
¿Fronteras vigiladas? Te la debo…
Un informe revela que la frontera que une La Quiaca con Villazón es un descontrol. A pocos metros del puente los vehículos podrían traficar personas, drogas, explosivos, armas o fauna. Para el diputado. “A sólo 500 metros del paso fronterizo se pierden los ojos del Estado”, dice Jorge D’Onofrio.
Hugo Gulman

Un material audiovisual presentado por el diputado por la provincia de Buenos Aires por el Frente Renovador Jorge D’Onofrio exhibe cómo se puede cruzar en ambos sentidos la frontera que une las localidades de La Quiaca, en Argentina, con Villazón, en Bolivia, atravesando dos controles sin que se le requieran documentos.
El diputado insta a encarar una discusión seria sobre la formación de las fuerzas armadas para combatir la trata de personas y el narcotráfico. Además, recuerda que hasta diciembre de 2015 la entonces oposición mostraba que la frontera con Bolivia era un descontrol y denunciaba que se transportaban bultos a pie a espaldas de la Gendarmería y desconociendo su contenido. “Hoy, a tres años de esa denuncia, la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, muestra ante las cámaras una imagen de cambio que no coincide con la realidad”, resalta.
El diputado D’Onofrio se movilizó hasta la frontera de La Quiaca, separada de Bolivia por el Río de la Quiaca, que no supera los treinta centímetros de profundidad. Hasta hace dos años el contrabando hormiga consistía en los llamados “pasadores”, que cargaban bolsas de unos 50 kilos de mercadería sobre sus espaldas sin ser revisados. “Hoy todo cambió para peor, los changarines llevan unos carros especiales con los que pueden trasladar hasta 200 kilos sin inconvenientes”.
El diputado reveló que el registro de las personas que cruzan el Puente Horacio Guzmán que une La Quiaca con Villazón, tanto en uno como en otro sentido, no rige para todos y para corroborarlo, grabó en el video cómo pasó sin que nadie le requiriese documentos ni revisaran con scanner sus pertenencias.
En 2017, la ministra Bullrich inauguró un costoso centro de monitoreo en La Quiaca, como anticipo de otros tres que prometió instalar en Aguas Blancas y Salvador Mazza, en la provincia de Salta, y en Puerto Iguazú, Misiones. Con una inversión superior a los 35 millones de dólares la funcionaria prometía monitorear en tiempo real desde su oficina qué ocurre en las fronteras. “¿No ven los funcionarios desde Buenos Aires que tanto el puente como toda la frontera en Jujuy son un gran descontrol?”, se pregunta el diputado.
D’Onofrio resalta también que el muro de contención o alambrado que limita el paso entre ambos países mide sólo 400 metros y luego ‘se termina el Estado’. Cruzando el poco profundo Río de la Quiaca, los vehículos podrían traficar personas, drogas, explosivos, armas o fauna. “Hay que tener en cuenta que en Bolivia y Paraguay le otorgan un título de ‘poseedor de buena fe’ a quien haya adquirido un auto robado en Argentina o Brasil”, afirma.
La ministra de Seguridad creó la Secretaría de Frontera y designó como titular a Luis Green, militante de su partido, que como muchos otros militantes de Unión por la Libertad, lograron un espacio en la plantilla de la repartición estatal sin formación en cuestiones de seguridad.
Al asumir, el actual gobierno anunció una lucha frontal contra el narcotráfico y anunció inversiones millonarias para dicho fin. “A sólo 500 metros del paso fronterizo se pierden los ojos del Estado”, responde D’Onofrio ante este planteo, mientras relata cómo cruzó de un país a otro sin ser controlado por ningún funcionario de Migraciones. “A algo menos de tres años mostramos que nada hicieron”, concluyó.