Economistas del establishment ven a la Argentina en un momento óptimo y de crecimiento
El economista del PRO Miguel Ángel Broda, uno de los gurúes del 2001, reconoce ahora que la situación económica de la Argentina se aleja de los términos de una crisis. Dijo además, en ese contexto de alegres noticias, que el Producto Bruto Interno del país crece por encima del que registran la mayor parte de los países de la región. A sus opiniones, las acompañó otro economista, Eduardo Levy Yeyate. El insólito episodio fue consignado en recientes ediciones por la agencia Telam, que señaló la sorpresa del episodio.
Todo va mejor
Recientemente, Broda dijo en una exposición ante empresarios -dada a conocer por el periodista Roberto Navarro-, que no había forma de desviar el buen momento de la economía y las medidas que estaba adoptando el gobierno. Es lógico que Broda no quiera este tipo de resultados, ya que se desempeña como orientador del establishment local y se lo percibe cercano a los economistas neoliberales que hicieron época a principios de siglo.
Al asumir Néstor Kirchner la presidencia de la Nación, Broda sostuvo, no por certeza científica sino por militancia en contra del país, que ese fin de año de 2003, el dólar iba a costar 9 pesos. Aún hoy no ha trepado a esa suma, 12 años después de hablar gratuitamente y en forma pública por aquellos años.
Los economistas Eduardo Levy Yeyati y Miguel Ángel Broda reconocen ahora que este estado de cosas, genera en la población en general, una “sensación de bienestar y expectativa de consumo” que luego, puede ser observada en la calle a diario. Los “especialistas”, figura que define a esos voceros del poder, dijeron que hoy “no hay mucho margen para modificar las actuales políticas económicas”. Y lo expresaron frente a un auditorio empresarial en el Plaza Hotel del barrio San Nicolás, cuando se disponían a celebrar el Día de la Exportación, que había organizado la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA). Es de suponer que los exportadores se habrán sentido acompañados en su sentimiento cercano a las ganancias permanentes, ante los buenos augurios de los hombres de la economía.
No hay crisis que valga
Levy Yeyati, volviendo a dejar mudo a más de uno, reflexionó: “La sensación térmica en Argentina no es mala, no hay sensación de crisis, de estancamiento, la inflación es menor que la del año pasado, la imagen del Gobierno no es mala”. Abundó enseguida que “la inflación paso de 37% a 25% del año pasado a este”, y remarcó que “la gente ve que la inflación bajó, el producto bruto crece al 1,5%, y la confianza del consumidor vienen subiendo desde hace tiempo”. El economista insistió en decir ante el estupor de algunos de los presentes que “la sensación de bienestar presente y la expectativa de compra también vienen creciendo, además de que el salario viene subiendo”.
Planteó, además, que “el aumento del salario está detrás del impulso al consumo”, y una de sus conclusiones establecidas fue que “la sensación térmica no es mala y eso significa que no hay mucho espacio para hacer cambio de políticas que estaría justificado en una situación de crisis”. Si se toma en cuenta que las opiniones vienen de personas especializadas, o al menos de eonomistas que tienen alguna credibilidad entre los sectores más poderosos del país, hay que considerar que al menos en esta ocasión, alcanzaron cierto grado de certeza.
Broda al referirse a la situación argentina, insistió en argumentar que el Producto Interno Bruto aumentó en el primer trimestre 4% y luego, 5,2% en el segundo. A partir de este hallazgo, no titubeó al afirmar que “Argentina fue el país que más creció de la región”, nudo gordiano de su exposición ante los exportadores.
Siendo Broda quien es -un hombre ligado al macrismo y a los intereses más duros que no estiman la performance del kirchnerismo y del peronismo-, analizó y afirmó que el crecimiento sorprendente del país “puede desacelerarse” en el segundo semestre y pronosticó que terminará el año “en 1,4%”. Sus estudios de la realidad le indican que la situación nacional se da en una etapa cuando “el mundo está decidido a crecer muy poco”, porque “disminuyó la propensión a consumir en un mundo donde los ricos se llevan una proporción creciente del ingreso”. El economista, supone que hoy “hay anemia de crecimiento mundial”, porque señaló que “la demanda agregada mundial es inferior a la oferta”.
Dijo luego que “la propensión del rico a gastar es muy poca”, y estimó que “la locura por la austeridad fiscal ha llevado a bajísimas tasas de crecimiento”, basándose en cierta alucinación de los poderosos por hacer decrecer los impuestos para desacreditar al Estado, restándole recursos para su acción política y social. Por fin, si estos economistas creen que todo va bien debe ser porque en cierto punto de su historia, deben reconocer las cosas como son para seguir siendo creíbles. Nada más.
