El abordaje dubitativo que ha tenido el gobierno nacional y el santafesino respecto a la empresa nacional más importante en lo que refiere a agronegocios se perfila a ser uno de los fracasos más tristes de las gestiones actuales. El poder judicial permite que las chicanas continúen dilatando la resolución de este conflicto que representa, además, un perjuicio en contra del Banco Nación de por lo menos $18.500 millones; situación que apuntaría a favorecer a la multinacional Glencore.
La muerte Nicolás Nardelli allá por septiembre del 2021 parecía todo un síntoma de la implosión de la cerealera que meses mas tarde entraría en concurso preventivo, el paso anterior a la quiebra. Sin embargo para aquel entonces el principal acreedor era un organismo del estado, el Banco Nación. Cabe recordar como durante los últimos gobiernos la condonación de deudas ha formado parte de las «políticas de estado» lo que permite inferir que quizas apostaron a esa posibilidad.
Tas el fallido de intentar declarar a la emblemática empresa de interés público el gobierno nacional optó por permitir que el camino a la quiebra encontrase opciones dentro de los fueros civiles y comerciales más esto solo permitió que aconteciese otro acto de oportunismo por parte de los dueños de Vicentín que tomaría estado publico tas la detención de Omar Scarel mientras intentaba vender acciones embargadas.
El cramdown
La posibilidad de utilizar esta figura jurídica parecía una alternativa con posibilidades de subsanar el daño causado por la administración de la cerealéra sin embargo hasta la fecha no tuvo avances significativos. Hubo intentos de apelar a la Corte Suprema de la provincia de Santa Fe pero prefirieron no tocar el asunto y devolverle aireada la papa caliente al juez Fabián Lorenzini.
Los intereses foráneos
Está claro que desde el punto de vista de las finanzas estatales habría beneficios, ójo también desafíos, con la posibilidad de semi-estatizar una empresa como Vicentín pero existen intereses que preferirían otra resolución. La empresa suizo-britanica Glencore podría hacerse de la cerealéra argentina por adjudicación directa dado el actual estado patrimonial, que según la observación realizada por algunos legisladores y medios de comunicación se encontraría vaciada.
Tal vez debiéramos darle la razón al diputado Carlos del Frade quien como «vecino» de la empresa y sus administradores advertía sobre la necesidad de un rápido accionar.
Glencore ya se vio acorralada por la evidencia de malversaciones, pago de sobornos y fraude en otros países.
Por ahora, con el expediente en poder del juez Lorenzini, habrá que esperar para ver el desenlace de esta historia donde Silvina Batakis podría convertirse en héroe.