LA MADRE DE UNA NENA QUE ENCONTRARON MUERTA EN UNA FUNDACIÓN, ASEGURA QUE LA ASESINARON Y ABUSARON DE ELLA EN EL LUGAR.
El caso de Guadalupe Ale, supuesta víctima de suicidio infantil, ocurrió en marzo de 2020. La menor por la situación económica de su progenitora, vivía en un hogar comunitario.
Tenía once años al momento de ser encontrada por el personal de la Fundación Pelota de Trapo en la Provincia de Buenos Aires, la pericia forense detalla que el paro cardiorespiratorio se debió a una aguda asfixia. Su cuerpo, según testimonios de quienes tenían la guarda de la nena, pendía de una soga en el interior de un armario.
Guadalupe medía casi un metro sesenta de altura, pesaba 42 kg, estaba bien nutrida para su peso y talla, su tez trigueña y sus ojos marrones, resaltaban aún más con su larga cabellera oscura. Estaba viviendo allí a la espera que su madre, pudiera volver a otorgarles una vivienda a ella y a un hermano que también concurría a comer en este “Hogar de Día”.
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En la Fundación, comentan los allegados a la víctima, tomó contacto con un adulto que no pertenecería a la nómina del personal declarado por las autoridades de la organización, no obstante, a modo de asilo, se había procurado techo, comida y trabajo a un “mochilero” hombre joven que frecuentaba el trato cotidiano con las infancias alojadas en el lugar.
Con Guadalupe, también tuvo contacto y le habría regalado un puñal tallado en madera. Pero tras la muerte de la nena, ese adulto no sólo desapareció del lugar sino que además no es expuesto por quienes dirigen la fundación, profesionales del campo nacional y popular muy conocidos por muchas obras en beneficio de las infancias víctimas de violencia.
No obstante, la madre de Guadalupe, habla mediante las declaraciones de Natalia Perzhalo, una joven periodista que además dijo a IB24 ser la madrina del hermano de Guadalupe.
La periodista explica por qué es vocera en este caso y su vínculo con Elena, madre de Guadalupe Ale: “tiene recursos muy limitados” –sic- expresó sobre la mujer que estaría en tratamiento luego de la muerte de su hija.
Perzhalo fue quien publicó el año pasado: “Elena, su mamá, los visitaba a diario y mantenía conversaciones fluidas durante el día con ambos mientras intentaba resolver su situación económica para llevárselos nuevamente a vivir con ella.
Guadalupe estaba contenta porque al comenzar el secundario se había rencontrado con amigas de la primaria. Era una nena extrovertida y simpática como la recuerdan sus maestras, amigos y familiares”
“El jueves 12 de marzo, su hermano la vio durante el almuerzo en la fundación. Cruzaron un par de palabras y cada uno continuó con la comida. Guadalupe había pedido que le sirvieran otra porción de postre.
Luego de eso, el relato se construye de manera confusa. Ella se habría ido a su habitación, la cual compartía con una compañera, habría improvisado una cuerda con sábanas para ahorcarse colgándose del placard.
La nena medía 1.60 metros y pesaba casi 50 kilos y se habría colgado del parante de un placard con una cuerda hecha con una sábana.
Fuentes judiciales cercanas al caso, señalan que lo llamativo del caso es el comportamiento previo de la menor el cual no presentaba indicios de un estado depresivo” escribe la periodista.
Para Elena, la mamá, no fue suicidio sino homicidio porque resulta para ella impensable considerar a Guadalupe ahorcándose y además las pericias del forense informa que habrían abusado de la nena, estando en el Hogar de esta fundación.
Sobre los dos delitos es que ahora, exigen justicia ya que la inacción para revisar a pedido de la madre, llama la atención a quienes aún demandan mayores respuestas sobre lo que le sucedió a Guadalupe, el rol de quienes debían cuidarla, la falta de información previa sobre indicios de un cambio conductual, si lo hubiere tenido y cómo, bajo qué circunstancia, fue abusada sexualmente, tal como lo constata la pericia forense.
