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Funes de Rioja: los hijos de Videla aún están entre nosotros

Alejandro C. Tarruella

El Funes de este caso no es el memorioso. Es Daniel Funes de Rioja, máximo jefe de los formadores de precios del país. Un emisario de Jorge Rafael Videla en estas pampas chatas. Esos que han hecho de los comestibles y los productos de primera necesidad piezas de una ruleta rusa para el festín de los que no quieren ni democracia, ni Estado de Derecho.

Escribe Alejandro C. Tareílla

La dictadura presente

Funes fue asesor del Ministerio de Planeamiento de la Nación con Videla, donde se cocinaban negociados de obras públicas por millones que iban a la fuga de divisas de la patria contratista. Era consejero y delegado patronal de la dictadura ante la Organización Internacional del Trabajo. En esos días sin ley, de huelgas prohibidas y detenciones ilegales, desaparecían miles de delegados obreros de todo el país. Ahí estaba Funes.

Lo grave de la cuestión, es que hoy el personaje es titular de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (Copal), que rige a los que marcan los precios de la canasta familiar. Son parte de un mercado ficticio porque se supone que quien demanda, el pueblo, la sociedad, es parte del mismo. Sin embargo, no está incluido en la participación porque es un coto privado.

Para Funes, como en días de Videla, el mercado se forma con los que juegan a la ruleta rusa de las grandes fortunas, anulando derechos de millones de personas

Integra, además, la Federación de Industrias de Productos Alimenticios y Afines (FIPAA), otra de los sostenes de la corporación de los alimentos. Se desempeñó, a su vez, como vicepresidente de Laboratorios Roemmers, en el marco de las dinastías más fuertes del poder. Y no es todo, porque con su hijo Rodrigo, era propietario de Task Solutions, empresa de call centers de telefónicas en Córdoba y Buenos Aires. No hay que olvidar su paso por el Ministerio de Economía con Roque Fernández, en el gobierno de Carlos Menem, cuando lo unió Rodolfo Daer, la flexibilización laboral.

El científico en acción

Al parecer, sometido a una adicción a las cortes, el hombre acumula títulos: es abogado, fundador de Funes de Rioja & Asociación con un título de doctor obtenido por ahí, especializado en ciencia política y constitucional (su tesis pudo haber sido la economía de Videla y Martínez de Hoz), es vicepresidente de una Academia Nacional de Ciencias de la Empresa como si pertenecer a las grandes fortunas, habilite a sostener que la empresa es una ciencia.

Obviamente, ha sido nombrado en la Unión Industrial Argentina, como corresponde y hasta le cuelga una condecoración, orden San Carlos (¿Menem?) que le otorgó el oscuro presidente colombiano, Álvaro Uribe, ahora procesado por vínculos con el narcotráfico y el crimen paraestatal, en 2000. Bajo el poder de los Uribe, Colombia tiene 2900 sindicalistas asesinados desde 1985.

Y no se olvidó de nada en su trayectoria: integró la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, junto a Juan Ramón Aguirre Lanari, Gregorio Badeni, Alberto Bianchi, Guillermo Ledesma, Alberto Rodríguez Varela, ex ministro de Justicia de Videla, y Daniel Sabsay, que defendían a represores. Uno de los textos del grupo en el primer kirchnerismo, aseguraba que “en la última década se ha hecho una seria discriminación en detrimento de los hombres que llevaron a cabo la represión contra el terrorismo, quienes, aunque incurrieron en excesos y extralimitaciones inadmisibles, recibieron en todos los casos penas gravísimas”.

Funes y sus amigos, apelaban al hecho de que, si ellos contaban con poder, ¿quién se atrevía a demandar a un grupo de asesinos (sus acciones son llamadas excesos) de la represión? Si en la comunidad priman los valores y en la sociedad los contratos, para Funes todo consiste en aplicar el poder sin anestesia, como en 1976, y atravesar presunciones de derechos o subterfugios legales para imponer intereses y usuras. La democracia en su grupo de pertenencia es una presunción que impide la acumulación sin fin.

