“Presencialidad”, la nueva consigna para atacar al Gobierno y a los sindicatos docentes
Tras la llegada de la vacuna Sputnik V y la aprobación en el Congreso de la interrupción voluntaria del embarazo, dos buenas noticias con las que el oficialismo terminó un 2020 dramático, la oposición decidió comenzar el año electoral instalando una nueva mentira.
Por Claudio Siniscalco
Con la proximidad del ciclo escolar 2021, la oposición política y mediática logró sumar una herramienta potente a su estrategia de desgaste. Con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, apoyada por los principales dirigentes de Juntos por el Cambio y amplificada hasta el hartazgo por los medios de comunicación cómplices del macrismo, la campaña pretende instalar en la opinión pública que el Gobierno y (sobre todo) las organizaciones sindicales docentes no quieren el regreso de las clases presenciales.
Ya en agosto, en plena pandemia, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y su ministra de Educación, Soledad Acuña, empezaron a decir que querían abrir las escuelas para que asistan 6500 chicas y chicos que, según ellos, habían perdido contacto con la educación. “Horacio está obsesionado con la vuelta a clases”, declaró Acuña el día 19 en una entrevista radial.
La iniciativa fue rechazada por el Gobierno nacional y por los sindicatos docentes, que proponían entregarles computadoras antes que exponer al contagio a los chicos y a la comunidad educativa. Incluso el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, le ofreció a Larreta hacerse cargo de los dispositivos y de la conectividad necesaria.
Finalmente, el 13 de octubre Larreta y Acuña tuvieron su deseada foto. Muy pocos alumnos en muy pocas escuelas, pero suficiente para montar un show mediático y “demostrar” que el retorno a la presencialidad era posible. Obviamente, el experimento fue efímero: duró lo necesario para proveer insumos a la campaña de marketing y hubo más contagios que revinculación pedagógica.
Ahora, ante el rebrote del covid, el Gobierno de la Ciudad admite el aumento de casos y al mismo tiempo ratifica su decisión de volver a las aulas el 17 de febrero. En simultáneo, los medios de comunicación cómplices del macrismo iniciaron el “Operativo Presencialidad”, un bombardeo plagado de mentiras y desinformación que pretende instalar que “en todo el mundo hubo clases” salvo en la Argentina, víctima del peronismo político y sindical.
La única verdad es la realidad
Sin embargo, los datos se empeñan en contradecir la campaña macrista y demuestran que la única obsesión verdadera es por el ajuste en educación. Una investigación de la UNTREF reveló que durante los 4 años del gobierno de Mauricio Macri (el mismo que ahora dice “Abran las escuelas”), el presupuesto en educación se redujo un 35%, afectando mayormente a los niveles no universitarios y a las políticas socioeducativas destinadas a enfrentar la desigualdad.
Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recortará en un seis por ciento el presupuesto destinado a educación para 2021. De ese modo, se convertirá en el presupuesto educativo más bajo de los últimos diez años. La excusa que esgrime Horacio Rodríguez Larreta es la falta de recursos por el reordenamiento de los fondos coparticipables impulsado por el Gobierno Nacional. Sin embargo, la tendencia a la baja en educación fue una constante en los últimos diez años de gestión PRO. En contraposición, en la misma área, la inversión del Gobierno Nacional y de la Provincia de Buenos Aires para 2021 prevé un incremento del 78 por ciento y del 7 por ciento respectivamente, luego de cuatro años de caída bajo los gobiernos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, quien llevó a que la educación tuviera la menor participación presupuestaria de los últimos 20 años en la provincia, según fuentes oficiales. (Página 12)
Citado por el mismo diario, Agustín Claus, especialista en Planeamiento y Economía de la Educación de FLACSO, analizó el recorte en educación de la Ciudad y lo comparó con Nación y Provincia de Buenos Aires en el período que va desde 2011 hasta las proyecciones de 2021. “Lo que la Ciudad viene haciendo en la última década es desinvertir. El argumento actual que esgrimen es que por la discusión en torno a la coparticipación no tendrán recursos, pero eso es falso porque con mayor coparticipación también desinvirtieron”, sostuvo el investigador.
En relación al peso de la educación sobre el presupuesto total, el análisis de Claus destaca que el Estado nacional, entre 2011 y 2017, «destinó entre el 2,0 y el 2,5 por ciento de sus recursos a financiar políticas educativas a nivel nacional. Esto cambió entre 2018 y 2019, en donde se redujo al mínimo del 1,2 por ciento en 2019. Este año implicó alcanzar el mínimo histórico para proyectar incrementarse al doble, dos por ciento para el año 2021″. En la provincia de Buenos Aires, en tanto, «se pasó de un 36 por ciento en 2011 al 25 en 2019, y se espera un incremento al 26 por ciento en el 2021″.
El informe explicita que «en CABA, se refuerza la tendencia que caería del 26 por ciento en 2011 al 17 por ciento para el 2021, siendo el piso de inversión más bajo de la última década». Según este análisis, es importante que «a partir de 2021 Nación y Provincia empezarán a cambiar esa tendencia para recuperar los niveles de inversión en los indicadores generales», aunque «es grave que la ciudad más rica del país profundizará el ajuste”, concluye Claus.
¿Obsesión por la educación? La realidad demuestra lo contrario. De todos modos, la veracidad de la información nunca fue un requisito necesario en este tipo de campañas político-mediáticas. El vale todo se instaló hace mucho y recrudecerá en este año electoral.