
Cierre del Sinodo: La Iglesia Católica quiere incluir a todos
El mensaje de cierre del Sínodo de la Familia concluyó que la iglesia romana tendrá «la puerta siempre abierta» a quienes quieran pertenecer a ella, aunque por falta de consenso no especifica qué tratamiento se le dará a los homosexuales o a los divorciados que se vuelvan a casar.
El texto no es el documento final del encuentro, sino un mensaje de agradecimiento a las familias, a las que se les pide apoyo en el Sínodo que se celebrará el año que viene. El texto de las conclusiones será consensuado esta tarde en Roma y se supone que será una versión reformada de un avance preliminar conocido este lunes.
Al cierre del encuentro -que concluirá mañana con una ceremonia religiosa en el Vaticano-, el papa Jorge Bergoglio destacó ante los obispos que no se puso en entredicho la «verdad fundamental» del «sacramento del matrimonio: la indisolubilidad».
«Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempreabierta durante este camino», afirman en el texto los representantes de la Iglesia y destacan la existencia de la diversidad dentro de la misma: «Nosotros, pastores de la Iglesia, también nacimos y crecimos en familias con las más diversas historias y desafíos. Como sacerdotes y obispos nos encontramos y vivimos junto a familias que, con sus palabras y sus acciones, nos mostraron una larga serie de esplendores y también de dificultades».
Los participantes señalan asimismo que han reflexionado «sobre el acompañamiento pastoral y sobre el acceso a los sacramentos de los divorciados en nueva unión», pero no dan más detalles sobre su pensamiento o si en un futuro se les permitiría comulgar.
En su texto, los religiosos reconocen las numerosas dificultades sociales y económicas que enfrentan las familias. «Se asiste así a no pocas crisis matrimoniales, que se afrontan de un modo superficial (…) Los fracasos dan origen a nuevas relaciones, nuevas parejas, nuevas uniones y nuevos matrimonios, creando situaciones familiares complejas y problemáticas para la opción cristiana».
También llaman a los gobiernos y a las organizaciones internacionales a que promuevan «los derechos de la familia para el bien común» ante situaciones de explotación y violencia. Sin embargo, el texto no hace ninguna alusión a los homosexuales, después de que el informe provisional conocido el lunes -en el que se señalaba que tenían «virtudes y cualidades» que ofrecer a la comunidad cristiana- generara una dura reacción de las fuerzas más conservadoras.
La carta de hoy fue aprobada por 158 de los 174 participantes que votaron, indicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi. No se espera que las conclusiones de esta tarde, que según Lombardi probablemente se hagan públicas, sean definitivas. Servirán de base para un segundo Sínodo el año próximo, que presentará a Francisco una serie de propuestas para su aprobación.
El Sínodo, que comenzó el 5 de octubre, será clausurado mañana tras la beatificación del papa Pablo VI (1963-1978). El pontífice es recordado por encabezar el reformista Concilio Vaticano Segundo, pero también por su rechazo a cualquier forma de control artificial de la natalidad.
Declaraciones de Francisco.–
«Tenemos todavía un año para madurar, con auténtico discernimiento espiritual, las ideas propuestas y para encontrar soluciones concretas frente a las tantas dificultades e innumerables desafíos que afrontan las familias», destacó el Papa en su discurso final que hoy cerró el Sínodo.
Tras destacar la importancia de «dar respuestas» frente a las dificultades que «rodean y sofocan a las familias», el Papa recordó que hay un año de tiempo «para trabajar» sobre el documento final Relatio synodi aprobado hoy, que es -indicó- «la síntesis fiel y clara de todo lo que se ha dicho y discutido «tanto en la plenaria de la asamblea como en los «Círculos Menores»
Asimismo, el papa Francisco afirmó no estar preocupado por las diferencias. «Personalmente me hubiera preocupado y entristecido realmente si no hubiéramos tenido (…) estas discusiones tan animadas», dijo en su discurso de cierre, subrayando que no quería verse confrontado con una «paz falsa y aburrida».
«En vez de ello vi y escuché, con alegría y gratitud, discursos e intervenciones llenas de fe, fervor pastoral y doctrinal, sabiduría, franqueza, coraje y parresia», dijo. La parresia es una palabra que viene del griego y significa «decirlo todo».
La «Relatio Synodi», como se llama el documento final, fue completada tras dos semanas de debate de los problemas de la familia moderna en todos los continentes y con el fin de intentar abrir la Iglesia a las uniones libres, los divorciados y los homosexuales, aunque estos dos últimos temas generaron reticencias.