Aumenta el número de refugiados y crece la tensión política en la UE
Pese a las vallas fronterizas, los controles limítrofes y la tensión política dentro de la UE, más de 25.000 refugiados entraron a Croacia desde el miércoles, unos 11.000 ingresaron a Austria y un nuevo naufragio se cobró 13 vidas.
Mientras las negociaciones entran en la recta final de la víspera de las cumbres y la tensión política crece entre los países vecinos que reciben el mayor número de refugiados, decenas de miles de personas que escapan de guerras y conflictos sectarios y religiosos en Medio Oriente y África siguen llegando al sur del continente e intentan subir hasta los países más ricos.
El punto de entrada es Turquía y las paradisíacas islas griegas en el mar Egeo.
Lo que otrora supo ser uno de los puntos turísticos más deseados, ahora se está convirtiendo en un escenario de dramas cotidianos.
Al menos 13 personas murieron hoy y otras 13 siguen desaparecidas después que el bote de goma en el que intentaban cruzar el Egeo desde las costas de Turquía chocó con un ferry turco y volcó, según informó la Guardia Costera griega y reprodujo la agencia de noticias lturca Dogan.
Los rescatistas sólo lograron salvar a 20 personas. En total, 46 refugiados oriundos de Medio Oriente viajaban en el precario bote y su destino era la isla griega de Lesbos.
A mediados de año, Europa reaccionó finalmente a la llegada masiva de refugiados de Medio Oriente y África cuando más de mil personas se ahogaron en apenas unos días en el Mar Mediterráneo.
En aquel momento, la ruta más utilizada por los refugiados iniciaba en los puertos de la anárquica Libia, en el norte de África, continuaba en el Mediterráneo y finalizaba en las costas de Italia, principalmente.
Cuando esa ruta se volvió muy cara y, especialmente, muy peligrosa, la incesante procesión de cientos de miles de refugiados cambió el rumbo hacia Turquía. Desde allí las islas griegas están a penas unos pocos kilómetros y la travesía es más barata y, según creían, menos peligrosa.
Una vez más, una niña de sólo cinco años murió ahogada cuando intentaba llegar a la isla de Lesbos, lo mismo que le pasó a Aylan, el chico de tres años cuya fotografía conmocionó al mundo entero.
Mientras el mayor peligro para los refugiados aún radica en cruzar el mar, donde ya murieron cerca de 2.900 este año, sus penurias no terminan allí.
Desde la semana pasada, cuando Hungría selló y militarizó su frontera sur con Serbia y el resto de los países de la llamada ruta de los Balcanes impuso controles limítrofes para frenar el ingreso masivo de personas, la columna interminable de refugiados rebota de un país a otro, intentando avanzar hacia el norte más rico y con posibilidades laborales.
En el paso fronterizo de Bregana, entre Croacia y Eslovenia, cerca de la capital Zagreb, varios centenares de refugiados durmieron ayer al aire libre, pese a la lluvia y el frío, en una zona que se convirtió en una suerte de tierra de nadie.
Con las fronteras cerradas, los países trasladan a los refugiados en trenes y colectivos sin explicar dónde los llevan.
«Tengo niños pequeños, se los llevaron con mi esposa. No sé dónde están y cómo los voy a encontrar», explicó, desesperado, otro refugiado sirio.
Desde el miércoles pasado y tras la decisión de Hungría de cerrar su frontera sur, más de 25.000 refugiados, principalmente de Medio Oriente, entraron al país desde Serbia.
En el paso fronterizo de Bregana, entre Croacia y Eslovenia, cerca de la capital Zagreb, varios centenares de refugiados durmieron al aire libre, pese a la lluvia y el frío, en una zona que se convirtió en una suerte de tierra de nadie.
«Tengo niños pequeños, se los llevaron con mi esposa. No sé dónde están y cómo los voy a encontrar», explicó, desesperado, otro refugiado sirio.
Desde el miércoles pasado y tras la decisión de Hungría de cerrar su frontera sur, más de 25.000 refugiados, principalmente de Medio Oriente, entraron al país desde Serbia.(Tèlam).