Hernán Brienza: El mal cálculo de Randazzo
Ha sido una semana movida. El gobierno hizo malabarismos para mantener el dólar a un precio tentador para los exportadores y al mismo tiempo asegurar el negocio de los fugadores; pero al mismo tiempo echó mano al único recurso excusatorio que le queda, es decir, el de decir que “la culpa siempre es de los otros”. El Grupo Clarín aceitó su poder sobre el gobierno acaparando casi todos los rubros de la comunicación con la fusión de Telecom. Y la ofensiva de la fusiladora mediático-judicial apuntó sus cañones contra el ex ministro Julio De Vido, una pieza clave del gobierno kirchnerista, pero también de todo el armado del Estado con la Patria Contratista que tiene todas las terminales en lo grupos económicos ligados al Macrismo.
Pero hay más: las encuestas comienzan a marcar un declive en la opinión pública del gobierno nacional, lo que demuestra un agotamiento de los recursos discursivos del relato Macrista y la posibilidad de que en sectores bajos y medios se produzca el famoso voto castigo en las elecciones de medio término.
Pero también hubo novedades dentro del Mundo Peronista. La novedad más importante es que, finalmente, el ex ministro del Interior, Florencio Randazzo rompió el silencio. Lo hizo en C5N, entrevistado por Víctor Hugo Morales, Roberto Navarro y Gustavo Sylvestre. Respecto del reportaje en sí mismo, Randazzo planteó una estrategia comunicacional con intención superadora del Kirchnerismo desde las filas del Peronismo bonaerense. Intentó ser medido, equilibrado, racional, aunque cometió el error de pisarse con los entrevistadores, lo que lo mostró ansioso y apresurado. El gran pozo discursivo se produjo cuando comenzó a hacer malabarismos para no hablar mal del Grupo Clarín cuando Víctor Hugo lo acorraló. El punto más fuerte fue el intento de desdramatizar la política con un tono más ameno. Posiblemente, no haya sido una entrevista muy seductora para los sectores convencidos, ya sean macristas o kirchneristas, pero tampoco un Waterloo comunicacional.
Pero quizás el principal error táctico, es decir, de corto plazo, de Randazzo haya sido adelantarse a plantear la cuestión de la sucesión de Cristina
Pero quizás el principal error táctico, es decir, de corto plazo, de Randazzo haya sido adelantarse a plantear la cuestión de la sucesión de Cristina. Sin dudas, el movimiento nacional, como expresión de sectores más amplios que el Peronismo territorial y el Kirchnerismo, más temprano que tarde deberá afrontar ese desafío. Pero ya han sido varios los que le han “errado al viscachazo”, firmando el acta de defunción del Kirchnerismo.
El error que cometió es que no era contra Cristina que iba a poder aspirar a la sucesión -estrategia que él mismo desnudó al hablar de recambio- sino ir con ella en paralelo
Posiblemente, Randazzo se equivocó en la táctica. Se apuró en pretender ser el reemplazante antes de tiempo. En algún punto cometió el mismo error que Sergio Massa: adelantó el fin del Kirchnerismo. Es cierto que gana al primerear como candidato post Cristina, en términos de un futuro mediato, pero igual de cierto es que genera antipatías y odios en un sector que él necesita para instalarse en un hipotético mañana como sucesor. El error que cometió es que no era contra Cristina que iba a poder aspirar a la sucesión -estrategia que él mismo desnudó al hablar de recambio- sino ir con ella en paralelo.
Si en las elecciones de octubre, Randazzo no saca más de un diez por ciento su candidatura quedará magullada para el 2019. Eso desde la táctica más personalista. Pero desde el lugar colectivo, quedó visualizado por el Kirchnerismo como un candidato “mezquino” en su cerrazón de debilitar la candidatura de unidad frente al Macrismo.
El votante kirchnerista no se lo perdonará y él podría haberse ahorrado ese desgaste. Es cierto que, en términos tácticos, la jugada de Cristina no le dejó otra alternativa que el destierro y la confrontación. Pero ese camino no le ha traído buenos resultados