¿Boudou no, Bossio sí… Randazzo ni?

 Durante la semana que pasó, se sucedieron innumerables episodios en torno a la interna del PJ y el FPV entre los que se cuenta la ausencia de varios intendentes del conurbano al acto que invitara el diputado nacional Máximo Kirchner. Los argumentos esgrimidos como excusa a dicha ausencia denotan claramente el espíritu no tan amplio, por no decir demasiado estrecho, de muchos de los intendentes.

A pesar de que una de las consignas más fuertes del peronismo a lo largo de su historia fue “ni sectarios, ni excluyentes”, en esta acción se ve muy a las claras que muchos de los que dicen pertenecer al movimiento se saltearon de manera evidente la lectura de algunas de las máximas de su partido.

Sin embargo, la cosa se pone aún peor cuando leemos que, mientras se habla hasta el cansancio de «Unidad con Todos», estos actores principales de la provincia de Buenos Aires arremeten contra los hombres portadores de la cualidad más clara a los sentimientos del PJ: la lealtad.

En nombre de esta virtud, se siguen cometiendo injusticias, como la de desmerecer el papel de Amado Boudou en el proceso político de Néstor y Cristina Kirchner, al igual que el llevado a cabo por Luis D´Elía o el mismísimo Gabriel Mariotto. Con estas acciones, parecería ser que, en el espíritu frentista de los caciques peronistas, pesan más las terribles operaciones del multimedios Clarín que las propias traiciones de diputados como Bossio u Oscar Romero, quienes se apropiaron de bancas que corresponden al FPV para -sin vergüenza alguna ni el menor de los escrúpulos- pasar a revistar en los números de Cambiemos.

la cosa se pone aún peor cuando leemos que, mientras se habla hasta el cansancio de «Unidad con Todos», estos actores principales de la provincia de Buenos Aires arremeten contra los hombres portadores de la cualidad más clara a los sentimientos del PJ: la lealtad

Sin ir más lejos, la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, y el gobernador de Salta, Juan Manuel  Urtubey, son muestras aún más fuertes de los comportamientos “borocotistas” a los que se puede llegar: ostentan una gobernación con el sello y los votos  del FPV, pero actúan y se declaran como los más fervientes apóstoles de la derecha macrista sin que por ello se los tilde de «piantavotos» o «traidores» desde la calle Matheu. Incluso, hay algunos que hasta osan contar a Massa entre los peronistas que deberían integrar el frente electoral.

Con tanta declaración en un sentido u otro, queda muy claro que, como dijera Mario Secco, «cuando aparece Cristina, los patitos se ponen en fila solitos”.  Y así parece ser: el sábado pasado fue levantada una cumbre de los principales dirigentes del PJ/FPV, aparentemente, producto de la reacción política y estratégica de la ex presidenta.

Si bien cada jefe local es el resultado del triunfo en la última contienda electoral, también es necesario señalar que la  mayoría lo hizo en gran parte gracias a la reivindicación permanente en sus discursos de campaña al proyecto nacional y popular que, sin admitir discusiones, encuentra a CFK como la única líder y conductora.

El fondo de la discusión, entonces, está centrado en el armado de las listas electorales. Ahora se pretenderá condicionar a Cristina, recordándole la manera en que fueron armadas en anteriores ocasiones.

El fondo de la discusión, entonces, está centrado en el armado de las listas electorales

Entonces, ¿no es mediante estos procederes que se le hace el juego a Vidal y a Macri, puesto que ellos pretenden un peronismo dividido en tres para garantizarse un triunfo en las elecciones de octubre?

Cada uno de los dirigentes populares desdeñados por el PJ porta historia suficiente para ser dignos de lugares en las futuras listas -su militancia así lo acredita- y, por el contrario, en nada contribuyen a un triunfo estas escenas más propias de una comedia de enredos que de un partido que pretende triunfar con el fin de torcer el perverso rumbo que ha tomado la historia argentina desde la asunción del empresario y hoy máximo referente de la oligarquía vernácula.

En esta ocasión, sería interesante que los referentes del conurbano miraran hacia la Ciudadd e Buenos Aires y así lograran realmente conformar un frente con todos.

El ofrecimiento expresado por Cristina durante la entrevista que se le hiciera el 25 de mayo en C5N en el que ella expresó estar dispuesta a ser candidata de la unidad, dejaría en claro entonces cuál es realmente el propósito de Randazzo al haberse propuesto para tal fin.

Si el dirigente de Chivilcoy acepta integrar una lista de unidad que exprese dentro de sí el amplio abanico del FPV, podríamos entender que, finalmente, comprende el momento histórico que debe afrontar este espacio. No obstante, si por el contrario -y así fue dejado entrever por su jefe de campaña, Alberto Fernández- el ex ministro de Cristina insiste en ir con lista propia a las PASO, abriría la gran oportunidad a un nuevo triunfo de la oligarquía de Cambiemos.

Si el dirigente de Chivilcoy acepta integrar una lista de unidad que exprese dentro de sí el amplio abanico del FPV, podríamos entender que, finalmente, comprende el momento histórico que debe afrontar este espacio

Al presentarse con lista única el resto de las fuerzas políticas, el FPV queda expuesto a una posible maniobra por parte de la derecha, quienes podrían sugerir o incluso enviar a sus simpatizantes a votar en las PASO por el mismo frente. Esto podría significar que esos votantes lo hagan a favor de Randazzo, debilitando así la percepción de un eventual triunfo de Cristina en dicha contienda; o, aún peor, quedaría instalada la idea del voto-rechazo a la conducción de CFK, torciendo la voluntad de lo que hasta aquí señalan todos los indicadores: Cristina es la lider indiscutible del Frente para la Victoria.

En lo que resulta ser la madre de las batallas contra el brutal avance de las impiadosas políticas de ajuste y endeudamiento, al parecer la respuesta queda en manos de Randazzo, un candidato que hace su aparición estelar impulsado por un descomunal apoyo mediático del mismo dispositivo que cuida tanto de la imagen de Macri.