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PREMIAN A CIENTÍFICA MATEMÁTICA ARGENTINA CON EL GALARDÓN L´OREAL – UNESCO

HOY ES EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER Y LA NIÑA EN LA CIENCIA

Recientemente, la empresa de cosmética L`Oreal y la UNESCO, eligieron a la matemática, Alicia Dickenstein para su galardón anual.

Dickenstein reconocida por su contribución fundamental a la geometría algebraica y sus aplicaciones. Es la primera matemática argentina en ganar el Premio.

Investigadora Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Investigaciones Matemáticas “Luis A. Santalo” (IMAS, CONICET-UBA), fue distinguida con el premio internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” por su aporte fundamental a la geometría algebraica y aplicaciones.

Teniendo en cuenta el certamen de este año, Argentina ha obtenido 9 científicas reconocidas en el premio internacional de ediciones anteriores: 7 laureadas y 2 en la categoría Rising Talent.

Así, Argentina se convierte en el país de Latinoamérica en tener la mayor cantidad de científicas ganadoras del Premio internacional L’Oréal-UNESCO.

“Cuando me enteré, me puse muy feliz y agradecida por tener este reconocimiento internacional, en particular porque es difícil apreciar el trabajo matemático para un público general. Espero que este Premio ayude a que las niñas y adolescentes se enteren de que esta carrera existe, que es muy creativa, que está cada vez más relacionada con otras ciencias y que por lo tanto, las estimule a estudiar matemática”, expresa la doctora en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Dickenstein ha trabajado en distintas áreas de la geometría algebraica y sus aplicaciones. Uno de los temas que abordó desde distintos aspectos es el estudio de los llamados “discriminantes”, que permiten detectar “singularidades”, que son puntos donde una superficie o una trayectoria no son “suaves” sino que presentan ángulos, cúspides, etc.

“Es importante detectar estas singularidades porque son fuente de nuevos comportamientos. En general, un brazo robótico debe evitarlas porque podría quebrarse. Una de las aplicaciones en las que me he concentrado en los últimos años es en el estudio de la estructura de redes bioquímicas de señalización celular, como las cascadas enzimáticas, con herramientas de álgebra y geometría. Por ejemplo, detectamos una estructura común en redes diversas, que denominamos redes MESSI, y sobre las cuales es posible demostrar teoremas generales acerca de su comportamiento”, explica la investigadora.

Actualmente, Dickenstein también se desempeña como Profesora Titular plenaria en la Facultad de Cs. Exactas y Naturales de la UBA, es Académica en la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Argentina (ANCEFN), y desde 2020 de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina (ANC).

Además de sus múltiples actividades que se dividen entre la docencia y la investigación en Argentina y diversos países del exterior, en 1996, Alicia se convirtió en la primera directora mujer del Departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, cargo que desempeñó hasta febrero de 1998. A lo largo de su carrera, su trayectoria fue reconocida con premios y distinciones, entre los que se destaca el cargo de Vicepresidenta de la Unión Matemática Internacional (IMU, por su sigla en inglés) desde 2015 hasta 2018, un organismo históricamente dominado por hombres.

Dentro de las diversas publicaciones -además de los artículos científicos en revistas de alto impacto- se destacan los libros “Matemax, English + Spanish Edition”, “Pensar con Matemática 4, 5 y 6” y “Matemax, La Matemática en todas partes”, destinados a la enseñanza de la matemática para niños de entre 9 y 14 años.

Alicia Dickenstein es Fellow de la Society for Industrial and Applied MathematicsFellow de la American Mathematical Society, Doctora Honoris Causa del Royal Institute of Technology de Suecia y de la Universidad Nacional del Sur (UNS), Argentina, obtuvo el Premio Consagración en Matemática de la ANCEFN en 2017 y el Premio Internacional de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS, por la sigla en inglés de The World Academy of Science) 2015 en Matemática.

Desde 1998, el programa L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” ha reconocido y celebrado a eminentes mujeres en la ciencia en todo el mundo.

