El Papa recibió el cuadro del varelense Menasché
Y como lo había soñado, el artista plástico local llegó al Vaticano para entregar en mano su obra, a nada más ni nada menos que el Papa Francisco. El maestro del fileteado, Sergio Menasché, regresó de Roma y relató la vivencia casi más importante de su vida.
Cabe recordar que todo comenzó el 17 de Diciembre pasado, dia del cumpleaños del Papa Francisco. Menasché estaba retratando al Papa cuando se enteró por la radio que ese día cumplía años. Se hizo tomar una foto del cuadro y la subió a la red social de Facebook. Su hijo Diego hizo el comentario a un músico que integra su banda y este tiene como amiga a una joven que Jorge Bergoglio (Francisco) quiere como a una sobrina. La foto llegó al Vaticano via mail y desde allí enviaron un mensaje a Menasché invitándolo a reunirse con el Santo Padre. El encuentro se llevó a cabo el 18 de Febrero pasado. La foto que ilustra esta nota marca el sublime y emocionante momento que ha vivido nuestro gran artista y mejor persona, como lo es Sergio Menasché.
«Fue algo inolvidable para mí, fue maravilloso, increíble. Desde el comienzo, cuando el avión estaba a punto de aterrizar, veía una danza de nueves de colores ocre, amarillo, blanco, plata, celeste. Eran nubes escalonadas y en espiral. Una cosa que jamás en mi vida había visto. Esa imagen la voy a trasladar a un cuadro, jamás vi algo igual en mis viajes. Uno a veces dice para sus adentros, mirá que recibimiento me están haciendo, con semejante danza de nubes» (risas), dice el artista que describe con detalles precisos cada momento vivido. Y no es para menos. Menasché retrató al Papa Francisco, cerró sus ojos deseando poder entregarle en mano su obra y cuando los abrió estaba ante el representante de Dios en la Tierra.
«Yo llegué a la puerta de Santa Ana, del Vaticano, a las 6.45 de la mañana, cuando la audiencia era a la 8 horas. Ya había gente (Sergio habla en plural pues fue acompañado con su hijo Diego de 34 años), muy poquita pero había. Una hora después, la fila era de una cuadra y media. Jamás me di cuenta de la llegada de la gente, por los nervios que tenía ante semejante momento. Nos acreditamos, se fijaron si estábamos en la lista, nos hicieron transitar por un caminito empedrado, por entre unos edificios descomunalmente grandes y monseñor Kartcher pasó lista. Me quedé asombrado cuando me mencionó en tercer lugar. Me preguntó si yo traía el cuadro. Hace meses que estoy con este cuadro, le dije risueñamente. Para mi pasaron mil años de andar con el cuadro por distintos lugares. Esperaba ese momento, de poder entregarlo.»
El artista reflejó en su relato la conmoción interna que vivió en esa jornada y con la que luchó para llegar entero frente a Francisco. Y ahí estaba con su cuadro Menasché. Asi lo relata: «Estaba conmovido por encontrarme con semejante personaje. A esto se le agregaban las paredes, los techos, las esculturas que me iban acompañando en el trayecto. Uno llega a pensar que hubo un error del arquitecto en construir eso, porque era enorme. Increíble. Salimos a la plaza y nos destinaron a un lugar especial. Quedé asombrado porque me pusieron delante de todo. Frente a la valla. Comenzó la misa en siete idiomas diferentes. Muy interesante porque a medida que iban hablando en cada idioma los fieles de cada lengua gritaban. Muy lindo porque se destraba el acartonamiento que tienen las misas. Al final de la misa Bergoglio se levantó y comenzó a saludar a las personas que estaban detrás del vallado. A medida que se iba acercando yo ya estaba cada vez más nervioso. Enmudecido, a tal punto que cuando llega, no me había dado cuenta. Estaba distraído por dos razones: detrás de mi había una señora con una foto en sus manos de una nena gravemente enferma. Vi la foto y la nena estaba con respirador. Me dio cosa. Para mi adentro pensé: yo estoy para obsequiarle un cuadro al Papa y esta señora viene desesperada para que el Papa la bendiga y sane a la nena. Entonces había que acomodar prioridades, estaba ella primero. La señora que está mirando el cuadro, en la foto, cuando se lo entrego al Papa, es la señora que tenía la foto. A mí se me mezclaba eso, con los nervios y la presencia de mi hijo que fue el gestor de esto. Se ve que Dios escuchó mi pensamiento y me dijo vamos a ser breves y concisos para darle la prioridad a esta mujer que necesita ayuda.»
