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Niñez en emergencia: Con hambre no se puede pensar … ni estudiar, ni crecer, ni progresar

¿A qué nos referimos cuando afirmamos que “La niñez está en emergencia”? Primero, y fundamentalmente, a que desde que Mauricio Macri asumió la presidencia de nuestro país se gobierna desde la ausencia de las más elementales políticas de protección de niños, niñas, adolescentes y familias. Y lo que es peor aún, creyendo fervientemente que el trabajo, la educación, el salario y la salud, son variables factibles de recorte y ajuste.

Por Mariana Karaszewski, exclusivo para Infobaires24

Lejos de militar la conocida frase de la compañera Evita, cuando decía que “los únicos privilegiados son los niños”, en esta “nueva Argentina”, las niñas, los niños y los jóvenes -también junto con las personas de la tercera edad- son los principales perjudicados por este modelo social, político y económico completamente excluyente, con cifras preocupantes que crecen día a día.

Según datos aportados por la Fundación Germán Abdala, “el proyecto Presupuestario que cuenta con media sanción de Diputados y que se tratará próximamente en la Cámara de Senadores; supone fuertes recortes en el gasto social para las áreas Seguridad social, Educación, Salud, Promoción y Asistencia Social, Trabajo, Vivienda y Urbanismo. (…) Esta decisión política del gobierno nacional, incumple las normativas internacionales y no respeta la Ley 26.061 sobre los Derechos Integrales de Niños, Niñas y Adolescentes; donde se indica que los presupuestos en niñez y adolescencia son intangibles (Art.75). (…) La pobreza infantil ha superado ya el 48% según los datos de Unicef (2016) y un 33, 8 % debe asistir a un comedor escolar o barrial para alimentarse. Por otro lado, con la Reforma Previsional que se aprobó en diciembre de 2017, la nueva fórmula de actualización de las asignaciones familiares y universal por hijo (AUH) de los últimos dos semestres totalizan un aumento del 31%, con una inflación del 42% en el 2016. El resultado: 8 millones de niñas y niños destinatarios de asignaciones perdieron un 11% de lo que antes percibían”.

El Decreto 801/18 significó una reestructuración del organigrama del Estado, que implicó la degradación de Ministerios claves para la intervención sobre la población vulnerada y para garantizar derechos básicos de todas las personas, al rango de Secretarías de Gobierno.

Según cifras oficiales, en la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia: el ajuste muestra su mayor impacto en los programas para el desarrollo en la primera infancia y las políticas federales para la promoción y protección de derechos. Desde diciembre de 2015 a la fecha, la SENNAF atraviesa una reducción programática y ha dejado de trabajar en el fortalecimiento del sistema federal de protección de niñez en términos integrales y universales, y ha limitado su intervención con políticas focalizadas e insuficientes. Esto se da en un contexto donde la pobreza infantil ha superado ya el 48% según los datos de Unicef (2016) y un 33, 8 % debe asistir a un comedor escolar o barrial para alimentarse.

Sin embargo, el aumento de asistencia de lxs niñxs a los comedores no se acompaña con una suba de las raciones que reciben las escuelas, lo cual lleva a que lxs niñxs reciban porciones más pequeñas y no puedan repetir el plato si se quedan con hambre.

Además, cabe destacar que cada vez son más los merenderos que encabezan distintas organizaciones sociales y barriales o grupos de personas aisladas que buscan ayudar a sus vecinxs ya que existen muchas familias (cada vez más) que no tienen un plato de comida para poner en sus mesas.

Sumado a esto, en los últimos años se observó una baja en la cantidad de vacantes en las escuelas; combinado con la migración de los niñxs de escuelas privadas a escuelas estatales (porque a sus cuidadorxs les resulta imposible sostener el pago de las suntuosas cuotas); lo que da por resultado que muchos niños y niñas de la ciudad se quedan sin vacante para poder ingresar en la escolaridad formal.

Sabemos además que el sistema interrelaciona una serie de variables complejas: un niñx que no puede alimentarse de manera adecuada (con los nutrientes necesarios) no tendrá la posibilidad de crecer y desarrollarse de manera saludable. Menos desarrollo y concentración y más cansancio son algunas de las consecuencias de una mala alimentación en los niñxs. Por ejemplo, les costará mucho más estudiar o leer. Y además podrían sufrir alteraciones en la piel y en la pigmentación del cabello, problemas de visión y mayor predisposición para contraer enfermedades.

Del mismo modo, y siguiendo con esta línea de pensamiento, un niñx que no puede estudiar, será un niñx con escasas herramientas para encarar la edad adulta y le resultará más difícil establecer una buena red de contención y relaciones interpersonales enriquecedoras.

En consecuencia, un niñx que no socialice y no se nutra de herramientas para afrontar la adultez tendrá más posibilidades de ser un joven que quede excluido del sistema, entendiendo que hay infinitos modos de atravesar esa exclusión; algunos muchos más nocivos que otros.

Por otro lado, a todo esto se le agrega la ferviente intención del gobierno de turno de querer bajar la edad de imputabilidad, queriendo castigar a los más vulnerables, en vez de ocuparse de resolver temas más importantes, tales como la pobreza y la deficiencia del sistema educativo; lo cual a su vez seguramente generaría una disminución en el delito juvenil -que, claro está, existe-. No se trata de negarlo, sino de darle un tratamiento adecuado y duradero, con estrategias de mejora a largo plazo y no mecanismos que fomenten la cultura del encierro potenciando la exclusión.

Teniendo en cuenta este contexto y las -alarmantes- cifras con las que contamos, resulta imperioso desarrollar acciones que apunten a mejorar las condiciones de vida de nuestros niños, niñas y adolescentes, que para poder ser “el futuro”, primero deben transitar este presente de la mejor manera posible.

Fuentes consultadas:

  • “Niñez en emergencia. Las tijeras en las políticas públicas destinadas a la niñez, adolescencia y familia”. Informe de la Fundación Germán Abdala – 2019
  • Documento de Juntas Internas que integran el Ministerio de Salud y Desarrollo Social –  año 2019

Lic. Mariana Karaszewski – Frente Político Sindical Germán Abdala

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