Tras la contundente victoria del Frente de Todos a nivel nacional y provincial, las caras largas invadieron los bunkers de Cambiemos, incluso en distritos en donde el oficialismo todavía no perdió. En varios municipios adictos al macrismo la alegría por el triunfo fue efímera, ya que temen, y con razón, que la avalancha de votos de Alberto Fernández y de Axel Kicillof termine aplastando también a muchos jefes comunales.
Escribe Claudio Siniscalco
En el caso de Dolores, hay varios motivos que sustentan esta preocupación por parte del oficialismo. Veamos:
Un intendente derrotado. A pesar de haber ganado las PASO por un puñado de votos, Camilo Etchevarren luce derrotado, desgastado, a veces muy nervioso, como si cargara una mochila muy pesada, que no es otra que una gestión de 12 largos años en los que los dolorenses fueron acumulando demandas insatisfechas que no quieren seguir postergando.
Un candidato que se sabe ganador. Por su parte, Facundo Celasco muestra la otra cara de la moneda. Se encuentra en la cresta de la ola, tanto a nivel personal como de trayectoria y presente político. Su empuje, su vitalidad, sus convicciones y, por qué no decirlo, su alegría, transmiten la imagen del dirigente a quien todos le confiarían una responsabilidad que él a su vez está preparado para asumir.
En definitiva, la realidad de Dolores nos ofrece una gestión agotada con un mandatario derrotado; frente a un proyecto superador con un candidato sólido. Sobre estas razones de base opera el “efecto avalancha”. No se basta por sí mismo. Actúa sobre estas causas que ya existían, brinda un empujoncito, un envión adicional para llegar a la meta.
Algunos lo llaman “voto a ganador”, pero en caso de que lo sea, va más allá de la motivación psicológica de no votar al que va a perder. Ese plus ganador que convertirá en Intendente de Dolores a Facundo Celasco es emotivo pero a la vez racional. Se basa en los atributos de Facundo, pero también en la evidente conveniencia de alinear Nación, Provincia y Municipio bajo un mismo signo político.
Y el beneficio de esta triple alineación para los ciudadanos de Dolores se hace más visible si consideramos que el foco de esas gestiones estará puesto en la educación, la vivienda, el trabajo, la salud, es decir, en mejorarles la vida a todos los habitantes en el marco de un proyecto de desarrollo, que debería ser siempre el objetivo de la política, aunque sabemos que muchas veces no lo es.