-¿Optaste por esto?
-No es que le di el lugar a la señora. Creo que me autolimité, ahorré palabras.
-¿Te habían dicho que tiempo tenías para entregar el cuadro?
-No, no. Evidentemente ese tiempo lo maneja el Papa. Si algo de increíble tiene este hombre son tres cosas que me quedarán grabadas en mi cabeza para toda la vida: la mansedumbre, la sagacidad y la inteligencia para manejar semejante cantidad de personas, ser breve y todos quedar bendecidos. Llegó Francisco y le muestro la obra. Intento explicarle, a mi manera de sentir, acerca de lo que es el cuadro.
-¿Le dijiste que sos de Florencio Varela, de cómo nació la idea del retrato?
-No, no (Risas) Era evidente que era de Argentina. Primero había escuchado que a unos 20 metros cantaban tímidamente el Himno Nacional. No había necesidad de decirle que era Argentino. Ahí estaban hablando dos argentinos con un cuadro de por medio. Un ser humano con otro ser humano. Un cristiano con otro cristiano.
-¿Qué le dijiste?
-Estaba casi duro. Mi hijo levantó la mano y le dijo Francisco!!!, con un tono muy familiero y con los nervios que también tenia le dijo. «Este es mi papá» y me señaló. Le muestro el cuadro y le digo: esta obra la hice en nombre de todos los argentinos, con el afecto que le tenemos y le pido por favor que no tome esto como una vanidad, porque yo sé que a usted mucho no le puede llegar a gustar un retrato, pero lo hice con total respeto. Mientras yo le hablaba, el miraba la obra y después de observarla me mira a los ojos con una tranquilidad increíble y me dice: «Se nota que está hecho con el corazón, no hay nada más que decir» Nos tomó de las manos a los dos y nos bendijo. Tiene unas manos muy suaves y de hecho no se la soltaba. En ese momento sentí una comunión de energía que me pasó este hombre. No fue necesaria la palabra. No fue necesario ni siquiera decir gracias. Ni felicitaciones. Fue un encuentro, una mirada, su palabra y la entrega del cuadro. Yo pensaba que ahora le tocaba a la señora hablar de la niña enferma. Sin despedirnos, nos miramos y me fui con mi hijo para la salida. Nos entregaron un Rosario bendecido a cada uno y eso fue todo.
-¿Todo?
-No, habíamos llevado un paquete de Defensoría del Turismo y se lo entregamos a un asistente.
-¿Y el cuadro?
-Francisco se lo entregó a un asistente y este lo llevó a un lugar, al fondo. Cuando salíamos busqué el cuadro con la mirada y lo vi con otras cosas que recibió Francisco. Ahí me dije misión cumplida. La idea era que lo reciba una persona que tome en serio el sacrificio del artista. No hay lucro de por medio en esto. Yo quería la bendición del Papa para poder seguir pintando y poder mantener a mi familia, de acá hasta que Dios diga basta, en forma decente y con el don que Dios me dio, que es el don de la pintura.
-¿Francisco no tuvo la explicación de la obra?
-Si, se la escribí en la parte posterior del cuadro. Toda la simbología quedó alli. Al comienzo le puse «Reza por mí, rezo por ti» y además escribí: “Cada pincelada, una oración” Y es la verdad, ocurrió. Cada pincelada fue una oración.
El artista relató todo lo que vio en Roma. Regresó asombrado del arte moderno. Solo un detalle marcó lo visto: Sacó 1900 fotografías digitales en los siete días que duró su estadía. «Casi me echaron, no me podían despegar de los museos. Una cosa es ver las obras de arte en catálogos y otra cosa es tocarlas. Sentir con los dedos la pincelada del artista. Toqué las telas con libertad absoluta. Buscaba los rayos infrarrojos y no estaban (Risas) Fue une experiencia increíble. Dos cosas. Agradezco a la compañía aérea «Air Europa» que nos llevó sin pagar un peso y a la Defensoría del Turismo de la Ciudad de Buenos Aires. Más no puede pedir un artista. La obra llegó a manos del destinatario y fui yo el que la entregó, nada más que al Papa” (Mario Lettiere)