen favorable del Tribunal de La Haya, donde el próximo 19 habrá sesiones hasta el 28 de marzo, en la que se escucharán los alegatos orales.
Por Alejandro C. Tarruella, desde La Paz, Bolivia
Marchaban silenciosos y de pronto lanzaban consignas alusivas ante miles de personas que apoyaban la movilización. La disputa se dirime en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
El sábado, la carretera que une La Paz y Oruro registraba el formidable espectáculo de miles de personas llevando en unos 200 kilómetros la bandera color azul mar, mientras que desde el helicóptero que lo llevaba, el presidente Evo Morales observaba la movilización. “Hemos registrado, desde (la localidad de) Apacheta hasta el guardatojo (casco) minero, 196,5 kilómetros de la bandera de la reivindicación marítima, récord mundial” (desde la localidad de Apacheta, en la ciudad de El Alto, a la Plaza Casco del Minero, Oruro), anunciaba Morales conmovido por el hecho que registraba la unidad de los bolivianos. La televisión cultural boliviana, canal 94, ilustraba que el reclamo había sido reconocido por diferentes presidentes de Chile, como Jorge Alessandri Palma, que planteaban dar una solución al conflicto.
El mandatario está convencido de que se demostrará en “la Corte Internacional de Justicia y a todos los habitantes del planeta que nuestra causa es justa, razonable y solvente”. Reveló además que en más de una oportunidad la propia Michelle Bachellet, que entregó la banda presidencial a Sebastián Piñera el domingo 12, le había adelantado que iban en camino a una solución. Morales, además, aclaró en más de una ocasión que el reclamo contaba incluso con la adhesión del pueblo chileno, de manera que no era un conflicto sin salida. En tanto, el Instituto Geográfico Militar de Bolivia tomaba nota de la dimensión de la marcha y el largo de la bandera.
Bolivia es hoy otro país en la gestión de Morales. Se puede ver en los hospitales, las carreteras, la construcción, en la vibración de las calles donde la actividad comercial es pujante y deja ver a los pequeños propietarios ofreciendo sus ventas. El Alto se renueva a diario mientras miles de personas llegan en vehículos o en el trazado sorprendente del telesférico, que surca el espacio con unidades modernas que repiten sus servicios minuto a minuto. En la cultura hay muestras inexcusables, aunque falten más expresiones, de una actualización.
Bolivia es hoy otro país en la gestión de Morales. Se puede ver en los hospitales, las carreteras, la construcción, en la vibración de las calles donde la actividad comercial es pujante
La Cinemateca Boliviana presenta ciclos de cine a precios acomodados y difunde a grandes cineastas, Marcos Loaysa y su notable filme “Averno”, la reconocida directora, guionista y actriz Denisse Arancibia, “Las Malcogidas”, consagrada en su estreno mundial en el Bafici el año anterior. Denisse es puro compromiso artístico y social al consagrar su visión crítica a fundar un país al que mira en la sensibilidad de su época.
En literatura, el Día Internacional de La Mujer, la escritora de literatura infantil y juvenil, y documentalista (autora de “La abuela grillo”, que llegó a la pantalla en una animación que realizó junto a Alfredo Bis Ovando), presentó “El color de la saya”, una narración ambientada en torno a la vida de la comunidad afroboliviana de las Yungas, Coroico. La presentación a cargo de la escritora argentina Mercedes Pérez Sabbi y la presentadora afrocubana (periodista del canal de la cultura) Saraí Amoros, se realizó a sala llena en el centro cultural Patiño. “Es un cuento que se basa en una investigación de dos años sobre la presencia de los afrodescendientes en la literatura infantil boliviana. Vengo realizando un trabajo sobre presencia afro en latinoamericana y trabajando sobre testimonios en diferentes países”, expresó la autora a Infobaires24.
La música popular del país tiene en Ernesto Cavour, charanguista, luthier, a un exponente de registro internacional que cada sábado ofrece un recital en el museo de instrumentos de su gestión en la histórica calle Jaén. Apura el camino de grandes artistas como las cantantes Luzmila Carpio, Emma Junaro, Matilde Cazasola o Jenny Cárdenas, consagradas en arte propio bajo el viento de los cambios.
La vibración de la vida cotidiana, el apoyo masivo de la población sobre la base de las comunidades orginarias, desde los aymaras a las diferentes etnias que componen la república plurinacional, no soslaya la reacción de los que quieren devolver al país a tiempos pasados, es un sentimiento insoslayable para quien conoce el país y regresar a sus caminos. Hay un hecho incontrastable en el hacer de las calles. En el presente, un ciudadano nativo que sigue la tradición de los siglos, se para frente a un visitante, lo mira a los ojos bien plantado, y lo saluda con la dulzura habitual de los bolivianos.
Antes de Evo Morales y la transformación, muchos de esas mujeres y hombres se detenían y miraban al piso como temiendo por la presión de una injusticia de siglos, siempre mostrando su calma propia, filosófica. En ese trajín de comunicarse, sencillo, acaso invisible para quien no lo observa, está en parte la respuesta de un país de pie que vive el presente animado, a veces feliz, en la sabiduría que los tiempos son otros y ahora la tarea es profundizar la unidad, reclamar el mar y caminar por fin, con la frente alta.