Los focus groups no andan nada bien. El gobernador de Mendoza, Eduardo Cornejo, le pidió que se baje y deje a María Eugenia Vidal como candidata, a lo que se sumó el “no positivo”, Julio Cobos, cuyo nombre transpira traición. Macri no gana para sustos. Se sostiene, además, que Emilio Monzó no sería ajeno a esa jugada. Tal vez por eso, su ánimo y su aspecto están tan desmejorados que no hubo cámaras en el tedeum.
Escribe Alejandro C. Tarruella
Mucho grupo y pocos votos
Durán Barba había partido a los Estados Unidos y luego, a su finca de las afueras de Quito, donde intenta pasar desapercibido. Este fin de semana, Macri salió a refirmar que el único candidato es él mientras ilumina una estrategia a la disparada y a los gritos, que pasa por Alternativa Federal. Hay un dato en todo esto: no mostrarse en el tedeum sin pueblo ni calor popular, implica no dar la cara. Y ese paso parece no tener retorno.
Los comentarios al interior del quebradizo Cambiemos dicen que Macri imagina una sorpresa de la mano de Schiaretti, Urtubey y Pichetto, incorporando a Pichetto como segundo de fórmula. Frigerio habló de sorpresas en una reunión con empresarios argentinos y brasileños. Todo esto pasa hoy por la cabeza de Macri y el asentimiento automático de Marcos Peña sin que aún haya sido analizado por Durán Barba.
Las cosas se tornan complejas y desmañadas. ¿A quién le quiere responder Macri con esos posibles armados? En realidad, ante el lanzamiento de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner que recoge sin duda adhesiones, Macri procura, como lo adelantó sin estridencias Rogelio Frigerio (cuyo nombre se hizo “presidenciable” en círculos cerrados, e incomoda a Macri), anotarse en un operativo sorpresa.
Sin embargo, se duda en Cambiemos de la efectividad de la movida porque se entiende que Macri tiene dos espacios a los que responder. Uno es la propia interna, ya que le piden que se vaya y deje a Vidal encaramarse como candidata a presidente. El otro, recién entonces, es el electorado, pasando por el peronismo. Pero hay una herida fundamental que Mauricio no soporta: el orgullo personal que suma mucho más que todos sus bienes (los bien y los mal habidos para utilizar una figura ortodoxa). “Herime el amor pero jamás el amor propio”, parece gemir. Y Cornejo como Cobos pasaron ese límite.
El otro centro al que apunta el hijo de Franco cuando procura contar con una módica sorpresa es el Círculo Rojo empresario, que ya no lo quiere cuando arruina las reservas del país en el jolgorio de la fuga de divisas. Eso le resulta insoportable.
Duran o barba
El no saber de quién se trata el candidato de Cambiemos cuando la oposición pegó un golpe de nocaut inesperado, pone nervioso al propietario del sello y sus socios. Durán Barba debe volver cuando en realidad quisiera internarse en su finca a escuchar la caída del agua, mucho más tierna y acariciante que la caída de Macri y su proyecto político. Es que ahí hay un problema: Durán Barba es bueno para ganar pero nunca para sostener. Que es lo que se viene comprobando en estos días y desde cierto tiempo.
Trabajar sobre la impostura, la creación de escenarios irreales y ganar es todo un acierto, no se lo puede negar. Pero cuando la realidad es un pedazo de pan, un techo, un trabajo digno, una vivienda, la salud y la educación, se agudiza la situación de millones de personas que un buen día deciden regresar de la simulación e ir por la recuperación de sus derechos y su dignidad
Y ese es el punto de la discordia en la Argentina de hoy. Durán Barba, como Claudio María Domínguez, que expresan formulaciones semejantes, tienen siempre un tiempo de fuga y luego, como en el presente, otro de regreso. Y aquí “se acabó el verso”, como se suele decir en las calles.
Esto se observa en un detalle, y son las mediciones que se dan desde las recientes elecciones provinciales a estos días. Todo el norte argentino muestra una adhesión a la fórmula que lleve a Cristina, que crece sin pausas hacia una primera vuelta sin vueltas. Ese clima comienza a sentirse en el sur.
Si a todo esto hay que agregar que a la convención radical no irá el Coti Nosiglia, que la pasó mal en la anterior, donde Ernesto Sanz fue golpeado cuando entregó su partido a Macri, es posible adelantar que, por ese lado, el hijo de Franco no puede esperar nada bueno. En tanto, él aguarda recibir en la semana en la que sufrirá un nuevo paro nacional de la CGT y las centrales de la CTA, las encuestas realizadas luego de la sorpresa de Cristina.
Los tiempos que vienen lo observarán con una honda preocupación en el campo propio, mientras Vidal no sabe qué decir de la masacre que produjo su policía en Monte, escondida de los medios mientras una joven de 13 años se debate entre la vida y la muerte.
Hay quienes alucinan una interna presidencial en las PASO, entre Vidal y Lavagna, en una insoportable fuga de la realidad
El regreso de Durán Barba, en tanto, dará mucho que hablar a los medios pero, con toda seguridad, no le dará nuevos votos porque el consultor que admira a Hitler no suma. Apenas si puede, en la etapa en que el macrismo se despeña, ensayar jugos de palabras para luego salir a “cachar giles”, como se decía en la Buenos Aires de hace algunos años.