Un aumento que cuesta mucho más que dos pizzas

Por Eva Sacco especial para Infobaires24.com.ar
La energía es un bien muy importante tanto para las familias como para las industrias. Sin embargo, ¿Esto basta para justificar los subsidios al consumo energético? Desde la teoría económica encontramos varios motivos, aunque el gobierno de Cambiemos decidió eliminarlos casi completamente.

Los economistas keynesianos explican que el crecimiento económico está relacionado directamente con la demanda de bienes y servicios de toda la sociedad. El papel del Estado como motor de la economía es central, especialmente en situaciones recesivas donde la inversión privada no tiene el empuje necesario para mantener altos niveles de empleo. Si consideramos específicamente el rol de los subsidios al consumo energético, los mismos son importantes tanto por el lado del consumo como por el lado de la inversión ya que constituyen una transferencia neta de recursos para las familia. Para las empresas constituye tanto la estabilidad del precio de un insumo clave, como el incremento en la rentabilidad de la inversión.

La escuela estructuralista constituye una corriente de pensamiento económica nacida en Latinoamérica y que intenta dar cuenta de las problemáticas específicas de los países en desarrollo como la Argentina.  Uno de los principales problemas de nuestra economía es la estructura económica desequilibrada: coexisten un sector altamente productivo dedicado a la actividad primario-exportadora y un sector industrial muy heterogéneo con un nivel de competitividad muy inferior a las prácticas internacionales. A pesar de esto el sector industrial es muy importante porque genera trabajo para toda la población, cosa que el sector primario no puede hacer.

A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, Alemania, Corea u otras economías desarrolladas, la industria de las estructuras económicas desequilibradas no produce divisas -o lo hace en una magnitud muy inferior a su demanda-, siendo el sector primario-exportador la principal fuente. Además, en algún momento el crecimiento de la industria y del mercado interno es tan importante que las divisas no alcanzan y el Estado tiene dos alternativas: devaluar la moneda e incrementar dramáticamente los costos del sector industrial -con la consecuente pérdida de muchos puestos de trabajo y la caída de la demanda interna- o administrar el comercio interior y exterior apoyando y seleccionando los sectores con mayor capacidad de generar a su vez el surgimiento de otras industrias.

Un punto muy importante cuando se consideran los subsidios a la energía es considerar ¿qué se subsidia y como se subsidia?

Desde este enfoque, los subsidios a la demanda industrial también son muy importantes, porque justamente muchas de las industrias que hacen un uso intensivo de la energía son aquellas tienen mayor capacidad para generar puestos de trabajo de calidad y potenciar el surgimiento de otros sectores que lleven a la economía argentina a un nivel mayor de competitividad.

La política de subsidios a la energía constituyó una de las principales herramientas que utilizó el Estado durante los últimos doce años para distribuir la renta agraria hacia los sectores industriales y del trabajo

Un punto muy importante cuando se consideran los subsidios a la energía es considerar ¿qué se subsidia y como se subsidia? Los economistas keynesianos nos enseñaron que las industrias necesitan una demanda acorde para crecer. Desde el estructuralismo se nos advierten de la necesidad de pensar en una política industrial que acompañe este crecimiento, porque las condiciones de Argentina son muy distintas de las de una economía central.

La política de subsidios a la energía constituyó una de las principales herramientas que utilizó el Estado durante los últimos doce años para distribuir la renta agraria hacia los sectores industriales y del trabajo. Analizando las medidas que se tomaron en materia tarifaria, se descartó esta importante herramienta para apuntalar tanto el crecimiento a corto plazo -especialmente en una etapa recesiva donde la caída del salario real generado por la devaluación de diciembre afectará sin dudas a la demanda- como para la planificación de la política industrial.

Cuando se disminuyeron las retenciones, se generó un déficit fiscal de aproximadamente el mismo valor que se compensa con la eliminación de los subsidios a las tarifas. Esta es la razón real de las medidas tomadas y es poco probable que las empresas obtengan recursos extraordinarios que utilicen para mejorar la infraestructura energética, sobre todo cuando el Estado decide explícitamente retirarse del rol de control y auditor del sector privado.

Analizando los impactos esperados que los incrementos tarifarios tendrán sobre el sistema económico Argentino en su conjunto, suena muy cínica la comparación con dos Pizzas que hizo el ministro de economía Prat Gay.