El Premio Internacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” se entrega a cinco científicas sobresalientes de todo el mundo, y se otorgan en años alternos a mujeres investigadoras en el área de Ciencias de la Vida y en Ciencias físicas, Matemáticas e Informática. Las cinco ganadoras de la 23ª Edición son: Alicia Dickenstein por América Latina; Catherine Ngila por África y Estados Árabes; Kyoko Nozaki por Asia – Pacífico; Shafi Goldwasser por América del Norte y Françoise Combes por Europa.

En Argentina, la edición nacional del Premio L’Oreal –UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” se lleva a cabo desde hace 15 años en colaboración con el CONICET y ya ha reconocido a 42 mujeres científicas de provincias y ciudades de todo el país.

Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

A través de un informe de Cintia Kemelmajer, el CONICET difunde las opiniones de investigadoras argentinas, con respecto a esta fecha que fuera instaurada por la Asamblea General de la ONU.

Según la UNESCO, en el mundo, menos del 30 por ciento de las personas dedicadas a la investigación científica son mujeres. Es por eso que hoy, como cada 11 de febrero desde 2015, se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y al acceso y la participación plena y equitativa de las mujeres y las niñas en el campo científico.

La fecha fue instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a modo de recordatorio de que las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en las comunidades de ciencia y tecnología, y que su participación debe fortalecerse.

“Jamás pensé que las mujeres fuéramos menos aptas que los hombres, algo que les agradezco a mis padres. Por lo tanto, nunca me sentí detenida por los estereotipos de género. Pero mirando mi trayectoria a la distancia, veo que logré más de una vez no darle importancia a circunstancias que podrían haberme detenido”, señala Alicia Dickenstein,

En una oportunidad, por ejemplo, le tocó reemplazar a un colega y ser la primera mujer directora del área que integraba. Ahí vivenció algo de lo que menciona: “Fui la primera directora mujer de mi Departamento. Yo era profesora asociada y casi todos los profesores titulares eran hombres. Fue una experiencia excelente, pero aprendí rápidamente lo que es tener mucha responsabilidad y prácticamente ningún poder, rodeada de una falta de confianza básica por el pensamiento estereotipado de que ´las mujeres son muy emocionales´”.

La experiencia para Juliana Cassataro fue distinta: doctora en Ciencias Biológicas, investigadora del CONICET y hoy directora del grupo de Inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB-INTECH, CONICET-UNSAM), en sus primeros años de carrera –en la facultad, como becaria, como investigadora asistente- se encontró con que en el mundo de la biología y la medicina la mayoría eran mujeres. “Pero al ascender en la carrera esta relación se invierte y cuando se ven los puestos de liderazgo la mayoría son ocupados por hombres: profesores titulares, decanos, rectores, directores de institutos y jefes de grupo. Esto hace que nosotras tengamos menos ejemplos a seguir en cuanto al modelo de liderazgo. También es real que cuesta entrar en esos círculos siendo mujer cuando los códigos y formas de trato son mayormente masculinos. Por eso creo que al principio, cuando era más joven, sentía que tenía que ser sobresaliente y destacarme significativamente solo para poder ser tenida en cuenta y que se tome mi opinión como válida”.

En el caso de Karina Bidaseca, socióloga e investigadora del CONICET en el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES), en sus distintas etapas en la investigación, primero como becaria, luego como estudiante de grado, y más adelante de posgrado, la desigualdad de género se manifestó a través de la voz: “El estereotipo de género –dice- marca que el varón es el que tiene y al que se le presta atención y se le escucha porque es una voz marcante, autorizada, legitimada. En las diferentes reuniones o formas en que una atravesó los espacios de sociabilidad en las aulas la desigualdad de género se manifestó en esa autoría de la palabra y de la voz. Tiene que ver con algo histórico, eso de que supuestamente las mujeres tenemos menos capacidades para expresarnos públicamente que los hombres. Los roles de género estipulados desde la escuela siempre nos muestran un científico varón, héroe, premiado”.

https://www.conicet.gov.ar/tres-investigadoras-reflexionan-sobre-los-avances-y-los-estereotipos-en-materia-de-genero-en-la-ciencia/?fbclid=IwAR34iR55U1ODXwLcXR9F_05kQQjFZeN5TdepvmtUOaiSzJUMT_z7b0uyGUc

Fuente: CONICET

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