
Investigan la muerte de un nene en la villa Rodrigo Bueno
Gastón estaba contento. Había sido su primer día en la escuela secundaria. Volvió a su casa en la manzana 2 de la villa Rodrigo Bueno, en Costanera Sur, y se puso a jugar con su gato. Cuando su madre regresó del trabajo lo encontró en una ambulancia en la entrada del barrio. Se había ahogado en el pozo ciego del fondo de su casa. Tenía 13 años y murió intentando salvar a su gato que también se había caído en ese lugar. Los vecinos fueron quienes lo sacaron del agujero negro de barro y suciedad. Llamaron a una ambulancia, a los Bomberos, pero el primero en arribar fue un patrullero de la comisaría 22.
“Se perdió mucho tiempo, el SAME tardó 40 minutos en llegar. Cuando uno de los vecinos lo llamó, le dijeron que tenía que hablar a la policía”, contó el delegado Marino Sosa a Infojus Noticias. Los médicos llegaron solo hasta la entrada por Avenida España. Es imposible que un vehículo ingrese por los pasillos angostos y laberinticos de la villa. El lugar fue construyéndose a medida que iba creciendo. No hubo planeamiento urbano en la necesidad de quienes viven allí.
A cuatro cuadras de Puerto Madero, entre la Reserva Costanera Sur y la Ex Ciudad Deportiva de la Boca, viven 2.000 personas sin cloacas ni agua potable. Son las propias familias las que construyen los pozos ciegos. En la casilla 96, donde vivía Gastón, ya habían hecho dos. El primero se había tapado. “El gobierno porteño manda un solo camión atmosférico de la Unidad de Gestión de Intervención Social (UGIS) a vaciar. Pero no da abasto”, dijo Sosa.
“Hoy en día los pozos son individuales. La mayoría de los vecinos de la manzana 2 hizo sus propios pozos. Muchos no les colocan una pared de contención y entonces se desmoronan porque parte del barrio está levantado sobre relleno”, explicó aInfojus Noticias otro delegado del barrio, Luis Espinosa. “Nosotros pedimos a la UGIS hacer los primero pozos ciegos colectivos, pero no aceptaron”, agregó.
En los pasillos apretados de Rodrigo Bueno, desbordados de cloacas y sin luz, los vecinos repiten una frase: “La muerte de Gastón podría haberse evitado”. La investigación recayó en la Fiscalía de Instrucción N°12, a cargo de Martín López Perrando. Según el sumario de instrucción 186, la carátula es “muerte por causa dudosa”.
Gastón tenía 13 años y era el más chico de tres hermanos. Ni bien supo lo que había pasado, su tío Eduardo viajó desde La Matanza hasta Costanera Sur para acompañar a su hermana, la mamá de Gastón. “Tenía tierra en la nariz. Se asfixió”, contó Sosa y agregó: “Con la urbanización, la muerte de Gastón se podría haber evitado”.
No es la primera muerte evitable que sucede en la villa que ya tiene 20 años. En agosto de 2013, falleció María de 5 años en un incendio. Fue en la casa 53, en la manzana 2, a 30 metros del lugar donde vivía Gastón. En todo el barrio el tendido eléctrico es precario. El cableado en los techos de las casas que crecen en pisos y tamaño. Es probable que el incendio que terminó con la vida de María haya sido consecuencia del cableado irregular. “Son problemas que se derivan de la falta de urbanización” sintetiza Espinosa.
En la entrada del barrio no había móviles de televisión ni cronistas haciendo guardia esperando a la familia de Gastón que estaba en la morgue. Pocos medios se hicieron eco de la muerte del nene de 13 años. El primero en denunciar lo que había pasado fue La Garanta Poderosa. Escribieron un comunicado que titularon: “Nos mataron otra vez”. Mañana a las 19 los vecinos y el equipo del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad estarán reunidos en la sede de la Junta Vecinal de la manzana 3 para discutir sobre el proyecto de ley que impulsan y que se presenta como una solución a estas muertes evitables: la urbanización.