La prensa canalla insiste con cercenar la libertad de expresión
Joaquín Morales Solá se sumó a Mirtha Legrand, Carmen Barbieri y Baby Etchecopar. Nuevo capítulo de la alianza entre el macrismo y el círculo rojo.
Es conocido el cerco mediático que posee el gobierno de Mauricio Macri, ocurrió durante su gestión en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ocurre desde su asunción el 10 de diciembre. Los medios hegemónicos, uno de los principales pilares de la carrera política del hijo de Franco Macri, silencian y avalan cada medida polémica del proceso neoliberal en el país.
Así como celebraron los decretos que modificaron autoritariamente una normativa como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales de la democracia, ahora festejan el protocolo antiprotestas ideado por Patricia Bullrich.
La propuesta de la Ministra de Seguridad, forjada a pedido de Macri, además de legalizar la represión y criminalizar todo tipo de reclamos sociales, impone el silenciamiento de cualquier tipo de ataque a manifestantes. Por decisión de la ex integrante de la Alianza, los periodistas no podrán trabajar libremente en ninguna manifestación social con el fin de evitar que se reproduzcan imágenes de las posibles represiones al cabo de entre cinco o diez minutos de reclamo, según explicó Bullrich.
En este marco, Joaquín Morales Solá, uno de los paladines del proceso neoliberal que se desempeña en el Grupo Clarín, decidió evadir cualquier tipo de responsabilidad periodística ante las declaraciones de Bullrich y en silencio apoyó el ataque a la libertad de expresión que lleva adelante el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Organismos de prensa como el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), entidad a la que Morales Solá pertenece, expresó su preocupación por la decisión macrista que el periodista acompañó.
La presencia periodística en los ataques de las fuerzas represivas del estado ante los ciudadanos de a pie han sido de gran ayuda a la hora de revelar los hechos. Así ocurrió en la represión de diciembre de 2001, en los ataques contra Kosteki y Santillán, o hace solo algunas semanas atrás, cuando el macrismo –que ahora impide a los periodistas trabajar- reprimió a mansalva a trabajadores platenses o en Cresta Roja.
