Sobras y descartes: la estrategia de Pettovello para la comida de los pobres
Desde que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, dijo que recibiría a todos los que pasen hambre y no los recibió, comenzaron a tomarse algunas medidas para extender una ayuda a los sectores más vulnerables. Muchos de los anuncios realizados rayan en lo irracional, pero eso es algo a lo que el Gobierno de Milei nos tiene acostumbrados.
La fila que se extendió por varias cuadras a la espera de Pettovello, logró que el Ministerio de Capital Humano se ponga “manos a la obra” para brindar asistencia. Su primera medida fue darle varios millones a organizaciones como Caritas o Iglesias Evangelistas.
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Así, el Gobierno que asegura no querer intermediarios, se alineaba con intermediarios a su nivel. Pero esto no sería lo único, ahora Capital Humano se lanza a buscar en los empresarios una “manito”, y lo primero que firmaron es un convenio de 20.000 millones de pesos, para a compra de 5 millones de unidades de alimentos con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).
Hasta acá, los beneficiados de siempre serían los buscados para dar solución a los problemas que no lograron ni siquiera contener.
Pettovello tendría otra carta maestra guardada. Luego de denunciar la cartelización y maniobras irregulares que salpican a la gestión anterior, Capital Humano se sacudió el polvo y decidió modificar el mecanismo de licitaciones permitiendo a los oferentes concursar de manera parcial por cada uno de los renglones de lo que se busque adquirir.
“Si una empresa o distribuidora tiene un excedente de 50.000 latas de tomates, puede ofertar por eso, y el organismo de compra evalúa precio-cantidad. Así se va comprando a los que ofertan más barato”, explicó un funcionario de la cartera que conduce Sandra Pettovello.
De esta manera, las empresas podrán ubicar sus sobras y descartes, también llamados “excedentes de producción”, a un precio bajo, tal y como aquellos que venden puerta a puerta, en los colectivos, y en la vía pública chocolates y golosinas próximas a caducar. Productos que no se deberían poder vender, ahora tienen un destinatario, gracias a la humanidad de la flamante funcionaria de Milei.
Fuente: Coloquial