
GERARDO MORALES «COLA DE PAJA» AHORA A FAVOR DEL REPRESOR BOLIVIANO LUIS CAMACHO
Con un confuso rol a favor de la dictadura boliviana de Jeanine Añez, el por ahora gobernante de Jujuy critica al Estado andino.
Fuertemente cuestionado por el constante atropello a los derechos humanos en la Provincia norteña, Morales, utilizó la red social Twitter para esgrimir una hipócrita posición en este tema pero acusando a la Presidencia ejercia por Luis Arce Catacora en el Estado Plurinacional de Bolivia, tras detener al fascista y terrorista, Luis Camacho, forjador de alianzas con al menos un par de gobernantes del NOA -Noroeste Argentino-.
¿Por qué Ivana Trump dio dinero a Gerardo Morales? ¿Qué papel jugó el gobernador de Jujuy en el 2019 durante el Golpe de Estado perpetrado por las fuerzas terroristas comandadas por Jeanine Áñez y Luis Camacho en Bolivia? Son las preguntas que la justicia federal en Argentina ha mandado a ignorar en este, ahora, golpe blando comandado por una CORTE MACRISTA y una podrida monarquía judicial que jamás estará dispuesta a poner los crímenes por lesa humanidad, como eje vital en la nueva edición del Plan Cóndor que asedia a Sudamérica.
Morales desembarca en Avellaneda mientras Jujuy está envuelta en violaciones a los DDHH
En este contexto, en el que debe ser visto, leído e interpretado, un impune candidato del radicalismo rancio y golpista, se rasga la vestidura de la -IN- Moralidad superlativa, mientras mantiene a presos y presas políticos y políticas en la Provincia que dirige y a la que además a forzado por todos los medios, para: volver a gobernar -in eternum- quedándose con fabulosos negocios en los que mete a su grupo familiar, aliados partidarios y otros cómplices.
Lejos de ser juzgado, fue premiado con el aire suficiente para que avance como opositor, lugar que en una democracia sana, jamás le hubiera correspondido a ninguno de los dirigentes que componen JXC.
https://twitter.com/GerardoMorales/status/1608410037096939520?s=20&t=xZfwNvt-oJxJhLY-sw7GVQ
Gerardo Morales, habló de Bolivia como si él no hubiere dado la orden para reprimir, hace un mes, a los habitantes de Pueblos Originarios en Caspalá, como si no fuere el autor de la primera detención arbitraria a dirigentes sociales a las pocas horas de asumir Macri -su socio político- la presidencia en 2015 y como si con él no hubiera contado el Poder judicial para ensuciar la historia institucional de un país con el primer lawfare realizado bajo las estrictas órdenes del Estado norteamericano de un enloquecido Donald Trump. Aunque lo imperdonable no es que los malos hagan su juego, sino que los pretensos buenos, no hagan su trabajo.