Periodismo en zona de peligro
La embestida oficial contra los medios independientes y los aduladores, parece no alcanzar su techo
En hechos que fácilmente nos llevan a imaginar un estado de confrontación casi bélica en plena etapa democrática, Milei y sus secuaces, intentan instalar la imagen de la prensa como los villanos de la película por el mero hecho de realizar nuestro trabajo. «No hay suficiente odio aún contra los periodistas», decía días atrás el presidente, a la vez que nuestro colega Roberto Navarro, era agredido, no solo de manera brutal, sino también de forma cobarde por un fanático libertario, lo que devino en una internación por la gravedad de las lesiones sufridas.
«No hay suficiente odio aún contra los periodistas»
Los permanentes ataques que sufrimos quienes cumplimos nuestra labor cubriendo las marchas en Plaza de los dos Congresos, el fotoperiodista Pablo Grillo, quien suscribe, (que también he sido víctima de los palos y gases en cada cobertura) y los cientos de colegas que hemos tenido que recurrir a las máscaras antigases para trabajar con menores riesgos, al menos de intoxicarnos o ahogarnos, vemos como, desde las más altas esferas del gobierno, persisten en su afán de culparnos por los espantosos resultados de sus políticas en general y de la economía en particular.
Nuestra labor no consiste en lamer las botas del poder, sino la de informar cabalmente sobre cuanto acontece, o incluso opinar sobre los hechos, sin que nos vaya la vida en ello, o corra riesgo nuestra integridad, pero cómo será el grado de impunidad que sienten que, atacan hasta los que ayer eran sus adulones y «ensobrados».
Este martes 29 volvimos a vivir una escena que, si no conociéramos a los actores reales, diríamos que es un montaje realizado con IA, puesto que, a plena luz de los flashes, el monje negro del gobierno, el monotributista Santiago Caputo, amenazó a un fotógrafo de Tiempo Argentino Antonio Becerra, llegando con total descaro, a sacar foto de la credencial de prensa del colega.
Entonces comenzamos a preguntarnos, ¿serán capaces de ir por nosotros a nuestros hogares, o nos van a estar esperando acaso cuando nos dirigiéramos a una cobertura?. Está más que claro que nos encontramos en una etapa muy oscura de la vida democrática, en donde la libertad de prensa y expresión pasaron a ser meros enunciados constitucionales y nuestra seguridad hoy depende del humor con que se levante el asesor presidencial, el vocero Adorni, la tía, el padre de Conan o Bullrich.
La primera medida que tomó este gobierno fue anular por completo la Pauta Oficial, consiguiendo así direccionar de manera arbitraria e ilegal, los aportes a quienes ellos mismos terminan denominando ensobrados y con esa misma medida, limitar la capacidad de trabajo de los medios que, como Infobaires24 y muchos otros, no somos afines a las idea del fascismo que levantan los libertarios.
Pero claramente esta tendencia no va a decrecer en la medida en que Milei nos siga llamando «estos hijos de puta de los periodistas», como hizo en el día de hoy en una de sus presentaciones, más bien es esperable que esta situación empeore y quién sabe hasta consiga tener su propio José Luis Cabeza. El tiempo y el humor del gobierno tendrán la última palabra.
