La justicia desestima denuncia de la falsa secretaria de Néstor Kirchner
El juez federal Luis Rodríguez sobreseyó a los imputados por la denuncia de la supuesta secretaria del ex presidente. En un durísimo fallo determinó, además, que la mujer jamás ocupó ese cargo. La ex pareja de Quiroga relevó que el verdadero motivo de la denuncia fue promocionar su libro.
El 5 de mayo del año 2013, Miriam Quiroga fue presentada en «Periodismo para Todos», el programa televisivo que conduce Jorge Lanata, como la secretaria de Néstor Kirchner. En entrevista exclusiva con el periodista, la mujer aseguró haber visto, desde su oficina ubicada enfrente a la del ex presidente, numerosos bolsos que contenían dinero en efectivo, y hasta lingotes de oro, que se llevaban a Olivos y finalmente a Santa Cruz.
La mujer a la que Lanata definió como «testigo privilegiada», afirmó incluso que en una ocasión, el ex secretario presidencial, Daniel Muñoz, le mostró un bolso con dólares. Cuando le pidió algunos en broma, él le contestó “están bien contados por el jefe”.
Tras las repercusiones que tuvo el programa, la denuncia fue formalmente presentada a la Justicia por Elisa Carrió. Sin embargo, la diputada nacional no entregó elementos adicionales, ni copias de cheques como anunció el Grupo Clarín, sino sólo una copia de lo exhibido en el programa de televisión.
La investigación abarcó todas las aristas. El juez Rodríguez, el fiscal Ramiro González, los secretarios letrados y los abogados de las partes, participaron de una inspección ocular de la Casa Rosada. Allí constataron que el despacho de Quiroga estaba ubicado a 70 metros del de Kirchner, que incluso el de los secretarios está a 40 metros, y que en el medio está el Salón Verde desde el cual tampoco se puede ver lo que ocurre en el despacho presidencial porque éste tiene puertas cerradas.
Pero Miriam ni siquiera era la secretaria de Kirchner, y esto fue confirmado por los cuatro testigos presentados por la propia Quiroga. Todos coincidieron en desmentir que la mujer ocupara ese cargo y sostuvieron que, en realidad, Quiroga era la directora de Documentación. Es decir, solamente recibía y clasificaba las cartas que la gente le daba a Néstor Kircher antes o después de los actos que encabezaba.
La información falsa primó desde la primera presentación de la mujer. Aun así, el juez siguió despejando el resto de las acusaciones. Dada la muerte de Néstor Kirchner, los imputados en el caso fueron el mencionado secretario del presidencial, Daniel Muñoz, su esposa Carolina Pochetti y el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, tío de Pochetti y quien, según Carrió, se benefició de los supuestos bolsos. Para este último se tuvo en cuenta, inclusive, un anónimo en el que se decía que Muñoz era propietario, a través de la empresa Aires Argentinos, del avión en el que supuestamente se llevaba el dinero.
Toda la información «hiperchequeada» por el periodista resultó estar absolutamente plagada de mentiras ante los ojos de la Justicia. Muñoz no tenía relación con esa empresa que, además, fue creada cuatro años después de los hechos mencionados por Quiroga. El gobernador Peralta, por su parte, tiene dos propiedades que ya eran suyas y de su esposa antes de acceder a la función pública y un vehículo que comparte con su cónyuge.
Toda la información «hiperchequeada» por el periodista resultó estar absolutamente plagada de mentiras ante los ojos de la Justicia
A contramano del presunto enriquecimiento de los funcionarios denunciado por Quiroga y ratificado por Lanata y Carrió, el fallo determinó que «no poseen una situación patrimonial llamativa».
Pero, curiosamente, las mayores desmentidas provinieron de la propia Quiroga. A pesar de que ante la cámara aseguró haber visto bolsos, su versión se vio modificada cuando se enfrentó al juez. En su declaración, mencionó que sólo una vez vio un bolso pero que además, tampoco vio dinero en él. Esta marcha atrás terminó cerrando el círculo de falsedad en el que se encontraba su propia identidad y el cargo que ocupaba.
Un ex custodio presidencial con el que la mujer mantenía una relación, Néstor Senyszyn, negó que Quiroga le haya mencionado este hecho alguna vez y reveló el verdadero motivo de esta falsa pero polémica denuncia. Senyszyn contó que antes de la entrevista con Lanata, la mujer le confesó, en una hamburguesería, que hacía la nota para promocionar su libro, «Mis años con Néstor y todo lo que ví», su única fuente de ingreso. Además, Quiroga le admitió que se autopromocionaba como amante del ex presidente para «tener más poder».
Por último, Senyszyn manifestó que en sus años de custodio presidencial, jamás vio que se trasladaran bolsos, pero sí muchísimas cartas. “Miles de cartas que le daban. Jamás dinero”, explicó.
Después de dos años de instrucción, ninguna de las acusaciones pudo sostenerse. En un fallo de 37 páginas, el juez Rodríguez demolió uno a uno los dichos de Quiroga. Advirtió que no sobresee a los imputados por el beneficio de la duda, sino porque no se acreditó ninguno de los hechos. El juez se lamentó, además, por el tiempo que le demandó el expediente.
En un fallo de 37 páginas, el juez Rodríguez demolió uno a uno los dichos de Quiroga
Los dos años que se tomó la justicia para cerrar el caso, permitieron que los grupos de comunicación concentrados tengan tiempo suficiente para enbanderarse con la fractura del supuesto «cerco de secretos K»; el periodista mimado por las corporaciones cumplió con su rol de instalar un título polémico, y procurar que sea tapado con otro cuando se acerque la resolución judicial; y Elisa Carrió, por su parte, aprovechó para volver a captar las cámaras y ocupar su lugar de denunciadora sistemática, el único que le concede una sociedad que no la legitima en las urnas.
