Lo que empezó siendo un proyecto solidario pequeño, que impulsaron tres dueños de distintos restaurantes tucumanos, ahora es una gran iniciativa solidaria a nivel federal, con réplicas en varios lugares de Jujuy, Chaco y Córdoba, entre otros. Con la fuerza de un tropel, este proyecto sigue replicándose y llega ahora a Junín, en el noroeste bonaerense.
Se trata nada más y nada menos que de la “heladera social”, que tiene por fin de guardar allí raciones sobrantes de cada día, para que quienes lo necesiten puedan tomarlas gratuitamente.
Lo insólito es que en Junín todo nació producto de la equivocación de una mujer, Marcela, quien pensaba que, en Roque Sáenz Peña, la calle principal de la ciudad, había una heladera social; tal como había visto en una publicación de Facebook. Pero, en realidad, lo que vio hacía referencia a la ciudad chaqueña de Roque Sáenz Peña. Al darse cuenta de su error, Marcela «puso en Facebook que se había equivocado pero que estaría bueno que los juninenses se contagiaran de la idea y pusieran una heladera social», contó Romina Mansilla, una amiga de la mujer, quien inmediatamente se motivó en hacer ese fallido una realidad. Entonces, consultó a su socia para poner el refrigerador en un local que poseen frente a la Escuela 24 y a partir de allí surgió la Heladera Social en Junín.
Cada persona a la que le sobra un plato de comida en su casa, lo trae en bandejitas, lo ponemos en la heladera y se destina a carenciados, privilegiando siempre a los niños.
«Cada persona a la que le sobra un plato de comida en su casa, lo trae en bandejitas, lo ponemos en la heladera y se destina a carenciados, privilegiando siempre a los niños. Se llevan para toda la familia pero siempre priorizando a los niños», destacó Romina, en declaraciones radiales, y agregó que diariamente están retirando el plato entre seis y ocho familias diarias a los cuales «siempre se suma uno», señaló.
Aclaró que son todos platos cocidos, no alimento no perecederos. «Se lo pueden llevar calientes, con sus cubiertos, si están en situación de calle», explicó y aclaró que “lo damos de 14.30 a 15, generalmente la comida es para la cena».
Finalmente, remarcó la solidaridad de la comunidad dado que «esto lo hacemos de corazón. Es lo que salió y ojalá se contagie mucha gente. Se han cercado muchos ofreciendo sus vehículos para repartir en el invierno en los hogares más carenciados y eso está considerado: repartir un plato caliente de comida en los barrios carenciados».
