Insólita persecución judicial contra Hebe de Bonafini
El fiscal Carlos Stornelli imputó a la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, por haber convocado a una movilización ante los decretos del presidente Mauricio Macri que atentan contra la Ley de Servicios de Comunicación Audivisual, la educación pública, entre otros.
Fuentes judiciales informaron que el fiscal abrió formalmente una causa para investigar la denuncia que presentó el abogado Guillermo Fanego contra Bonafini por los delitos de «incitación a la violencia colectiva», con una pena de tres a seis años de prisión, y atentado contra el orden público.
Stornelli le pidió al juez federal Julián Ercolini las primeras medidas de prueba que son obtener los dichos públicos de Bonafini.
«Nosotros dejamos las marchas de la resistencia cuando no estaba más el enemigo en la Casa de Gobierno, Néstor era nuestro amigo, por eso las dejamos. Pero ahora que volvió el enemigo hacemos esta marcha para que el viernes 11, cuando venga a la Casa de Gobierno, nos encuentre aquí, al pueblo marchando, repudiando su presencia y a ellos», había dicho Bonafini.
Para Fanego, «esta consigna no puede ser tomada sino en un contexto de incitación a la rebelión de grupos que deben dejar el gobierno en los próximos días, de los que surgen declaraciones netamente destituyentes».
Para Fanego, esta consigna no puede ser tomada sino en un contexto de incitación a la rebelión de grupos que deben dejar el gobierno en los próximos días, de los que surgen declaraciones netamente destituyentes
Paradójicamente, ni Guillermo Fanego ni el Poder Judicial tomaron medidas semejantes contra los dirigentes que, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, llamaron a manifestarse en contra de la primera mandataria. Ninguna de las marchas opositoras incitadas por figuras como Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Laura Alonso desencadenaron una imputación por «incitar a la violencia».
Tampoco fue señalado por realizar «declaraciones destituyentes» el periodista Jorge Lanata, por ejemplo, cuando llamó a la sociedad a que «haga algo» si su programa no continuaba en el aire, hecho que finalmente nunca sucedió.
Ni siquiera sufrieron este llamado los políticos, trabajadores de los medios y personajes públicos en general que se dirigieron a la embestidura presidencial de manera violenta, discriminatoria y agresiva, de manera continua e ininterrumpida a lo largo de 12 años.
Mauricio Macri lleva una semana al frente del Ejecutivo Nacional pero ya mostró su impronta: los decretos que embisten contra una ley constitucional, reducen a la mitad el presupuesto educativo y hasta designan dos jueces de la Corte Suprema de Justicia, constituyen una muestra contundente de cómo cree el nuevo presidente que se construye la gobernabilidad.
En esta idea también parecen entrar todas las expresiones públicas de quienes se oponen a estas medidas, con Hebe de Bonafini a la cabeza de los señalamientos.