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¿Comenzó el ocaso de Macri?: El movimiento obrero sale a las calles, encuestas en baja y escándalos de corrupción que no puede ocultar

Por Maximiliano Borches. El empresario-presidente Mauricio Macri, atraviesa una de las peores semanas -sino la peor- desde que asumió su cargo en diciembre del 2015. Este miércoles deberá enfrentar una concentración del movimiento obrero organizado y los movimientos sociales contra sus políticas económicas, que a todas será multitudinaria. Además, se conoció una encuesta de la Consultora Analogías, que arroja que el 57% no aprueba su gestión. De a poco se va destejiendo el manto de impunidad que cubre a sus funcionarios millonarios que mantienen oscuras cuentas en el exterior. El subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan tuvo que renunciar luego de que se conociera públicamente que ocultaba 1.2 millones de dólares en Andorra. Por ahora, sostiene a sus funcionarios más complicados: Jorge Triaca (h), titular de la cartera laboral, y el ministro de Finanzas, Luis Caputo, quien deberá explicar como en dos años de gobierno macrista creció un 35% el patrimonio de su «ex» empresa Noctua, con la que aún mantiene contacto.

Luego de la victoria pírrica que obtuvo en las elecciones de medio término del año pasado, el empresario-presidente Mauricio Macri comenzó a dilapidar su capital político. Primero, luego de la maniobra concertada con algunos gobernadores que le posibilitó conseguir en el Congreso la reforma previsional: una ley que en los hechos convalida un verdadero robo a los bolsillos de jubilados, ya que sólo en este año ANSES no transferirá $100 millones en conceptos de haberes y cobertura, por la sustitución  de la ley de moratoria previsional por la ley que se aplica hoy día, además del alto costo político que tuvo que pagar por la brutal represión de aquel 18 de diciembre.

Segundo, por los depredadores tarifazos contra los bolsillos populares, que impactan directamente en los costos del transporte público, las tarifas de luz, agua, gas, combustibles, celulares, útiles escolares y la peor de sus repercusiones: el encarecimiento bestial en el precio de la comida, que comenzó a aplicar desde febrero y que tendrá su pico de mayor tensión en junio próximo.

La puesta en marcha de esta segunda etapa del ajuste, en la que además se le suman decenas de despidos todos los días en distintas PyMes, fábricas y organismos públicos pertenecientes a los estados nacional, provinciales y municipales de todo el país -sólo en enero hubo 6.639 despidos y suspensiones; 3.878 trabajadores estatales y 2.761 del ámbito privado, según un informe elabora por el CEPA-, sólo es posible llevar a cabo con una fuerte represión. Sin embargo, la respuesta a esta ofensiva contra los intereses populares comienzan a brotar en las calles

Este miércoles, el gobierno nacional deberá enfrentar una movilización que se descarta será multitudinaria, a desarrollarse en el cruce de las esquinas de las avenidas 9 de Julio y Belgrano, desde las 12hs. Convocada originalmente por el sindicato de Camioneros, en defensa de los puestos de trabajo de su sector y de sus convenios colectivos de trabajo, de inmediato se transformó en un acto obrero contra las políticas de ajustes y precarización laboral del macrismo.

Por este motivo, los sindicatos nucleados en la Corriente Federal de Trabajadores-CGT, otros varios gremios de la CGT, las dos CTA y los movimientos sociales como CTEP, Barrios de Pie, CCC y Frente Milagro Sala, convergirán en montón, para generar una jornada que sin dudas marcará un antes y un después, en la relación del gobierno nacional con las organizaciones libres del pueblo.

En este sentido, desde hace semanas, el macrismo intentó «encapsular» esta movilización obrera, presentándola mediáticamente como una especia de disputa «personal» entre Hugo Moyano y Mauricio Macri. Sin embargo, la realidad  se convierte una vez más en la única verdad, y el emergente social que vuelve a las calles para llevar a cabo de manera pacífica y organizada su protesta contra un sistema económico perverso, que sólo alimenta las arcas de los más ricos en detrimento de la clase media y los más pobres, se convertirá en el protagonista de una nueva etapa política en el país, que arrancará el día 22 de febrero.

El 2018 es la antesala de las elecciones presidenciales del año próximo. En los meses que se sucederán, masivas movilizaciones junto a otras acciones directas como paros, tomas de fábricas y establecimiento públicos, marcarán un año de alto voltaje político, en el que comenzará a definirse de cara a los próximos lustros, que país dejaremos para la posteridad. Uno, con un serio y consecuente proyecto de inclusión social y desarrollo de las fuerzas productivas nacionales, con un amplio mercado interno y exportaciones de bienes y servicio con valor agregado, u otro de economía primarizada, en el que sobra por lo menos, la mitad de la actual población nacional, tal como pretende imponer a fuerza de bastonazos, balas de goma -y en algunos casos de plomo- el gobierno de la Alianza Cambiemos.

Ver: 

Nota 1

Macri, de mal en peor: una encuesta marca que el 57% desaprueba su gestión

NOTA 2:

CORRUPCION DE “Guante Blanco”: La ex empresa de Caputo creció 35% con Macri

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