4 de noviembre de 2020

En los primeros días de noviembre, Copal, con la firma de Daniel Funes de Rioja, lanzó un comunicado contra el vano intento del gobierno de detener la escalada de precios de los formadores de precios. Es inconcebible que, a 44 años del inicio de la dictadura, uno de los esbirros de Martínez de Hoz continúe marcando precios de productos de primera necesidad en representación de las corporaciones que quebraron el marco constitucional del país. En COPAL, Funes sucedió a Jorge Zorreguieta, expulsado por el escándalo de su complicidad con la dictadura, que “Vasco” mantuvo su presidencia del Centro de Azucareros, designado por los Blaquier y colocó a su hija como reina de Holanda. Así, la línea de sucesión de Videla y Martínez de Hoz se mantiene en pie.

Los precios del desprecio

Ahora Funes de Rioja anuncia que los formadores de precios, la Copal, no quiere que se congelen precios máximos, casi una broma por estos días cuando hay solo máximo de precios. Sostuvo, de modo funesto, que “se va a matar a la gallina de los huevos de oro”. No es extraño escuchar en su boca la palabra matar y si hay gallina de los huevos de oro, es de ellos, los hombres de la avaricia. Y dio una orden al gobierno: “Vayamos a una política de normalización, sino vivimos de cepo en cepo y emergencia en emergencia”.

Montesquieu sostenía que “No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia”

En realidad, lo continuo son los aumentos que tienen solo la voz de los formadores de precios y las corporaciones. E insistió en definir la realidad como un campo de exterminio; “Matamos al mercado interno y externo”, preanunció sin detallar que el mercado interno solo les interesa si tienen a un protagonista excluido, callado: la sociedad. Y amenazó con el desabastecimiento, que implica esconder la producción como lo han hecho en otras ocasiones.

Funes, curiosamente, pertenece a un espacio cortesano de la desmemoria. Todos olvidan lo que significa su rol de cortesano corporativo que vive del Estado, subsidios, créditos que no se pagan (Vicentín) aumentos irrestrictos, ejercicio de la ley a voluntad como en la marcación de precios.

Advertía Napoleón que “La tiranía más insoportable es la tiranía de los subalternos”. Y este subalterno de Videla ejerce una suerte de dictadura personal corporativa en la desmemoria de los otros cortesanos del poder. Son ellos, por conocimiento de la acción del Estado en sus cauces secretos, los que logran sostener los poderes reales atravesando los calendarios.

Montesquieu sostenía que “No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia”.

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2 comentarios

  1. Mi primer trabajo en RRHH fue como empleado raso en la sede central de Loma Negra, allá por los años 70, cuando yo tenía 24 años. Este Funes (que debe tener mi edad) era un abogadito recién recibido que trabajaba en el Estudio Zaefferer Toro, asesores externos de la empresa de Alfredo Fortabat en esa época. Su posición ideológica ya era muy clara y entreguista, siempre haciendo comentarios gorilas y en contra del pueblo, a diferencia del otro abogado del mismo Estudio que venía cada tanto y que terminó siendo montonero. Me reservo el apellido.
    En una oportunidad me crucé con Funes en un curso de Derecho Laboral y le recordé que habíamos trabajado juntos en Loma Negra. Me lo negó rotundamente no aceptando su origen de pinche.
    Con el correr de los años me fui convenciendo que siempre fue una basura de persona, Lo sigue siendo hoy representando a sus patrones.

  2. Mira estas publinotas en este pasquín de 4ta.
    Increíble que haya gente que cree estas cosas. Aunque si no creyeran tendríamos un verdadero estado de Derecho y una economía sólida y confiable.
    Pero no, siguen votando a los «apóstoles» de la patriada que en definitiva se hacen ricos y le echan al a culpa al imperio. Este artículo (y le queda enorme la palabra) periodístico tiene todo lo que hay que tener para engañar, noticias falsas, acusaciones poco serias y sobretodo la construcción de un enemigo. Si los militares eran de ustedes muchachos, como Perón.
    Que ganas de seguir con esta discusión que el pueblo ya dejó atrás. Tanto hablar a la derecha que llevaron al pueblo argentino a una posición anarco capitalista. En estas no, pero en el 2027 agarrense.

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