Corrupción M-Avianca: Todo retroceso de Macri implica un avance del campo popular

Al igual que lo sucedido en el escandaloso caso del Correo Argentino que debió cancelarse por sospechas de corrupción ante el intento de condonar al Grupo Macri de una billonaria deuda con el Estado nacional, donde el ingeniero ocupante de la Casa Rosada, Mauricio Macri se debatió en una quimérica metamorfosis dado su rol de empresario y Presidente de la Nación, el Gobierno nacional otra vez se vio obligado a cancelar un negocio de la «Famiglia», fuertemente sospechado también por corrupción y conflicto de intereses, al dar marcha atrás en la asignación de rutas aéreas a la empresa Avianca, que hasta el año pasado perteneció al Grupo Macri y al día de hoy mantienen interese allí y en una curiosa operación absorbió a Macair, la empresa área de la «Famiglia», cuyo Ex CEO, Carlos Colunga, es en la actualidad CEO de Avianca. 

El pasado 1º de marzo, horas previas al discurso de apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional, el Presidente de la Nación, Mauricio Macri se desayunó con la noticia de que el fiscal federal Jorge Di Lello lo había imputado, junto as su padre, varios de sus ministros, secretarios de Estado y empresario pertenecientes al Grupo empresarial de la «Famiglia», Carlos Colunga, por un supuesto caso de corrupción en el otorgamiento de rutas aéreas al grupo empresarial Avianca, que hasta el año pasado perteneció al Grupo Macri y al día de hoy mantienen intereses allí.

Aún es prematuro definir que el gobierno de Macri comenzó su ocaso, pero sí es claro que a partir de las imponentes movilizaciones que comenzaron con el mes de marzo y el paro nacional que indudablemente las bases de la CGT y sus regionales le arrancarán al triunvirato conductor para ordenar el esquema de resistencia a las políticas de hambre, ajuste y desocupación, son una advertencia para el ingeniero ocupante de la Casa Rosada, acostumbrado a dar órdenes en sus empresas y gobernar una ciudad cuya población en gran porcentaje muestra rasgos de sumisión e insustancialidad como la de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo lo que sí queda claro es que cada retroceso de Macri implica una victoria para el campo nacional y popular.

Por este motivo, y con el fantasma de la corrupción y los intereses de la «Famiglia» respirándole en el cuello, el ingeniero ocupante de la Casa Rosada, que transita la semana más dramática de sus quince meses en el Sillón de Rivadavia, envuelto en multitudinarias movilizaciones de trabajadores y un contundente paro de docentes a nivel nacional por su negativa a dialogar y la violación expresa a la Ley Nacional de Educación, al no convocar a la paritaria nacional docente, tuvo que postergar el otorgamiento de rutas aérea a Avianca, hasta tanto no se adecue a los criterios del futuro decreto sobre conflicto de intereses.

La misma suerte que Avianca, le tocó correr a otra empresa aérea de las denominadas «bajo costo», Flybondi, denunciada por el vínculo que mantiene uno de sus dueños, Richard Guy Gluzman, con el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana.

Aún es prematuro definir que el Gobierno de Macri comenzó su ocaso, pero sí es claro que a partir de las imponentes movilizaciones que comenzaron con el mes de marzo y el paro nacional que indudablemente las bases de los sindicatos de la CGT y sus regionales le arrancarán al triunvirato conductor para ordenar el esquema de resistencia a las políticas de hambre, ajuste y desocupación, son un advertencia para el ingeniero ocupante de la Casa Rosada, acostumbrado a dar órdenes en sus empresas y gobernar en una ciudad cuya población en gran porcentaje muestra rasgos de sumisión e insustancialidad como la de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo lo que sí es claro, es que cada retroceso de Macri implica una victoria para el campo nacional y popular.

Maximiliano Borches