Y al séptimo día, se hizo el milagro
Cosquín viene presentando una vorágine de figuras que van desfilando día a día sobre el escenario Atahualpa Yupanqui. Anoche fue el turno de dos grandes de nuestra voz como son Abel Pintos y Jorge Rojas. Las entradas ya estaban agotadas desde el día anterior (con valores de hasta tres mil pesos) y la plaza desbordaba de gente que se preparaba para vivir una noche histórica.
La jornada comenzó con la presentación de un Horacio Banegas de altísima calidad y sumamente respetado quien ya constituye un referente indiscutido de la música santiagueña. Con la potencia que lo caracteriza y un repertorio exquisito, hizo cantar y bailar al público en su totalidad.
Luego, y para seguir con el espíritu de chacarera, hizo su aparición una Roxana Carabajal sólida y contundente producto de una gran madurez. El monte la está esperando y Cosquín le ha abierto sus puertas.
Siguió el turno de Jorge Rojas, uno de los platos fuertes de la noche. El elegido, el Nochero preferido y el mimado de la gente. Con un show impecable para su estilo es, por estos días, uno de los artistas más esperado de este Festival. Y la gente se lo demuestra cada año en cada tema.
La Plaza explotó cuando Rojas invitó a Abel a cantar juntos en el escenario. Fue un encuentro histórico que desbordó de amistad y talento para dar paso al gran cierre del muchacho bonaerense. Mía, la llave, Para cantar he nacido, Piedra y camino (justo ayer se cumplió otro aniversario del nacimiento de Atahualpa Yupanqui) fueron algunos de los temas que interpretaron juntos.
Luego de una cálida conferencia de prensa en la que habló de encuentro, Abel expresó: “ Yo sentí que estábamos ahí admirando lo que esperamos toda una vida admirar”.
Consultado sobre la ley de cupo femenino Pintos dijo.
“Si hay que hacer una ley para que la igualdad exista, que se haga. Pero es un tema que ni debería ir a debate”. Y luego recordó que él estaba en ese lugar gracias a una mujer, refiriéndose a Mercedes Sosa y porque otra grande había estado la noche anterior, en relación a la Sole.
Luego del encuentro de Canto 4 y Guitarreros, apareció el gran Abel quien, haciendo honor a uno de sus discos, es único.
De una calidad musical y humana de excelencia, Abel es el muchacho que nunca se fue del barrio y, a la vez, el artista que todos desearían ser. Al momento de cantar, logra crear una atmósfera de un misticismo pocas veces visto. Con un repertorio que recorrió clásicos pop y melódicos, pero que contó con un gran segmento folclórico, Abel demostró ser el referente más claro e indiscutido de la canción que derriba los muros de los géneros y abrazar otros ritmos.
Para hoy nos depara una noche de mujeres, litoral y chacarera, una mezcla de paisajes y unos ganadores de PreCosquin en el rubro malambo que parece que se las traen.
