El club de Macri también podría cerrar
El Club Cultural y Deportivo «17 de Agosto», donde Macri lanzó su candidatura a jefe de Gobierno, deberá pagar más de $150.000 en servicios.
El «17 de Agosto» del barrio porteño de Villa Pueyrredón ya fue noticia en el año 2011, cuando el juez Gallardo sospechó que allí se desviaban fondos públicos de la Ciudad, gobernada entonces por Mauricio Macri.
Ahora, sus autoridades afines al presidente, reclaman ayuda para continuar abriendo sus puertas: el brutal tarifazo llevó a que deban pagar más de $150.000 en servicios, un gasto que no tiene nada que envidiarle al de las grandes empresas.
Además, un fallo de la Justicia los condenó a pagar más 1.500.000 pesos de indemnización a una entrenadora que -según se detalló- fue «injustamente despedida» en el año 2011. No es la primera vez que el club debe afrontar exorbitantes montos a causa de echar a sus trabajadores. Durante la década del 90, el 17 de Agosto debió reducir sus instalaciones por juicios similares.
No es la primera vez que el club debe afrontar exorbitantes montos a causa de echar a sus trabajadores. Durante la década del 90, el 17 de Agosto debió reducir sus instalaciones por juicios similares.
Esta emblemática institución que hoy corre serio peligro fue, sin embargo, una de las mimadas por Mauricio Macri durante su etapa como jefe de gobierno de la Ciudad. Fue allí donde lanzó su candidatura e incluso lo utilizó en varias ocasiones para hacer reuniones.
El club captó la atención de los medios de comunicación cuando, cinco años atrás, el juez Gallardo ordenó su clausura tras sospechar que la sede funcionaba como parador para gente en situación de calle sin tener la habilitación, oficiando de extensión irregular del ministerio de Desarrollo Social, entonces dirigido por la actual gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
A pesar de insistir en la independencia de poderes, Macri no dudó en disparar contra el magistrado, a quien acusó de «hacer política desde el primer día» y montar una operación contra su candidatura a jefe de Gobierno.
Ahora los socios del Club 17 de Agosto esperan nuevamente un gesto solidario, aunque esta vez con menores pretensiones: que se apruebe una tarifa social para los clubes de barrio.
