
El Banco Mundial tiene «altas expectativas» puestas en la Argentina
En medio de una marcada desaceleración de la economía global, el Banco Mundial estimó que la Argentina crecerá un 2% en 2023 gracias, entre otros puntos, al gasoducto Néstor Kirchner.
Así lo indicó en su último reporte de ´Perspectivas económicas globales: América Latina y el Caribe´, dado a conocer este martes, donde proyecta que el crecimiento en América Latina se desacelere bruscamente, desde el 3,6% ocurrido en 2022 a 1,3 % en 2023, y que se recupere un 2,4% en 2024.
Las crisis que definieron el 2022 siguen teniendo efectos en el #CrecimientoMundial. Las mayores economías del mundo se han desacelerado bruscamente.
Un golpe moderado a la economía mundial durante el próximo año podría llevarla a la #recesión.
Datos ⬇️ #ResumenDelAño
— Banco Mundial (@BancoMundial) January 8, 2023
El Banco modificó las proyecciones a la baja debido a la persistencia de la inflación mundial y las políticas de los gobiernos centrales para combatirlas, entre ellas, la fuerte suba de tasa de interés ocurrida en los Estados Unidos y Europa, que aún tendrá impacto en las economías durante 2023.
Según la entidad, América Latina y el Caribe (ALC) ha crecido un 3,6 % en 2022, en donde “la sólida expansión en la primera mitad del año fue impulsada principalmente por el consumo, respaldado por recuperación de los mercados laborales”
Sin embargo, agregó, la actividad se debilitó a fines del año pasado debido a la desaceleración del crecimiento mundial y al endurecimiento de las condiciones financieras comenzaron a surtir efecto, con una inflación que aumentó en 2022, alcanzando máximos de varias décadas en muchos países.
Argentina, Néstor Kirchner e inflación
El efecto de la inflación doméstica y factores externos («external headwings») influirían sobre el crecimiento del país, proyectado en 2%, según indicó el Banco Mundial.
Al respecto, el Banco Mundial destacó los planes de llevar adelante la ampliación del gasoducto Néstor Kirchner que “permitirá beneficiar el plano fiscal y la cuenta corriente de la Argentina, gracias a la baja de las importaciones en energía”.
No obstante, indicó que “el contexto es altamente desafiante dada las necesidades de reducir la inflación de niveles mayores a 80%, y de dejar al peso depreciar y reformar los subsidios a la energía”.