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Alguien hablará por vos

Alma Rodriguez

Como viene ocurriendo cada 8M, las calles de todo el país desbordaron por la presencia de mujeres que marcharon este viernes durante una nueva jornada de lucha. Como cada marzo, las consignas vienen pronunciándose en relación al aumento de femicidios y al pedido inmediato de una ley que permita la interrupción voluntaria del embarazo.

Escribe Alma Rodríguez

Luego de la aprobación en la Cámara de Diputados, creíamos estar a un paso de lograrla, pero parecería ser que en algunos rincones de nuestro país, no sólo no se escucha ese antecedente, sino que se refuerza su negación mediante una desprotección total frente a la reglamentación ya existente en relación a determinadas situaciones en las que es menester la interrupción del embarazo en forma inmediata.

Desde hace unas semanas, venimos presenciando de manera vergonzante el caso de la niña tucumana abusada por la pareja de su abuela quien, junto con su madre, solicitó la interrupción del proceso de gestación amparada por el artículo 86 del Código Penal en el que se contempla la interrupción del embarazo para casos de violación y/o de peligro de la salud o vida de la gestante.

Luego del pedido, que fue desoído por parte de las autoridades sanitarias de Tucumán, la pequeña fue sometida, durante la madrugada del 27 de febrero, a una cesárea en el Hospital del Este en medio de una polémica dada por el hecho de que el Estado no aplicó la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) previsto en el Código Penal.

Es común en Argentina que las autoridades arrastren los casos hasta que el progreso en el embarazo sea tal que el aborto sea imposible

La trama es mucho más compleja aún y en ella no sólo intervino de manera obstaculizante el sistema burocrático, sino la decisión de cada uno de los supuestos participantes/opinantes del caso sin dar el más mínimo lugar al deseo y voluntad de la niña. La beba, que nació con 23 semanas de gestación y 660 gramos de peso, finalmente falleció el viernes 8M con lo cual los defensores de las dos vidas no sólo no lograron “salvar las dos vidas” sino que sometieron a tortura a una niña que había pedido explícitamente que le sacaran “lo que el viejo le había metido adentro”.

Como pocas veces,  este caso en particular tuvo resonancias a través de la prensa de todo el mundo: la CNN, Fox, France 24 y los periódicos Washington Post, USA Today, The Guardian y The Time de Londres  fueron algunos de los medios que se hicieron eco de este hecho aberrante.

“Es común en Argentina que las autoridades arrastren los casos hasta que el progreso en el embarazo sea tal que el aborto sea imposible. (…) En 2018, un proyecto de ley que legalizaba el aborto hasta la semana 14 de embarazo fue aprobado en la Cámara de Diputados y rechazado por el Senado, bajo la presión de la Iglesia.  En el país del Papa Francisco, la población está dividida sobre el tema del aborto y un apasionado debate opone a dos grupos fuertemente movilizados”, afirma en su crónica la emisora francesa France Info.

En Argentina hay sectores que creen que pueden imponer sus ideas religiosas al resto de la población

Por suerte, dentro de este movimiento de ola verde que no cesa, existen voces que hablan por quienes no tienen voz. Y una de ellas es la de la prestigiosa escritora argentina Claudia Piñeiro, reconocida acá y en el exterior no sólo por su producción literaria sino también por su inclaudicable compromiso activo en este camino de lucha. Y ella fue una de las convocadas por el diario británico The Guardian para escribir una nota de opinión aparecida el pasado 4 de marzo en relación a este tema.

Allí dice Claudia Piñeiro: “Mientras el gobierno tucumano dilataba a propósito el aborto al que ella tenía derecho por ley, Lucía se abrazaba a su mamá y a sus muñecas. ¿Por qué el gobierno dilataba la interrupción del embarazo? Porque en Argentina hay sectores que creen que pueden imponer sus ideas religiosas al resto de la población. Y si para imponerlas deben incumplir la ley, lo hacen. Más aún, si hay que torturar a una niña, también lo hacen. Para ellos, la ley de su Dios está por encima de la ley que rige en el país. La Constitución argentina dice que nuestro Estado es laico, sin embargo, día a día, vemos como nuestros derechos son cercenados y hasta anulados, en virtud de ideas religiosas impuestas a toda la población por un grupo autoritario y dogmático que se cree dueño de la verdad. Así de peligrosas están las cosas en Argentina».

Exigimos políticas de salud, no de muerte, para ser niñas, no madres

Luego agrega: “El secretario de Salud mintió públicamente acerca del peso de la niña para hacer creer que la vida no estaba en riesgo. Entre todos ellos la hicieron parir. Hicieron parir a una niña de 11 años. Obligaron a esa niña contra su voluntad a dar a luz a un bebé que, si sobrevive, ellos podrán dar en adopción. Están convencidos de que las mujeres somos máquinas de procrear, avalan la esclavitud en el siglo XXI”.

En un país en el que, por estas horas, el diputado macrista Pablo Torello (quien, recordemos, votó contra la despenalización y apoyó a Albino en sus dichos sobre los forros de porcelana) afirmó mediante un tuit su opinión acerca de que las feministas son incogibles,  y en un país en el que hay muchas “Lucías” -como dice también Claudia Piñeiro- exigimos, durante este 8M y cada día,  políticas de salud, no de muerte, para ser niñas, no madres.

 

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