La opinión de Oscar Cuartango| Qué disyuntiva presenta el mundo del trabajo a cien años de la creación de la OIT
La reflexión de la semana nos remite al centenario de la creación de la Organización del Trabajo (O.I.T.) que fuera fundada por la Liga de las Naciones al finalizar la primera guerra mundial, y se celebra este año en el marco de la temática “El futuro del trabajo”.
El año pasado, en una columna publicada en este mismo portal, hicimos referencia al tema, como así también que el 6 y 7 de abril de 2018 ese organismo internacional convocó a los estados miembros, las representaciones de trabajadores y empleadores y calificados especialistas a un diálogo global sobre esa temática y posteriormente constituyó una comisión permanente para profundizar la temática. Resultó de ello la publicación de varios documentos, que analizaron y describieron la problemática en profundidad, aunque sin encontrar respuestas que dieran solución a los interrogantes planteado.
Efectivamente, el mundo del trabajo se ve modificado por el uso de la informática, las plataformas colaborativas, el comercio on line, la digitalización, la robótica y el uso de la inteligencia artificial. Y, justamente, una sociedad que se organiza a partir de la inteligencia artificial obligará a la reconversión de todos los trabajos.
Regionalmente convivimos ya, con el impacto tecnológico, la más absoluta precarización del trabajo, el capitalismo global y financiero y ello, sin lugar a dudas genera una crisis de empleo.
Albert Eistein decía que “toda crisis conlleva una oportunidad” que debe ser aprovechada, completando la reflexión con el acervo que no hay que pedir que algo cambie si seguimos haciendo lo mismo.
En razón de ello, encuentro propicia la oportunidad para proyectar nuestra mirada hacía el futuro en procura de responder, o por lo menos comenzar a analizar y buscar posibles cursos de acción para afrontar el interrogante planteado por la O.I.T.
En estos momentos en nuestro país estamos viviendo, y porque no decirlo, padeciendo, el desembarco de las plataformas digitales o colaborativas, como, UBER, GLOVO y otras. Estas formas de trabajo totalmente precario, han sido motivo de distintos pronunciamientos judiciales, a fines de definir la relación laboral de los trabajadores de delivery que actúan con estas plataformas.
Así, los Institutos de Derecho del Trabajo de los Colegios de Abogados de La Provincia de Buenos Aires, reunidos en Lomas de Zamora, lo hicieron unánimemente a favor de la existencia de relación de dependencia, y en el mismo sentido se expidió el calificado especialista español en derecho laboral Antonio Baylos.
Por su parte, un pronunciamiento del Juez Contencioso Administrativo Andrés Gallardo, a cargo del Juzgado nro. 2 de CABA ordenó prohibir la actividad de las plataformas de mensajería y reparto de alimentos hasta que las empresas no garanticen las condiciones de seguridad de los trabajadores y dispuso que el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat ejecute un plan de contingencia económica y social para compensar la reducción del ingreso de los repartidores mientras dure la prohibición del servicio. Este pronunciamiento fue apelado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se está sustanciando el recurso, a cuyas resultas esperamos.
Pero, de manera genérica, observamos que los ejemplos históricos demuestran que las innovaciones producen un incremento del empleo, pero en el mediano plazo. En el mientras tanto se producirá irremediablemente la destrucción de los puestos de trabajo existentes y las políticas laborales deben dar respuesta a eso.
El desafío es adoptar las medidas necesarias para evitar la precarización laboral y dar un salto de calidad en el progreso y su aplicación, para asegurar que las nuevas tecnologías beneficien al conjunto y que no perjudiquen a la población en beneficio de los pocos que manejan el capital concentrado.
Un plan económico acorde a la problemática social, contemplativo de la idiosincrasia argentina y sin copiar esquemas ya conocidos de recesión -como el propuesto por el FMI- resulta clave. Sólo así se radicarán empresas, habrá una mayor demanda de empleo y se generará un círculo virtuoso, que permitirá recepcionar los nuevos desafíos del mundo del trabajo favorablemente.
En un país donde el 30% de la población es pobre, y la política socio económica implementada recae en perjuicio de las clases sociales más bajas, no se aventura posible hacer frente a tales desafíos tecnológicos en forma positiva. Necesitamos para ello volver a un esquema productivo, de desarrollo laboral pleno.
Pero qué lejos estamos, sujetos a los lineamientos del gobierno de turno, de aquellas premisas de justicia social que supimos ver implementadas, cuando en la actualidad se intenta implementar una reforma laboral flexibilizadora y regresiva en perjuicio de los trabajadores.
“Toda crisis es una oportunidad”: el voto ciudadano soberano resolverá esta disyuntiva.
