
Mercedes: varios barrios siguen inundados y denuncian terraplenes de countries
«Hace años que venimos pidiendo zanjeo nuevo y limpieza en las zanjas que ya existen, pero desde el municipio no nos dan respuesta. Por eso mucha del agua que desborda se queda estancada, sin lugar a donde ir más que a nuestras casas», apuntó Claudio Martín, uno de los vecinos.
Juana García, presidenta de la Federación de Sociedades de Fomento de Mercedes y vecina del Malvinas Argentinas denunció que «hace nueve años que en la zona no se hace zanjeo. Ahora tengo un metro de agua adentro de mi casa y perdí todo, hasta los recuerdos, como la única foto que tenía de mi papá».
«No queremos colchones ni chapas para el techo, no queremos esta ayuda cada vez que nos inundamos. Queremos soluciones de raíz, que el intendente (Carlos Selva) nos atienda, nos escuche, nos dé respuestas a todos los planteos que venimos haciendo desde hace tantos años, porque ya estamos muy cansados. Uno se ‘rompe’ el lomo todos los días y perdemos todo ese esfuerzo en un segundo», agregó.
Los barrios más afectados son Malvinas Argentinas, Marchetti, Unidad y Progreso y San Justo, que se encuentran cerca del Luján.
En lo que va del año, la zona ribereña de la ciudad ya sufrió cinco inundaciones, pero la de los últimos días fue la más grave y afectó barrios donde antes no ocurría como Virgen del Rosario, Santa Teresita, San Francisco, San Jorge o Acceso Sur.
«No limpian, esa es la única razón, porque acá estamos a muchísimas cuadras del río. Están todos los desagües tapados, tenemos todos los caños obturados», expresó un grupo de vecinos autoconvocados de distintas zonas de la ciudad.
En el barrio Peñaloza, que sufrió 12 inundaciones el último año, el perjuicio de los barrios privados construidos en la cuenca baja de Tigre, San Fernando, Pilar se hace visible: del otro lado del río, los terraplenes irregulares del emprendimiento inmobiliario «Altos de Mercedes» devuelve el agua cada vez que el Luján se desborda.
«El trabajo de levantar las cosas y llevarlas al techo, mandar los chicos a otro lado y el miedo a perder todo es siempre el mismo, porque cuando el agua empieza a subir ya nos viene esta imagen que se ve hoy», agregó Alejandra, vecina del lugar.