
El jefe de la Unión Industrial añora la vuelta de Martínez de Hoz
Por Alejandro C. Tarruella
El titular de la UIA pidió eliminar las paritarias, y para las de 2015, propuso un techo del 20%, por debajo de la inflación. Dijo que «En el sector industrial no hay atraso en los salarios, es más, el sector industrial de la Argentina tiene las horas de trabajo más caras de la región», señaló y anticipó que «hoy un número puede arrancar entre 15 y 20 por ciento como máximo». Sostuvo luego que en «un país normal, sin la inflación actual, la discusión paritaria no sería un problema» y agregó que «Este es un mojón más en la historia de las relaciones laborales que en definitiva lo definirá el tiempo, pero de ninguna manera es accesible un aumento del 40%, por lo menos en el sector industrial», insistió en referencia a una estimación que hacen gremios que quieren perjudicar al gobierno. Son una minoría de organizaciones que apoyan al candidato Sergio Massa, que decae en la estimación del electorado e intentan instalar escenarios políticos inestables en medios de comunicación.
Méndez, con posible intención de provocar a la opinión pública, le dijo a Luis Novaresio en radio “La Red”, «Seguro nos van a sacar corriendo, pero nosotros también los vamos a sacar corriendo a los que vengan con un planteo de aumento de 43%». Se contradijo el jefe de la UIA al defender sin embargo, el planteo de Barrionuevo, Moyano y otros gremialistas, el reclamo de bajar el impuesto a las Ganancias. «No sé si es una actitud caprichosa, pero la verdad es que la Argentina está sujeto a una presión impositiva monumental, jamás conocida, donde estamos a niveles de países con alto desarrollo con una contrapartida de servicio de países con bajo desarrollo», afirmó.
En verdad, Argentina no es precisamente uno de los países de mayor presión impositiva. Sucede que, al derrumbarse el imaginario de la década de los ’90 donde las empresas evadían sin riesgo y lograban eliminar impuestos dentro de los criterios propios del neoliberalismo de indias que se aplicó, ganaron enormes diferencias económicas. Méndez continuó su prédica señalando que «Hay países donde se paga igual o más impuestos que nosotros pero el pueblo recibe realmente cosas; pero acá la gente la pasa mal, y el responsable debería ser el Estado», para remarcar de inmediato, que el último hospital inaugurado en la Ciudad de Buenos Aires, fue hace 50 años sin reparar que estaba criticando al gobierno de Mauricio Macri.
Neoliberalismo al palo
Al abordar la inflación, caballito de batalla de los nostálgicos del neoliberalismo, Méndez disparó: «Argentina no tiene una inflación de un país normal; nos toca bailar con la más fea, en un país donde la moneda se deteriora a toda velocidad y eso lógicamente hace que las paritarias sean siempre antipáticas». La antipatía hacia las paritarias es histórica por parte de empresarios neoliberales como Méndez. Añorar los años de la dictadura militar cuando las paritarias fueron prohibidas a sangre y fuego. Sin embargo, el sistema que el presidente Roosevelt impuso en los Estados Unidos en 1934 y creó el primer gobierno peronista de 1946 en Argentina, es un sistema generador de igualdad, que pone coto a las desmedidas exigencias de los sectores corporativos y afirma la democracia en términos económicos y sociales.
El juego entre empresarios de corte oligárquico como Méndez, que quieren una regresión a la Argentina del centenario (1910), y algunos sindicalistas que buscar agitar las aguas del país, consiste en que uno (Méndez) pida poco menos que eliminar las paritarias, y otro, como el Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación, cuyo jefe es Héctor Daer, pida un aumento de paritarias del 43 por ciento en la Capital Federal. Méndez sabe que no van a cerrar por esa cifra porque el sistema de Convenciones Colectivas de Trabajo, es una negociación y, en democracia, con Estado de Derecho. Esa instancia de trato, permite arribar a las partes interesada con el auxilio del Estado, a acuerdos razonables. Eso acaba de ocurrir con petroleros, docentes en provincia de Buenos Aires y Capital Federal, y otros gremios. Méndez tiene incluso, la libertad en la democracia inclusiva argentina, de expresar sus ideas reaccionarias y difundirla en los medios.
Randazzo y el proyecto nacional
El ministro Florencio Randazzo respondió a Méndez: “quien tiene un buen salario cuenta con mayores posibilidades de consumir, por lo tanto plantear congelar ingresos atentaría primero contra la dignidad de los trabajadores, pero también contra la propia industria nacional y el mercado interno”. Dijo que “Los argentinos tenemos que estar muy atentos en este año electoral frente a este tipo de deseos”, y adujo que “son una prueba concreta y contundente de que el poder económico intentará volver para atrás a través de sus candidatos presidenciales”. Randazzo explicitó el marco histórico de su posición: “quienes defendemos este proyecto político no estamos dispuestos a renunciar a las conquistas que han logrado los trabajadores en estos últimos años”, y mencionó “el salario mínimo vital y móvil y las paritarias”. Por eso, las Convenciones Colectivas de Trabajo, son necesarias. Por la democracia, por la economía, la salud, la cultura y la educación, entre otras.