Amenazas, quema de cosechas y 100 años de trabajo: la increíble historia de la última familia de colonos que resiste el desalojo
Hace un siglo, la familia Marinucci trabaja alrededor de 50 hectáreas situadas en la localidad de Bigand, situada en el sur de la provincia de Santa Fe. Exactamente desde 1920 se encargan de realizar la explotación agropecuaria y ganadera de la zona. Pero hace ya 16 años que las vidas de los integrantes de la familia se ven amenazadas por la constante presión que ejercen otros interesados por el terreno.
Bigand, el fundador
Allá por 1912, el fundador del pueblo e hijo del terrateniente Honorio que adquirió las tierras, comenzó a arrendar sus 3500 hectáreas a los colonos de la zona. Se trata de Víctor Bigand.
Con el objetivo de expandir las posibilidades del pueblo, permitió que familias de colonos ocupen, cuiden y trabajen aquellas tierras. Así fue como en 1920, veinticuatro familias se encargaron de realizar la explotación agropecuaria y ganadera de este lugar.
Los años transcurrieron sin mayores inconvenientes, al punto tal que Víctor tuvo tres hijos que no dejaron descendencia. María Mercedes Bigand, la última de sus herederos, falleció en el año 2005, a los 94 años de edad. Así fue como las 3500 hectáreas pasaron a la Fundación de Asistencia y Desarrollo Solidario “Honorio Bigand”.
El calvario de las familias
La partida de este mundo de la última heredera significó el inicio de un verdadero calvario para las familias que trabajaban las tierras.
Tras una ardua lucha judicial, los colonos pudieron comprobar que había una cláusula que indicaba que sus tierras no podían ser enajenadas por el término de 10 años y tenían la prioridad para adquirir los terrenos.
La Fundación debió así aceptar renovar los contratos por diez años. Pero lejos de respetar el espíritu del testamento, comenzó a trabajar en una estrategia legal para correr a las familias. Es así como se desató una nueva etapa marcada por la persecución, las amenazas y los embargos.
“Nos dijeron que nos iban a ahogar económicamente”
De las 24 familias que trabajaban la tierra hoy solo queda una compuesta por Sandra Gobbo, Oscar Marinucci y sus tres hijos. “Otras familias tuvieron que dejar los campos porque el manejo de la Fundación siempre fue el avasallamiento, la imposición y la amenaza”, contó Sandra, al tiempo que precisó: “a una de las últimas familias que entregó el campo le habían puesto cadenas en la tranquera y los amenazaron con embargarles la casa que tienen en el pueblo. Por lo que prefirieron irse”.
Los Gobbo-Marinucci siempre intentaron llegar a un acuerdo con la Fundación, pero la respuesta fue negativa: “Siempre nos dijeron que nos iban a ahogar económicamente, es por eso que nos embargan las cosechas. Le pedíamos que se tenga en cuenta no solo el gasto que nos originaba la cosecha sino también el carácter alimentario porque de eso vivimos”.
Además de las medidas judiciales, los integrantes de la Fundación optaron por presionar a la familia con prácticas más que repudiables. “A la mañana vemos que entra un tractor donde vivimos, en la tierra que estamos defendiendo. Son tres lotes: en una había maíz orgánico, que nos costó mucho sembrar. Cuando nos damos cuenta, literalmente estaban matando las plantas de maíz. Eso demuestra lo que es la fundación contra la que estamos peleando”, expresó en diálogo con InfoBaires24. “Ellos no deberían tener el acceso. No es que acá está todo dicho. Esta Fundación no cumple con la voluntad de su fundador”, completó.
Actualmente, tienen sentencia de desalojo en una causa llevada a cabo por la Fundación: “Una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe avala que la fundación se quede con estas tierras donde tenemos nuestra única y humilde vivienda y nuestra granja agroecológica de explotación mixta”.
“Nosotros somos la cabeza de un montón de familia que están siendo desalojadas. Esta lucha es por todos ellos pero también es para decir ‘no a la concentración de la tierra’”, sentenció.
Cómo ayudar
Debido a la lucha judicial desatada por la Fundación, los Gobbo-Marinucci precisan de un equipo de abogados. Para brindarle un apoyo económico a los chacareros, se habilitó una cuenta en el Banco Nación a nombre de Gobbo Sandra Rina (DNI 16267336 CBU 0110106130010604949679).