EL SUFRIMIENTO COMO HERRAMIENTA POLÍTICA escribe Antonio “Tony” Fenoy

Desde el 19 de noviembre, cuando la mayoría de nuestro país eligió a Javier Milei como presidente, venimos escuchando referencias a la necesidad de sufrir para poder salir adelante, para ser “el mejor país del mundo”.

El neoliberalismo en sus distintas expresiones tiene en el sufrimiento redentor un aliado fundamental para poder justificar el ajuste feroz, los despidos, los precios inalcanzables, la depresión del poder adquisitivo del salario, etc, etc.

En este tema la mirada teológica cristiana-católica le da un soporte teórico. De la misma manera que desde las iglesias nos hablan de un sufrimiento que precede a la vida y a la felicidad, el neoliberalismo financiero inmola en el altar del mercado a las mayorías populares como “daños colaterales”. Estos son “los caídos” de los que habla Milei, los que van a quedar al margen de todo, los que van a sufrir y pasar hambre. No solamente los más pobres, sino también grandes capas de la llamada clase media.

Detrás de este proyecto está el dios neoliberal, con su teología de la prosperidad individual y del sacrificio personal que consigue la retribución divina del bienestar económico. Aquí no importan los otros y otras, los que quedan en el camino, las víctimas del sistema. Aquí no hay Patria sino ganancia individual. Es mi dios que me protege porque me esfuerzo. Es el dios que está conmigo porque me va bien. Es el dios del mercado, el dios de los poderosos en una guerra de dioses contra el dios-en-el-pueblo.

Por eso el desguace del Estado y los miles de trabajadoras y trabajadores que quedarán en la calle. Somos “la casta” porque tenemos derechos adquiridos: aguinaldo, vacaciones pagas, asignaciones familiares, sistema de reparto jubilatorio, paritarias…Y eso, vienen a destruir. Dijo el presidente electo: “el artículo 14 bis de la Constitución es una aberración”

Nadie niega que el sufrimiento es parte de la vida, pero no estamos en esta vida para sufrir. Tampoco negamos que experiencias duras son educativas y pueden marcar un antes y un después en nuestras vidas. Pero hacer del sufrimiento una herramienta política para construir un país para el 20% más poderoso es otra cosa.

Porque este sufrimiento implica muerte, hambre y desolación. Porque al gobierno entrante no le interesan los pobres, sólo le interesa que el libre mercado vaya ordenando la sociedad de acuerdo a los intereses del imperio y de determinados empresarios y financistas timberos. Y a todos aquellos que osemos enfrentarnos a esto nos espera represión, comandada por quien vuelve con sed de venganza: Patricia Bullrich.

Vienen a destruir el país y transformarlo en una colonia real. Esto lo harán con ajuste, sangre, dolor y sufrimiento. Con estanflación, una catástrofe social como dice Cristina.

Como campo nacional y popular es tiempo de estar juntos, de cuidarnos, de acompañarnos y de abrazar a los caídos. Es fundamental construir comunidad frente al individualismo atroz. Es clave resistir y para eso nuestras y nuestros dirigentes tienen que ponerse a la cabeza, salir del duelo y comenzar la reconstrucción.

Frente al sufrimiento, compasión y ternura. Frente a la represión, firmeza y organización. Frente al sálvese quien pueda, lo colectivo y comunitario como camino de resurrección.

Se terminó el duelo y lo que viene es de una dureza inusitada. Es una mezcla de dictadura, menemismo y macrismo. Somos el 45% que votó otra cosa, a hacernos cargo porque nuestro pueblo que está sufriendo, va a sufrir aún más. A hacernos cargo porque se espera de nosotros que seamos la contención frente al desastre.