Taty por siempre…amor (Crónica de un viaje por la memoria)
Durante la semana que pasó, se llevó acabo la 13 Feria Regional del Libro en San Martín de los Andes. Allí estuvo Taty Almeida invitada por la Comisión por la Memoria, la Secretaría de Educación y Cultura y la Biblioteca Popular Ruca Trabun. Allí estuvo presente Infobaires24 quien recorrió junto con Taty cada uno de las presentaciones, actos y homenajes.
Primera día: La escuela de música de San Martín de los Andes se prepara para recibir a Taty Almeida. El lugar, ubicado en las afueras del centro de San Martín, se va llenando de gente de todas las edades que se abraza y se reconoce en las miradas, en el saludo, en las sonrisas. Su director, Fernando Formigo, quien integra la Comisión por la memoria, es uno de los anfitriones y es quien la presenta. Entra ella (acompañada por Pascual Guido Spinelli, editor de su libro) saluda con un “Buenas noches a todos, a todas y a todes”. Y todos estallamos en aplausos. Allí se leen poemas de Alejandro Almeida que son acompañados por canciones interpretadas por músicos de la escuela. Taty se emociona. Todos nos emocionamos con ella.
Luego de esta interpretación, comienza la presentación del libro Alejandro por siempre…amor. Siempre clara y contundente, Taty habla en defensa de la militancia, reivindicando la tarea y el compromiso que encarna la figura de Alejandro Almeida. Pero en su nombre van los otros 30.000. El cierre está a cargo de la Murga feminista, un grupo de mujeres que llevan a cabo un homenaje, mezcla de canto y danza que termina por conmovernos a todos y todas los y las presentes para pasar, luego, a la inauguración de un emblemático pañuelo que representa la memoria en esa escuela.
Taty Almeida comienza la nota contando: Yo tengo tres hijos: Jorge, Alejandro y María Fabiana. Alejandro tenía veinte años cuando lo detienen y lo desparecen. Alejandro estaba cursando primer año de Medicina, trabajaba en el Instituto Geográfico Militar, y era un militante, un militante político. Vivía conmigo y un 17 de junio de 1975 –tengamos en cuenta el año- antes del golpe cívico-militar-clerical– él llegó de la calle y me dijo: “Mamá, mañana no voy a trabajar porque tengo un parcial. Esperame que ya vengo.” Al día siguiente, cuando me levanto, veo que no estaba y empecé a buscar un papelito, algo, porque cuando no iba a dormir, me decía: “No vengo” pero me dejaba una nota o algo escrito. No encontré nada. Y encontré, en un mueble, una agenda de teléfono y en las últimas veinticuatro hojas, veinticuatro poesías.
Yo no tenía idea de la militancia de Alejandro, Alejandro me cuidaba, me preservaba. Él militaba en el ERP. Una vez, sobre la tabla de planchar, veo una estrella dibujada con una birome, entonces le pregunté: “Alejandro, ¿es la estrella judía?” Y él me dijo: “¡Mamá!” ¡Claro!, era la estrella del ERP pero para mí era chino, no tenía idea de nada. Yo provenía de una familia de militares, donde todos eran antiperonistas. Tantas veces Alejandro, con su metro ochenta, me abrazaba fuerte y, muerto de risa, me decía: “Esta gorilita de mierda! Sin embargo la quiero.” Y nos reíamos. Alejandro, como toda esa generación maravillosa, la generación de los setenta, era un joven como los treinta mil, que no dio la vida, se la arrancaron, porque ellos querían vivir. Eran chicos jóvenes, alegres, tenían proyectos de vida, la tenían muy clara, querían cambiar ese mundo que les estaba tocando vivir, ese plan neoliberal instalado y por instalarse, era un idealista pero un idealista con los pies sobre la tierra.
Luego de la presentación en la Escuela de música, nos dirigimos hacia Confluencia, el merendero en donde se producirá, quizá, uno de los momentos más emotivos del viaje porque, y será una sorpresa para Taty y para muchos de los allí presentes, el lugar recibirá su nombre. De vuelta la emoción, la alegría y la fuerza militante abrazando y abrazándola. Finalmente, el festejo es coronado por la coreografía y el canto unificado de los allí presentes en un poderoso “Macri ya fue, Vidal ya fue, si vos querés Larreta también”.
Taty continúa: Después de treinta años me decidí a publicar sus poesías. Porque yo decía “son de Alejandro, son de Alejandro” Pero después de tantos años, las Madres ya comprendimos que nuestros hijos ya pertenecen a nuestra historia. Unos de los que siempre me decía era Pascual Spinelli, gran militante, gran amigo y compañero, y así fue que me decidí. Desde la primera vez que lo presentamos, de allí, no paramos. ¡Porque no pueden creer que Alejandro tenía veinte años! Y con esa actualidad que tienen las poesías. Sus poesías transmiten el repudio a la injusticia, el amor hacia la que era su novia, a la amistad, hacia mí. Alejandro sabe que lo van a matar, lo expresa en varias poesías.
