Alejandro Tarruella: La operación De Vido no tapa la inflación en alza
Fuentes del gobierno bonaerense señalaban al término de la reunión de gabinete que encabezó Mauricio Macri, que María Eugenia Vidal pidió con elocuencia no habitual, que paren la escalada del dólar. La relación especulación financiera, dólar, usura (que incide en créditos hipotecarios, la danza de créditos personales e incluso ahora, de modo ilegal, se aplica en AUH). La gobernadora bonaerense, sabe que el dólar dispara la inflación y si Macri mandó a Hernán Lombardi, al terminar la reuniòn de gabinete a expresar que “el dólar no preocupa al gobierno”, no le cree. El propio titular del Banco Central (recuérdese que fue uno de los funcionarios de Cavallo cuando se derrumbó el gobierno de de la Rúa), reconoció la escalada inflacionaria. Tal vez por eso, en la intimidad, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, estima que hay un “bache” discursivo oficial que perjudica la campaña de Cambiemos.
La presión de Vidal para que “se dejen de joder” con el dólar, deja ver que el gobierno no puede sostener una negación de la línea del “gobierno para ricos”, como lo califican líderes kirchneristas y otros, y al mismo tiempo, en campaña, abrirse a un juego presuntamente mágico donde el amor y la esperanza puedan superar a la realidad. En ese clima, mientras la CGT anuncia su encuentro de unidad para el viernes 28 en Ferro Carril Oeste, Pablo Moyano salió a calentar los ánimos: “A Macri hay que hacerle un paro”, expuso con crudeza y agregó:«va por nosotros, porque ama a los empresarios y desprecia a los trabajadores”. En Ferro habrá que ver si sostiene lo que dijo a Infobae o, aleccionado por papá, tiende a callar.
Tal vez por eso, en la intimidad, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, estima que hay un “bache” discursivo oficial que perjudica la campaña de Cambiemos.
De Vido: humo a los piratas
Vidal es sensible a lo que ocurre en la calle, cosa que dista de Peña, Dujovne, y otros funcionarios macristas. Por eso, una vez que leyó encuestas que en Mar del Plata indican que “la tortilla se dio vuelta”, y Cristina gana en la intención de voto, salió a gritar al gabinete porque la economía de esa ciudad sufre en vacaciones de invierno la falta de turistas. No es ajeno al clima que vive el gobierno, el debate en comisión en Diputados, que adelanta el posible voto negativo para el intento de despojar a Julio De Vido de su banca. Basados en Durán Barba, muchos funcionarios conciben que hacer política es embocar títulos en los medios, lo cual funcionó en el inicio de Macri y se fue desgastando entre errores y acumulación de ganancias.
Trascendió que en la reunión de gabinete del martes, hubo fricciones y el ministro de economía, Nicolás Dujovne, perdió puntos cuando salía otra vez a vender humo a los piratas. La habría dicho a Macri: “Mauricio, la suba del dólar no tendrá efecto inflacionario”. Los rostros de los ministros y vices, eran la imagen de la desolación. Y deslizó a Sturzenegger: “Federico, si queremos ganar las elecciones tenemos que sacar al dólar de los medios. No es lógico que tengamos que pagar los costos de algo que es 100% político”.
Se dijo también que “la volatilidad crece por la campaña”, lo cual, es un absurdo, el dólar salta por incidencia de Vidal, Carrió, la Coneja Baldassi o Esteban Bullrich. Eso equivaldría a convertir un manejo económico financiero ligado al endeudamiento y el debilitamiento general de la economía, en un asunto de candidatos y actos. Rogelio Frigerio no les creyó y le pidió expresamente a Sturzenegger que pare el alza del dólar. Ante lo cual, Dujovne salió a poner paños fríos con una consigna: «Tenemos que dar una señal de tranquilidad si queremos ganar las elecciones«. Un recuerdo: a fines de junio, Dujovne salió de medios y afirmó, total una declaración no se le niega a nadie, que el dólar «ya no es una preocupación para las familias» y agregó con falsa euforia: «ha salido de la tapa de los diarios«.
a fines de junio, Dujovne salió de medios y afirmó, total una declaración no se le niega a nadie, que el dólar «ya no es una preocupación para las familias» y agregó con falsa euforia: «ha salido de la tapa de los diarios«
Dujovne viene cayendo en la apreciación general de los funcionarios pero eso no es un dato que le haga perder el pelo al Presidente. Recordemos otra vez la decadencia de De la Rúa, y el clamor de éxito de sus funcionarios. Algunos asesores, disgustados ante el clima que se vive en esas instancias de análisis y la vida en general, admiten ahora que «No hay estrategias de comunicación interna, ninguna” en el gobierno.
Este estado de cosas, hace que el fracaso de agitar el caso De Vido, porque los votos no le alcanzan al gobierno para echarlo de la cámara, pueda ser una viva imagen del momento polìtico de Cambiemos. Ocurre que desde el gobierno, con su espada más densa, Lilita Carrió, pusieron mucho sobre la ocurrencia de ganar voluntades para expulsarlo. Reventaron el caso en la pantalla de los medios y ahora deben rebobinar porque la medida que utilizaron era falsa. Si De Vido sigue en carrera con su banca, expresará el fracaso político de la pretendida estigmatización del macrismo sobre el kirchnerismo. Así, la sensación de Esteban Bullrich quien cree que “la mayoría va a seguir acompañando al cambio”, no parece expresar una certeza.
Como en una oferta callejera, por si eso fuera poco, por resolución de la Sala I de la Cámara Federal (jueces Eduardo Freiler y Jorge Ballestero), podría salir en libertad el contador de la familia Kirchner, Víctor Manzanares. Lo cual, unido al caso De Vido, daría lugar a dos triunfos notables en favor de la estrategia de la ex Presidenta. A su vez, echaría por tierra la intención de Claudio Bonadío, el juez que propicia la campaña de Cambiemos, al borde de la desesperación, que estaría en las puertas de ser apartado de la causa. En breve, Manzanares pediría que se lo libere y abrirán el juego.
Lombardi explicó que lo que están haciendo con el dólar es fortalecer “el régimen de flotación” pero no expuso ante la prensa cuántos náufragos podrían llegar a la costa en el cambio de cultura que agita. Lombardi es un todo terreno sin gravitación sobre la opinión pública, capaz de decir cualquier cosa a cualquiera con el fin de rellenar un bache. Y el bache de Cambiemos y el gobierno es profundo, desgastante y quizás, final.