
Bolivia, dictadura de manual: Tras asesinar opositores y expulsar periodistas, anuncian recetas neoliberales
A partir del golpe de Estado ejecutado el domingo último corre peligro el modelo económico boliviano de crecimiento con inclusión aplicado por las administraciones de Evo Morales.
El nuevo ministro de Economía, José Luis Parada, adelantó que además de mantener el tipo de cambio, no aumentarán los impuestos, los combustibles y que está garantizado el pago de salarios estatales y de los bonos que entregaba el gobierno de Evo. Pero intentó diferenciarse con un mensaje presuntamente tranquilizador para los empresarios extranjeros cuando anunció:
“En 14 años hemos tenido trabas a la inversión privada. Vamos a sentar las bases para una apertura de la economía nacional para atraer inversiones y que el próximo gobierno continúe con esto”
Parada reemplazó a Luis Arce Catacora, quien el mismo domingo que Morales se vio forzado a abandonar su cargo, le presentó la renuncia como ministro de Economía. En su carta al presidente repasó algunos de los éxitos que se lograron durante su gestión: “la reducción de la pobreza, la disminución enorme de la brecha entre los ricos y los pobres, la reducción de la tasa de desempleo principalmente por la inversión pública y la redistribución del ingreso, se constituyen en nuestra gestión en hitos de la economía y de las variables sociales de nuestro país que perdurarán en la memoria de los bolivianos…”
En estos últimos años Bolivia no solo se destacó por algunos datos macroeconómicos como la inflación y el crecimiento, que destacaron al país a nivel internacional, sino que los beneficios del modelo alcanzaron a la población. Bolivia tenía en el año 2005 un coeficiente Gini (que mide la desigualdad en los ingresos) de 0,60 que junto con Brasil, con el 0,61, eran de los más altos. El gobierno de Evo Morales lo bajó al 0,47.
Desde el domingo, todos estos avances corren peligro de desaparecer.