Y recuerda: A mí me costó mucho acercarme a Madres. Y eso me cambió la vida. Porque ninguna mujer está preparada para la pérdida de un hijo. Es un dolor que no tiene nombre. En mi caso, yo me había divorciado en el año 70 o sea que el Almeida lo saqué y mi apellido es Miy Uranga. A partir de lo de Alejandro Almeida soy Taty Almeida, o sea, Alejandro parió a Taty Almeida. Yo me siento parida por Alejandro. Y me cambió la vida completamente. Tengo una familia divina, mi hija tiene cuatro varones (el mayor de todos se llama Alejandro y me ha dado dos bisnietas) que me contiene, somos muy pegotes y vamos juntos a todos lados, pero mi vida cambió. Nunca me imaginé que iba a seguir haciendo docencia con un pañuelo blanco, docencia por la vida.
Nosotras no aceptamos que nos digan. “Madres heroicas”. De ninguna manera. Hicimos lo que cualquier madre haría por su hijo. Nos llevaron lo más preciado que teníamos, que es un hijo. Lo mejor que pude hacer es acercarme a Madres, compartir, pero sobre todo, estar juntas. Como dijo Azucena Villaflor: “Por separado no vamos a lograr nada. ” Parece que fueran para hoy esas palabras también.
Segundo día: Son cerca de las veinte horas Luego de una cálida conversación que dio origen a esta entrevista, nos dirigimos al Teatro San José. El lugar está repleto de gente pero sobre todo hay jóvenes, los Alejandros, que, esperanzados, se encuentran allí reunidos para escuchar la palabra de Taty. Muchos de ellos trabajaron el libro de poemas en la escuela junto con sus docentes y escribieron cartas o poesías a partir de su lectura. Taty se sienta junto a Pascual Guido Spinelli, quien la acompaña a todas las presentaciones; allí también está Graciela Rendón, escritora, docente, militante comprometida con los Derechos humanos y una de las personas que más contribuyó a que Taty pudiera estar allí. Los jóvenes de San Martín de los Andes luchan por el boleto estudiantil, luchan porque no vuelvan a “blanquearles” los murales que ellos pintaron en una de las escuelas recordando a las Madres. El teatro estalla con un canto popular: “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”. Y es eso: el abrazo popular en un lugar alejado de la Gran Ciudad y que les recuerde a los genocidas que “A donde vayan los iremos a buscar.”
Cuando se le pregunta a Taty por el monumento a Madres en san Martín, ella responde: Se aceptaba el monumento y se aceptaba que cuando estuviera terminado se lo ponía en la plaza principal y después vinieron los desacuerdos. Eso es una injusticia tremenda. Me parecen muy bien los reclamos que desde Madres Línea fundadora apoyamos lo que están reclamando y exigiendo. Es un disparate, como también es un disparate que hayan blanqueado los murales donde los chicos siguen pidiendo por el boleto estudiantil. Es como si esta gente, que les queda poco y en buena hora, quisieran dejar todo lo más destruido posible. Pero no se puede pedir dignidad a esta clase de persona, de Macri y compañía, desde ya.
La juventud maravillosa que tenemos, que no se queda atrás, que sale y exige. Es una tranquilidad porque quedamos muy pocas madres y abuelas pero estamos tranquilas porque están los jóvenes que son la continuidad. Nosotras viajamos muchos y en todos lados encontramos esa militancia. A la militancia no hay que tenerle miedo: militancia es compromiso, compañerismo, ocuparse del otro, esa militancia setentista, los chicos plantaron las semillas. Es por eso que los lápices siguen escribiendo.
Al preguntarle sobre los presos políticos del gobierno de Mauricio Macri, Taty Almeida, contundente, nos responde: Es una de las tantas violaciones a los derechos humanos que todos los días y por diferentes motivos hace cuatro años están llevando adelante Macri y compañía. Presos políticos en un gobierno constitucional, ¡qué horror! Milagro Sala y tantas otras y otros, es lamentable. Porque acá se ha revertido: toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario y no “marche preso y después averiguamos”. Si la justicia tiene que investigar, que investigue pero no tienen por qué estar presos. Es lamentable.
Por último, al pedirle su opinión y unas palabras sobre los tiempos que vienen, su cara se ilumina y sonriendo dice: Los Fernandez! Hay esperanza, hay un horizonte, queremos recuperar un gobierno popular (que no es del Macri, precisamente) que gobierne para y con el pueblo. Y que nunca más le falten el respeto a la memoria de nuestros hijos. Así que estamos con mucha expectativa para el 27 de octubre y esperamos el 10 de diciembre con muchas ansias.
San Martín de los Andes es un hermoso lugar de la Patagonia donde conviven dos modelos de país claramente antagónicos: por un lado el que defiende la meritocracia y son partidarios de un modelo económico que beneficia a pocos y por otro el que lucha por una patria más justa, libre y soberana. Y que recibe, cobija y abraza a Taty en su lucha, la lucha por la memoria, que es la lucha de todos los que soñamos con un mundo más equitativo que nos incluya a todos, a todas y a todes.
Fotos: Matías Quirno Costa
