El Cambio: Ahora les toca al Salario y al Empleo
Por Eva Sacco especial para Infobaires24.com.ar
Despidos de empleados públicos y persecución de activistas sociales. Una semana tensa donde el gobierno se esfuerza por resolver la principal debilidad de su programa económico: los Salarios y el Empleo.
La quinta semana de gobierno de Cambiemos fue muy movida: se continuó con los despidos masivos de empleados públicos, y entrando al fin de semana nos anoticiamos que se detuvo, tomó indagatoria y hasta el momento de cierre de este artículo continuaba detenida la activista social jujeña Milagro Sala.
Es reconocido habitualmente, tanto en círculos económicos como no económicos, que los precios se fijan por oferta y demanda. El salario es un precio más y cuando hay desempleo debería ajustar a la baja porque los desocupados deciden ofrecer su mano de obra por una remuneración menor, regresando al pleno empleo. La existencia de sindicatos es la que genera la posición de desempleo crónico y persistente; ya que hay un grupo de trabajadores organizados que exigen un salario más alto del que deberían y que no permiten el ajuste automático del mercado. Si el Estado enmascara la realidad creando empleo público y apuntalando a la demanda -por ejemplo, brindando subsidios de desempleo, o los conocidos planes sociales- se genera una situación anormal que deriva en la ineficiencia del sistema económico. El sector privado es el motor de la economía y está inhibido por el Estado y los sindicatos.
La concepción expuesta acerca del empleo, el Estado y el funcionamiento de la economía se cristaliza en los dichos de la Vicepresidenta Gabriela Michetti “El Estado no es una bolsa de trabajo” o del Ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay “No vamos a dejar la grasa militante, vamos a contratar gente idónea y eliminar ñoquis”. Como nos estamos acostumbrandos los políticos de Cambiemos desviaron el foco de atención, concentrando el asunto en la idoneidad, la militancia o el cumplimiento de labores de los trabajadores.
La concepción expuesta acerca del empleo, el Estado y el funcionamiento de la economía se cristaliza en los dichos de la Vicepresidenta Gabriela Michetti “El Estado no es una bolsa de trabajo”
Lamentablemente muchos opositores también cayeron en la trampa, concentrando las energías en discutir y refutar la existencia de ñoquis en el Estado. El eje central consiste justamente en que pretenden crear un ejército de desempleados que presione la baja del salario real y paralelamente procurar un clima de persecución capaz de moderar los reclamos salariales, la conflictividad y demandas sociales. El despido de militantes (o supuestos militantes) opositores y la persecución y encarcelamiento de Sala deben ser interpretados en este contexto.
Los políticos de Cambiemos desviaron el foco de atención, concentrando el asunto en la idoneidad, la militancia o el cumplimiento de labores de los trabajadores.
Sin embargo, no habría razones para pensar que una baja en el salario conlleva un aumento en el empleo. Más bien genera una caída en el consumo y en la producción -y por lo tanto en la inversión- llevando la economía al estancamiento. Es extraño pensar que una economía estancada genere puestos de trabajo. Entonces, ¿cómo se determinan los salarios si es que no es por oferta y demanda?. En línea con la Economía Política podemos indicar que dependen de dos factores estructurantes: en primer lugar, el salario de subsistencia dado por una canasta de consumo, y luego por las características históricas e institucionales propias de cada nación, dentro de las cuales se cuenta el grado de densidad sindical.
Es extraño pensar que una economía estancada genere puestos de trabajo
En definitiva, la posición contractual de los trabajadores respecto a los empresarios, es decir, la capacidad de organización sindical, lo cual se logra con un marco institucional adecuado e historia sindical. El incremento de los salarios tiene dos efectos sobre la economía. El primero es que genera una mayor apropiación de la renta por parte de los trabajadores, y el segundo es que tiene un efecto multiplicador sobre toda la economía porque los trabajadores constituyen una parte fundamental de la demanda total.
Si un gobierno pretende sostener una creciente apropiación de la torta por parte de los trabajadores e incentivar positivamente a los sectores que abastecen a la demanda interna, debe disminuir la tasa de desempleo, sostener e impulsar la sindicalización y la densidad sindical; y visibilizar las demandas sociales. Si por el contrario el gobierno apoya a los sectores exportadores -cuya demanda no depende de factores internos- para los cuales el salario es solamente un costo que compite por la distribución de la torta, las medidas que impulsará serán exactamente opuestas.
