
Cablevisión aumentó un 42% en un año
El abono básico del servicio de Cablevisión subió un 41,6% en doce meses. Un usuario de Capital Federal que tiene descuento por abonar con débito automático pagó en marzo $ 325,91, mientras en abril del año pasado el gasto fue de $ 230,17. El aumento supera las estimaciones privadas de inflación para el período, que se ubican en torno al 35%.
Pero Cablevisión no practicó el ajuste de una sola vez, fue subiendo el valor por período cuatrimestral. El mismo usuario que en abril de 2014 pagó $ 230,17 entre mayo y agosto tuvo un precio de $ 257,88, con un 12% de incremento. A partir del septiembre, el abono aumentó otro un 9,8%, ubicándose hasta diciembre en $ 283,08, para volver a tener un ajuste del 15% desde el primer mes de este año.
Si se compara el abono de Cablevisión con otros servicios públicos, la diferencia es enorme, aunque se parta del hecho de que las tarifas eléctricas en Capital Federal están prácticamente congeladas desde 2000, y las de gas tuvieron un aumento en 2014 que las dejó a mitad de camino del sinceramiento total.
El usuario del ejemplo, que corresponde a una familia tipo de clase media, está pagando por adelantado en cada mes un total de $651,82, pero abona por período vencido y en términos bimestrales una factura de Edesur por $ 62 y otra de Metrogas por $ 132.
El problema no es exclusivo de la televisión paga. Los aumentos y el desacople con los valores de otros servicios se advierten también en la factura por internet y en la de los teléfonos móviles. El tema es motivo de fuertes quejas de los consumidores y de las entidades que los representan, varias de las cuales vienen reclamando una ley que declare servicios públicos a esas prestaciones por el rol que juegan actualmente en la vida familiar y social de los argentinos.
Si el mismo usuario del ejemplo quisiera contar con el servicio HD (Alta Definición) de Cablevisión debería pagar $ 135 mensuales adicionales para utilizar la prestación en un solo televisor por vez, o $ 170 si buscara usarla en dos aparatos al mismo tiempo. Además, para tener HD hay que proveerse de un decodificador, suministrado por la firma, que tiene un costo de $ 200 por única vez.
De todas formas, pagando más de $ 460 por mes, el usuario no tendrá acceso a los llamados canales premium como HBO o Movie City, que Cablevisión cobra por separado. Pero mientras tanto, por el abono básico y por el de HD, la oferta es cada vez más deficitaria: los canales del paquete básico repiten series y películas numerosas veces, tienen muy escasa programación sin cortes publicitarios y la mayoría ya no respeta los audios originales, cuando la falta de publicidad y el idioma original fueron tradicionalmente los mayores atractivos del servicio de cable.
El Gobierno de Cristina de Kirchner intentó poner un tope a los precios que cobran Cablevisión y otros prestadores. Según una fórmula que había ideado el exsecretario Guillermo Moreno, en septiembre de 2014, el abono básico de Cablevisión debía costar $ 152, pero en la realidad costó $ 283,08, lo que significa un 86% más.
Pero después de septiembre ya no hubo más valores oficiales, porque en ese mes la Corte Suprema dictó un fallo en el que dio por válida una sentencia de segunda instancia de la Justicia de Mar del Plata, según la cual las resoluciones de la Secretaría de Comercio eran nulas por fundarse en la ley de abastecimiento 20.680 que se dejó sin efecto por el Decreto 2.284 de 1991. La sentencia también indicó que las normas oficiales establecían «una política de fijación de precios irrazonable e ilegal, por no valorar determinados aspectos asociados a los servicios brindados por la empresa».
Según la fórmula de Comercio, el abono del cable debía tener un valor equiparable a que los usuarios contrataran directamente al proveedor de contenidos y pagaran una remuneración por el transporte al operador de televisión.