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Edgardo Rovira: Los adictos al TLC avanzan sobre las soberanías populares

Edgardo Rovira

El giro neoliberal de la política Argentina ha vuelto a poner la cuestión de los Tratados de Libre Comercio (TLC) sobre la mesa. Luego del rechazo al ALCA, fruto de la decisión de varios presidentes sudamericanos en la Cumbre de Mar del Plata de 2005, ese tema parecía cerrado en nuestro país. Sin embargo, el presidente Mauricio Macri hace de los TLC un tema prioritario de su agenda de inserción internacional. En el marco de la cumbre del G20 en Hamburgo, el presidente Mauricio Macri mantuvo encuentros bilaterales con su par de Turquía, Recep Erdogan, y con el Primer Ministro de la India, Narendra Modi.

Después de la reunión, Erdogan dijo que la economía argentina “ha tomado nuevo impulso» y recordó que «hace ya un tiempo» su país presentó una propuesta para un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el Mercosur que «lamentablemente está parado», a lo que Macri le respondió que se «puede avanzar más” en los próximos meses.Modi por su parte, habló de abrir las economías entre ambos países sin tantas trabas y aranceles. A lo que Macri expresó su agrado.

Hace un mes, Merkel, en su visita a la Casa Rosada, dejó en claro que “Alemania está convencida de que vivimos en un mundo interconectado en que sólo vamos a poder resolver los problemas juntos. Con el aislamiento se pueden tener algunas ventajas por poco tiempo, pero en el largo plazo no es para nada positivo». En esa reunión quedó claro el apoyo explícito de Merkel de agilizar y concretar el Acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur, algo que quiere el presidente Macri desesperadamente y Europa busca desde hace más de 22 años. Los ejemplos a seguir para la firma estos tratados son dos, el Acuerdo Global firmado con México en 2002 y el Acuerdo Preferencial con Chile de 2003.

También en junio el presidente Macri viajó a Chile para reunirse con la presidenta de ese país, Michele Bachelet, y avanzar en lo que el Gobierno considera como uno de los acuerdos más importantes en la historia de las relaciones bilaterales, la firma de un entendimiento para la liberalización comercial entre Argentina y Chile.

El embajador de Chile en Buenos Aires, Antonio Viera Gallo, dijo sobre el acuerdo de libre comercio con la Argentina “va a incluir un amplio listado de temas como servicios, telecomunicaciones, comercio electrónico, regulación de compras públicas, facilitación de temas para las pymes y algunas normas laborales y medioambientales”. Para el diplomático chileno, se trata de “un acuerdo muy amplio de extensa cooperación económica global”.

En octubre de 2016, el Ministro de Producción, Francisco Cabrera, anunció también que el gobierno de Macri quiere un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Algo que momentáneamente está suspendido por el triunfo político del “proteccionista” Trump. En aquel entonces, el anuncio fue realizado al comenzar la gira del Ministro por la ciudad de Washington con unos 40 empresarios argentinos, antes de reunirse con su par norteamericana, PennyPritzker. El ministro Cabrera dijo “Es muy importante ir hacia un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos”, detallando que “Tenemos acuerdos de comercio con el 10% del PBI mundial, contra el 90% que tiene Chile, así que tenemos que crecer en ese sentido”.

Los TLC son una parte importante en el desarrollo neoliberalismo y son muchas las negociaciones en curso para concretarlos

 Los TLC son una parte importante en el desarrollo neoliberalismo y son muchas las negociaciones en curso para concretarlos. Estos tratados liberan la comercialización de bienes, pero también el comercio de servicios y los flujos de capitales; obligan a los Estados a someter sus compras a licitaciones internacionales. Favorecen la especulación financiera, el movimiento de capitales, la evasión impositiva. Bloquean buena parte de los instrumentos de política económica de los Estados además de vulnerar los principios democráticos, también son un golpe fáctico sobre la democracia y la capacidad de decisión soberana de las naciones. Obligan a adaptar la legislación interna conforme a los requerimientos del acuerdo y, por la otra, traban cursos de acción del Estado si no se ajustan a los estrechos márgenes del tratado, independientemente de la voluntad de sus poblaciones, que no resulta considerada. Buscan debilitar las soberanías democráticas frente al poder económico de las naciones miembros. Profundizando la dicotomía entre mercados y Estado Benefactor, ya sea reforzando un aparato de gobernanza supraestatal sistemáticamente sesgado contra los intereses de las mayorías populares, ya sea eliminando los escasos aranceles que permanecen, consolidando nuestra inserción periférica en la división mundial del trabajo.

Con estos tratados existen cada vez menos defensas que aseguren una política industrial eficaz, un desarrollo nacional y un Estado de Bienestar guiado por el interés público en favor del pueblo

Los TLC generan un incremento de la competencia entre las mayores economías del mundo potenciando la carrera hacia el dumping salarial, social y fiscal que la globalización impone a los Estados, con el fin de asegurar una primacía competitiva tan fuga como dañina para trabajadores y trabajadoras. Con estos tratados existen cada vez menos defensas que aseguren una política industrial eficaz, un desarrollo nacional y un Estado de Bienestar guiado por el interés público en favor del pueblo. Toda barrera legal, impositiva o física se disuelve en beneficio de los grandes grupos corporativos, sean estos europeos, asiáticos o norteamericanos.

En este marco, “festejamos”un nuevo aniversario de nuestra Independencia, sin nada que festejar, como ocurrió el 25 de mayo.Hoy,como nunca antes el poder del “mercado”, de las grandes corporaciones multinacionales, imponen sus condiciones en todo el mundo, la noción de independencia cobra mayor fuerza. Hoy, la lucha de los Estados para mantener ciertas porciones de soberanía vuelve a estar en jaque. Nunca es la independencia de la patria, es la independencia de la patria a algún poder determinado.

Hoy, la lucha de los Estados para mantener ciertas porciones de soberanía vuelve a estar en jaque. Nunca es la independencia de la patria, es la independencia de la patria a algún poder determinado

En 1816, lo fue del poder español, en 2017 lo es del poder neoliberal. Al ser el capitalismo un sistema globalizador por esencia que se extiende constantemente en busca de nuevos mercados para ubicar sus mercancías y conseguir materias primas y mano de obra barata, todo gesto de independencia debe plantear su relación con esa globalización y sobre todo, debe plantear su relación a los dispositivos represivos y de sanciones económicas que el capitalismo “derramará” sobre los pueblo que no se entregan sumisamente a esa explotación. Ser independiente no es ser dependiente de un mundo globalizado. Los Macri y los que son como Macri han sido negadores sistemáticos de nuestra independencia. Lo fueron detrás de sus escritorios como CEOs, lo son hoy en los despachos ministeriales que ocupan en el Gobierno. Los Macri y los que son como Macri han sido negadores de la independencia y violadores de la democracia.

Hoy, Macri busca que la Argentina firme TLC con cuanto país, unión de países, mercados comunes, mercados regionales sea posible, sin importarle nuestra soberanía, ni el futuro del pueblo.Para que la Independencia que supimos conseguir el 9 de julio de 1816 no sea en vano, tenemos que defender la Patria. Sabemos que sin Independencia Económica no hay Soberanía Política. Sin Soberanía Política no hay Justicia Social. Y sin Justicia Social no hay Patria.

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