Complicaciones para el Frente Renovador

Fue la concejal Cristina Ibarra, ligada políticamente al Sindicato de Trabajadores Municipales de Morón, la que quebró el bloque que responde a Sergio Massa. La noticia fue tratada en la intimidad del massismo con preocupación, y la información que recorrió una mesa larga, decía que Martín Marinucci, conductor del colectivo en esa localidad, fue quien se enfrentó a Ibarra en los días previos a la ruptura.

Para el massimo el tema es grave, porque implica perder paulatinamente un bastión muy importante del conurbano, metido en estos días en la polémica por el intento de desguazar el distrito político de La Matanza. Cristina Ibarra es un número fuerte en Morón: se encarga de la secretaría de la Mujer del Sindicato de Trabajadores Municipales que conduce Pablo Salvo, un referente decisivo del espacio en ese partido.

La mujer señaló a los medios que hay diferencias en las ideas de conducción y que lo resolvió pacíficamente con Marunicci. El referente, evidentemente, vio que el campo estaba minado y que no había vuelta atrás: no quiso enturbiar aún más las aguas tumultuosas del conflicto. La propia Ibarra confirmó que el cambio se dio sin bombos ni redoblantes.

Si algo le faltaba al episodio es el hecho de que el nuevo bloque que conducirá la concejal se llame Frente Renovador del Sindicato de Trabajadores Municipales, integrado únicamente por ella. “Es más nombre que número”, dijeron con sorna en el Concejo Deliberante de Morón y la respuesta bien pudo ser que, sin embargo, ese título más que nombre es un presagio.

El Frente Renovador massista mantiene seis bancas, en tanto Cambiemos y el Frente para la Victoria suman ocho y se completa el Concejo con Favio Martínez, del Partido Socialista, de tinte progresista sumido en el “deber ser” positivista de cierta franja media de la sociedad.

Las encuestas no quieren

 El massismo observa en estos días un segundo frente de difícil resolución: el de las encuestas. Es sabido que Sergio las sigue con cierto tono obsesivo. En este caso, fue Hugo Haime quien dio a conocer una compulsa en la que Cristina Fernández de Kirchner expresa en números una adhesión mejor en filas peronistas.

La ex presidenta ha venido creciendo en términos relativos desde el mes de junio, a medida en que las cosas se tornaban más complicadas para los gobiernos nacional y provincial.

Massa cuenta, al mismo tiempo, con otros números que lo sitúan en una posición mejor. En su mira está tomar distancia del Gobierno para apuntalar mejor sus perspectivas hacia las legislativas de 2017. Para eso, necesita mayor compromiso de los intendentes; pero con algunos tiene diferencias por la ley que recorta la posibilidad de las reelecciones. Y aún queda por tratar la reforma política en el Congreso nacional, donde nuevamente, las diferencias pueden alejar a Sergio Massa de varios capitostes del conurbano que no quieren saber nada de boletas electrónicas o mandatos recortados.

En este cuadro de situación, Morón puede ser la muestra de una rebelión que podría extenderse. Por lo pronto, en momentos en que el joven diputado descubre que debe alejarse de Mauricio y Cambiemos, tal vez cuente con mayores argumentos para sortear esta instancia. Pero tiene un segundo inconveniente: saber que ofrecen otras instancias del peronismo que no avalaron el recorte al mandato de los intendentes y que, en el “palo”, están mucho más adentro que Massa. Es decir: se plantea con rigor, un problema de pertenencia que implica identidad.