
Krugman intentó explicarle a Macri, la deuda, la fuga y el enriquecimiento ilícito

Paul Krugman dijo desalentado que se encuentra llorando por Argentina: “estoy tratando de entender el desastre”, reveló. El premio Nobel de Economía 2008, puso en cuestión el endeudamiento del gobierno de Mauricio Macri que altera los nervios del mundo. Krugman lo expresó en Twitter al analizar que la feroz deuda que provocaron distintos funcionarios de Macri, no hicieron sino “cavar un pozo más profundo, con un incremento en la deuda externa y el descrédito de las reformas neoliberales”.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Una explicación imposible
Señaló además que la crisis tiene semejanzas con la que generó el gobierno de Fernando de la Rúa. “Para quienes dedicamos mucho tiempo a este tipo de crisis es sorprendente lo parecido que es el libreto al de la crisis de 1998-2001, no está la convertibilidad pero se ven los mismos errores en la política económica y con el FMI validando ese camino”, explicó Krugman al criticar con severidad al FMI y en particular a su ex directora Christine Lagarde, ahora titular del Banco Central Europeo (BCE). El eje que establece para determinar el principio del desastre que encaró Macri con sus ceos, es la complicidad del FMI en la creación de la deuda que ahora se pretende, pague el pueblo argentino sin más. Escribió Krugman, con indudable preocupación: “Y, sí, esto me hace preocupar mucho más sobre la llegada de Lagarde al BCE. Todos los involucrados en realidad deberían haber hecho algo mejor”.
Krugman es un economista ortodoxo que suele criticar lo heterodoxo de la economía en la etapa de los gobiernos de Néstor y Cristina
De todos modos, pone los puntos centrales de la caída, en las gestiones de De la Rúa y ahora, Mauricio Macri. Krugman destacó positivamente la reestructuración de la deuda y el crecimiento económico de la Argentina tras la desafortunada experiencia de la Alianza, que acabó en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. Lo complejo de la cuestión, en su mirada, pasa por la reiteración de un modelo de endeudamiento que, ahora, se hace más grave porque existe la probada sospecha de enriquecimiento ilícito por parte de quienes lo promovieron. Antes iban por los comisiones, ahora además, por la fuga.
Solo se trata de robar
Evaluó el pensador que “Macri no pudo o no quiso bancarse el rechazo por el recorte en el presupuesto y tampoco permitir una rápida devaluación por el impacto inflacionario y por la deuda denominada en dólares” y buscó el financiamiento externo sin red y así, “fue posible al principio por la luna de miel con el mercado y después por el masivo respaldo del FMI. Pero al final lo único que hicieron fue cavar un pozo más profundo”. Krugman analizó que “los últimos intentos desesperados para estabilizar la situación involucraron incrementos drásticos en la tasa de interés y austeridad de último minuto, y, por lo tanto un desplome desagradable”.
El Premio Nobel de Economía había advertido sobre el camino al despeñadero al que conducía Macri
“Macri fue elegido porque se suponía que iba a calmar la inestabilidad. No tengo un análisis completo. ¿Pero estamos seguros de que austeridad fiscal es la respuesta para resolver los problemas?”, se preguntó en un punto de ese rumbo. Hay que recordar que según organismos internacionales, en 2018, la economía argentina debía crecer 1,5 por ciento y la inflación debía alcanzar un 17 por ciento, pautas señaladas en el stand by, crédito que financió la fuga con la que se enriquecen el presidente y sus amigos, comenzando por los hermanos Caputo.
A propósito, Jean-Luc Mélenchon, el líder de la izquierda francesa, que se reunió con Cristina Fernández en el Instituto Patria, cuestionó en estos días al FMI. El ex candidato presidencial de la izquierda, explicó que el FMI de C. Lagarde prestó a Francia en tres años, 5 veces más que durante todo el resto de su historia. No precisó para ello, un solo voto del Parlamento.
Así fue que calificó al duo Macri-Macron como dos monarcas presidenciales dispuestos a correr riesgos semejantes
Krugman sostuvo en términos que aquí pueden tomarse por una humorada: “Pero Macri no pudo o no quiso morder la bala, no estaba dispuesto a soportar el rechazo de los grandes recortes presupuestarios”, y agregó: “Y tampoco a permitir una rápida depreciación del peso, tanto por el impacto inflacionario en un país con historial de inflación, como por la deuda en dólares. En cambio, recurrió a más préstamos extranjeros”. Lo cierto es que observó la catástrofe desde diferentes ópticas y no logró por último, establecer un origen lógico.
En tren de explicar lo imposible, Federico Pinedo ensayó concesivo que «Macri debe ser menos ingeniero y más psicólogo». En realidad, hay quienes temen que jamás haya sido ingeniero. En su casa, todo se compraba, de manera que imaginarlo como psicólogo, es una concesión gentil de alguien que puede creer que “solo se trata de comprar”. En toda especulación de actualidad, hoy es posible saber que el hijo de Franco no será jamás psicólogo cuando no es capaz de percibir el rumbo de una elección. Menos aún en la etapa de su derrumbe, tiempo que huele a final sin vueltas antes de que llegue hasta él la justicia.