
Según Estudio Mundial:Los argentinos adultos mayores viven mejor
Se trata de la clasificación Global Age Watch 2014, elaborada de manera anual por la entidad británica de ayuda a la vejez HelpAge International, que combina cuatro factores: seguridad de los ingresos, salud (esperanza de vida y bienestar psicológico), capacidades (posibilidad de trabajar o educarse, por ejemplo) y entorno (seguridad, libertad cívica y relaciones sociales).
«Argentina rankea alto en el índice, en el puesto 31 a nivel general. Rankea alto en seguridad del ingreso (17), con el ingreso per cápita más alto, una de las tasas de cobertura con pensión más alta de la región (90,7%) y una baja tasa de pobreza entre ancianos 10,4%), cuando el promedio regional es de 20,1%», destacó el reporte.
En ese sentido, el estudio determinó que «90% de los argentinos mayores de 65 años está cubierto actualmente por una pensión», lo que deja al país en tercer lugar regional, detrás de Uruguay y Bolivia.
En cambio, según el informe la calidad de vida de los ancianos argentinos es de término medio en el ámbito de las capacidades, «con un porcentaje de empleo de 59,2 por ciento, por debajo del promedio regional, y de 35 por ciento en posibilidades de estudiar, encima del promedio regional.
«La población mayor está muy bien educada. El porcentaje de analfabetismo es bajo, de 3,1%. Y 39% de la gente mayor de 60 años ha terminado la primaria, y cerca de 30% terminó la secundaria o la educación superior», precisó el estudio.
Argentina también rankea a nivel moderado en el rubro salud (40), debajo del nivel regional para años de expectativa de vida después de los 60 años.
En ese aspecto, el capítulo relativo al país precisó que las personas con 60 años pueden esperar una sobrevida de 21 años, de los cuales 16,6 serán con buena salud.
Por el contrario, la Argentina quedó ubicada en puestos bajos en cuestiones de «entorno» (puesto 66 de 96), debido a la escasa satisfacción de la gente mayor en áreas como seguridad (41%) y transporte público (52%), frente a los promedios regionales de 42,3% y 61,5% respectivamente.
En la comparación regional, el puesto 31 de Argentina la deja detrás de Chile (22), Uruguay (23), Panamá (24), Costa Rica (26) y México (30), pero delante de Ecuador (33), Perú (42), Bolivia (51), Colombia (52), Nicaragua (54), El Salvador (57), Brasil (58), República Dominicana (62), Guatemala (63), Paraguay (66), Honduras (75) y Venezuela (76), el peor de América Latina.
Al tope del índice, cuya difusión coincide con el Día internacional de los ancianos de la ONU, quedaron ubicados Noruega, Suecia, Suiza, Canadá y Alemania.
Según datos de la ONU, las personas mayores de 60 años son el 12 por ciento de la población mundial, unos 868 millones, segmento que para 2050 se estima será el 21 por ciento.
«El índice nos dice que el crecimiento económico no basta por sí solo para el bienestar de las personas mayores y que hay que poner en marcha políticas específicas que aborden las implicaciones de envejecer», explicaron los encargados de difundirlo.
Mónica Roqué, titular de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores que depende del Ministerio de Desarrollo Social, relativizó la medición. «Ellos tienen que contemporizar entre países desarrollados y subdesarrollados y nosotros estamos peleando por la jubilación de las personas mayores –recordó–. Creo que estamos más alto de lo que nos dicen«, agregó al ser consultada. Roqué citó la primera encuesta que realizaron en la dirección que lidera junto al INDEC entre un universo de 4656 mayores de 60 años. El sondeo estableció aspectos cuantitativos y cualitativos, en algunos casos, sorprendentes, como que el 80% mantiene una vida sexual activa –»Con lo cual hay que repensar los programas hasta ahora sólo destinados a la adolescencia y la juventud», comentó Roqué– o un 78,6% que se siente «extremadamente» o «muy» satisfecho con su vida.
Por otro lado, la funcionaria subrayó la cobertura previsional que alcanza al 95% «y la presidenta quiere que llegue al 100, cuando en el mundo entero el 80% no tiene ninguna»; o la atención domiciliaria que tiene un alcance mayor que Portugal o igual que en Italia, «gracias a una política activa de la ministra Alicia Kirchner que adoptó apenas asumió».
En el debe, Roqué mencionó que trabajan junto al diputado nacional Remo Carlotto en un proyecto de ley de protección integral de las personas mayores y, por otro lado, con políticas para romper el imaginario y los estereotipos de la vejez, como la tercera campaña de promoción del buen trato lanzada ayer y ubicar a los adultos mayores como sujetos de derecho. «De los 6 millones de adultos mayores que hay en el país, hay un millón que realizan todos los días tareas voluntarias como cuidar a los nietos o personas enfermas», ejemplificó.
Fuera del ámbito gubernamental, Mónica Navarro, directora de la especialización en Intervención y Gestión Gerontológica de la Universidad Nacional de Tres de Febrero –que va por el cuarto ciclo lectivo– también ponderó en primer lugar la cobertura previsional, que conlleva asistencia médica vía PAMI. Pero cuestionó el entorno porque no hay una previsión de espacios amigables para circular con menores riesgos además del transporte o el espacio físico tan plagado de veredas rotas y tan carente de rampas, lo que provoca que los adultos se replieguen y tengan menos estímulos.
«Argentina ya está dentro de los países más envejecidos de Latinoamérica con Uruguay y Cuba y estamos equiparando el de Europa y eso es bueno y es malo -comentó Navarro-. En Europa ya venían con políticas que ahora están en crisis por la crisis económica y nosotros estamos en el camino inverso. Pero empezamos a preparar y a formar recursos humanos. El problema no es envejecer, lo que preocupa es cómo y la dependencia -por necesidades de cuidado por causas diversas-, que es un fenómeno que se desencadena entre las personas y se convierte en un problema social y político».
Esa dependencia a la necesidad de cuidado genera que ante la ausencia de familiares que puedan hacerse cargo, la responsabilidad recaiga en el Estado, donde hoy por hoy se debaten políticas e ideas al igual que en el sector privado. «Estos datos y realidades no figuran en este índice internacional», recordó Navarro.