Contrabando y acopio en silobolsas: El combo perfecto para maximizar ganancias y desestabilizar al Gobierno
“Dentro de la ley, nada. Fuera de la ley, todo”, parece ser la consigna que impulsa a los fugadores de granos y de divisas, y también a los acopiadores, aunque los silobolsas no sean ilegales.
La elevada inflación es una pesadilla para las mayorías, y sobre todo para los más vulnerables, pero es un escenario ideal para la clase dominante que la promueve, como ya lo explicó con claridad el dueño de La Anónima, Federico Baun, durante su intervención del mes pasado en la reunión de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), cuando se refirió a la constante remarcación de precios que practica.
«Se nos están yendo muchos dólares por el contrabando. Calculamos 750 mil toneladas de granos de soja por mes a Bolivia y un número similar a Paraguay, hablamos de 300 a 500 millones de dólares. Salen por nuestra frontera sin control», señaló hace unos días, en una entrevista con Radio 10, el presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales, Gustavo Idigoras.
Agregó que «estamos hablando de tres mil camiones por mes, que deberían ir a nuestros puertos». Explicó que “en Argentina la soja se paga 47 mil pesos promedio y en Bolivia y Paraguay se paga 85 mil pesos”, y añadió que eso “pasa con la soja pero también con el aceite de girasol».
Los grandes productores quieren poner de rodillas al gobierno de Alberto Fernández. Y su estrategia no puede ser más provechosa: maximizar ganancias, debilitar al peronismo y favorecer la suerte electoral de Juntos por el Cambio. Un escenario soñado.
