Renovación activa y con el espíritu de Antonio Cafiero
El Movimiento Peronista se demuestra andando. La transformación no espera.
Son gobernadores e intendentes del PJ que llegan luego de una labor ardua, debatida y hasta generosa en términos políticos, con la idea de lanzar una «renovación» en el justicialismo hoy mismo en lo que constituye la primera presentación pública del proyecto. Hace una semana, el grupo realizó un encuentro preparatorio en la Casa del Chaco, previo a la reunión en un hotel porteño en la que van a conmemorar un nuevo aniversario del triunfo electoral de la renovación peronista encabezada por Antonio Cafiero. Se trata de una acción política organizada por intendentes del Grupo Esmeralda, para esta tarde en el hotel NH de la calle Bolívar 160, el ex City Hotel. La expectativa señala que van a verse las caras importantes referentes del justicialismo para dar a conocer las pautas en las que basan su propuesta para una transformación gradual y presente en las filas partidarias.
Los datos previos, indican para el periodismo a la ligera los dirigentes, convocados el miércoles pasado, dibujaron las bases de un nuevo rumbo para el del PJ, y que una de sus prioridades pasa por tomar distancia del kirchnerismo con el fin de definir una nueva historia en una etapa de construcción que recoja el espíritu de Antonio Cafiero. Por eso, se habla de una “segunda renovación” política del peronista y los organizadores trazaron para la presentación, la fecha del 6 de septiembre cuando se recuerdan 29 años de la victoria de la renovación peronista en territorio bonaerense que permitió superar las heridas de la derrota de 1983, cuando el PJ llevó como candidato a presidente al impresentable Ítalo Luder. El hecho tiene un rasgo simbólico y permite, también exige, a los dirigentes justicialistas que procuran así, situarse en los términos de aquel llamado que permitió iniciar un cambio de cambios que llevaría a Cafiero a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. En ese plano, hay quienes quieren poner y definirlas como una toma de distancia respecto del kirchnerismo. Y esto no es necesariamente así, como lo terminan planteando los medios que hacen la parodia de ir “al futuro” haciendo sonar los redoblantes del macrismo.
El Grupo Esmeralda, está integrado en su base por los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Gabriel Katopodis (San Martín). Y estarán en el NH Juan Zabaleta (Hurlingham), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Juan Pablo de Jesús (La Costa) y Eduardo Bucca (Bolívar), Gustavo Menéndez (Merlo), Fernando Gray (Esteban Echeverría) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas). No sorprendería si el intendente de Escobar y otros, se sumen al hecho de que la propuesta es convocante desde que se sabe que serán de la partida el presidente del PJ, José Luis Gioja, Diego Bossio. diputado del Bloque Justicialista, de iniciativas zigzagueantes y palabras dudosas. Gioja concurre con la expectativa puesta en encontrar un punto de referencia político que abra las puertas del nuevo tiempo que están marcando las expresiones de la base social. Las marchas y expresiones públicas, masivas y elocuentes, también exigen respuestas que el titular del PJ estudia con riguroso cuidado para hallar nuevas pautas para el movimiento nacional. La unidad del peronismo, que es conformar a las expectativas sociales amplias y poder definir el arco político y social en el que se instalará el frente que permita recuperar los espacios de conducción para ganar en 2017 y 2019, es el objetivo principal de la conducción partidaria.
Superar errores y abrir el camino
Recordar la entrega y la solidaridad de Cafiero, implica hablar de desprendimiento, de saber cuál es el lugar de cada para ocuparlo y abrir espacios para que los otros participen, activen y sean parte de la respuesta colectiva.
El peronismo es un tiempo de movilidad permanente, y la exigencia de la sociedad hacia su espacio no deja lugar para la dudas a la hora de tomar una decisión.
Y hoy hay un protagonismo muy fuerte de Cristina aunque, aparecen críticas respecto de voceros, referentes o ciertos actos que no guardan relación con el lugar singular que le otorga la sociedad cuando sale a responder a los embates de una gestión del gobierno nacional que es adversa, prepotente (basta observar los términos del tarifazo o la ferocidad de los despidos) y no tiene destino para el país.
Luego de la contundente Marcha Federal de la que emergió fortalecido el dirigente Hugo Yaski y una sociedad abierta a expresarse, es natural que se planteen observaciones, aportes para crecer, algunos de los cuales –como las encuestas que muestran a la ex presidenta creciendo en la fe de las mayorías- van delineando un escenario que recupera valores y presencias y pide a su vez, cambios, no tener miedo a meter mano en una realidad que debe ser superadora. El oficialismo de la entrega hiere al país y demanda respuesta políticas de unidad que reclama incluso, generosidad. Pero por sobre todo, conducción. En ese punto no hay dilaciones ni pautas de intermediación. La conducción es sugerente, forma parte de un arte que reconoce en las mayorías a su mayor inspiración. De manera que hay que reconocer errores, aciertos, necesidades políticas para alcanzar un objetivo.
Establecían Miguel Unamuno y Antonio Cafiero que la renovación tendría que superar “la despiadada disputa por el espacio y el control de aparato por una institucionalización de la “la lucha por la idea”.
Para ello querían reinstalar la identidad peronista con base en lo histórico que implicaba lograr un “estado de justicia” que superara incluso el concepto de “estado de derecho”. “Si vamos cada cual por su lado, el peronismo no gana”, advertía con sencillez Cafiero. Y clamaba por la unidad con concepto. Y la unidad precisa de los dirigentes la entrega, el darse a las necesidades el pueblo y pensar desde su sencilla morada en la que hoy padece horas inciertas. Sólo así, con liderazgos indiscutidos que los tiene, es posible alcanzar el amanecer que merece el pueblo. Ojalá esta tarde se perciba ese clima.
