Luego de ver cómo un hombre metía a su hijo dentro de un contenedor de basura en busca de comida, Fernando Ríos decidió abrir la primera “heladera social”, una idea que tenía desde hace cuatro años.
El hombre, dueño de una verdulería y un restaurante de comida vegetariana, junto a sus socios, que gerenciaban varios locales de comida, eran testigos desde hace tiempo de cuánta comida se tiraba; lo que inspiró al proyecto solidario.
En lugar de tirar la comida que no se vende en los locales, se incentivó a los comerciantes a colocarla en una heladera en la calle para que las personas que no pueden pagar puedan retirarla de manera gratuita.
La “heladera social” tucumana fue noticia rápidamente y poco después se sabía de otra en Iguazú, en Córdoba, en Capital, en Catamarca, en Chaco, y ahora en Mendoza.
La idea solidaria llegó esta vez al corazón de profesores y estudiantes del instituto Arrayanes, un lugar de la zona céntrica mendocina donde se enseña gastronomía. Justamente, en la puerta de la institución, fue puesta la primera heladera, de donde quienes lo necesiten pueden sacar comida totalmente gratis.
la idea es que las personas que no tienen para comer puedan retirar las porciones que necesiten, pero también, que cualquiera pueda dejar allí porciones de comida
Según explicaron a Unidiversidad, la idea es que las personas que no tienen para comer puedan retirar las porciones que necesiten, pero también, que cualquiera pueda dejar allí porciones de comida.
La condición es que esté bien envuelta y que especifique qué es y cuándo fue elaborado, por las dudas de que quede varios días en el refrigerador.