En ocho días renunciaron 15 trabajadores y 13 médicos en la Superintedencia de Riesgos de Trabajo
En los últimos ocho días renunciaron 15 trabajadores y 13 médicos de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo que depende del Ministerio de Trabajo nacional. La comisión interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) alertó que las renuncias se deben a los bajos salarios y a las condiciones de maltrato laboral.
Los trabajadores señalan que los responsables de la precarización laboral son algunos empleados de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo que fueron designados en 2016 por Gustavo Morón, quien estaba a cargo del organismo durante la gestión macrista.
Además de los salarios bajos, los médicos son precarizados con las exigencias de trabajo remoto que se suma al empleo presencial y también los cambios de horarios. Muchos de los jefes macristas que están refugiados en el organismo vinieron desde la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
Los empleados de la SRT alertan que el organismo defiende más a las ART que a los trabajadores y explican que desde el 1 de septiembre entró en vigencia una resolución que tira por la borda una regulación del kirchnerismo que priorizaba la salud de los empleados.
«Todo lo que es atención al público que tenía la SRT ya no existe más. La están vaciando», alertó un empleado a Infobaires 24.
«El macrismo enquistado en las comisiones médicas de la SRT cree que el conflicto con los médicos y administrativos y las renuncias masivas de compañeros y compañeras en los últimos días ofrecen un flanco para avanzar con la demolición de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo», afirmaron desde ATE.
ATE publicó un comunicado alertando la situación:
La Superintendencia y la doctrina de Rodríguez Larreta, a favor de la flexibilización
El macrismo enquistado en las comisiones médicas de la SRT cree que el conflicto con los médicos y administrativos y las renuncias masivas de compañeros y compañeras en los últimos días ofrecen un flanco para avanzar con la demolición de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.
Con la desesperación por la pérdida de competitividad con el sector privado y los ingresos que no alcanzan. Con subgerentes denunciados por violencia de género ocultada en la gestión de Morón. La lógica política indica que aquellos que ingresaron con el macrismo a los puestos de gestión deberían estar preocupados por las renuncias y por el vaciamiento que sufren las comisiones médicas pero no es lo que ocurre en la gestión puesta por los CEO, donde cunde la filosofía de autoayuda de Sri Sri Ravi Shankar: “Si sucede, conviene.”
En la exótica doctrina que orientó Jaime Duran Barba, las expresiones del conflicto representan una buena ocasión para confrontar “adoctrinando a los médicos con un régimen de listas negras y blancas”. En esa bolsa, las jefaturas persiguen y castigan a todo aquel que reclame o pida ayuda al sindicato. También consideran “injustas” las conquistas laborales, premiando a todo aquel que exija presión sobre sus propios compañeros y el premio son jugosos aumentos de sueldo o compra de voluntades de representantes para que miren para otro lado. Un modelo que nos lleva a pensar en las épocas de plena gestión de Gustavo Morón y de Jorge Triaca como ministro de trabajo, mientas que el compromiso de nuestros compañeros permitió mantener a flote el organismo, defensores de los trabajadores ante la SRT. En las palabras de un actual funcionario de gestión que ingresó en 2017, “todo eso ya fue”.
En armonía con los postulados del gurú indio el cual hacía mención el mismo Mauricio Macri antes de su intento por imponer la flexibilización laboral, la gerencia médica cree que la crisis es una oportunidad para obtener la triple corona que anhela: acelerar la flexibilización del organismo para beneficiar a las ART, transformar el miedo de perder el trabajo en mayor productividad con sobrecarga laboral y fraccionar aún más a nuestros compañeros en el mes electoral. Nada parece ser más funcional a esos objetivos que la imagen de nuestros profesionales renunciando al organismo. Y quienes lo han hecho, juran que los hostigamientos van en aumento y responsabilizan a la subgerencia de la comisión.
Los protagonistas de esas rencillas son los que no creen en los derechos de los trabajadores y están en sintonía con las declaraciones de Horacio Rodríguez Larreta, quien vuelve a proponer lo que Macri quiso pero no consiguió: eliminar la indemnización por despido. Nunca las políticas de flexibilización generaron empleo; son todo lo contrario a lo que propone el gobierno de Alberto y Cristina Fernández.
Desde ATE nos declaramos en estado de alerta y decimos que no dudaremos en personalizar el conflicto con aquellos que ejercen esta violencia laboral. Deben terminar las persecuciones y los hostigamientos que pertenecen a un partido político y no a una gestión de gobierno.