“Debemos ver sus potencialidades y no sus dificultades”
Mercedes, afiliada a IOMA y mamá de Fausto -paciente bajo Programa TGD-, cuenta la experiencia de su hijo. Fausto tiene 23 años y cursa diseño multimedial en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. También estudia piano. Hace más de veinte años “era un bebé que no respondía a los estímulos. Era muy tranquilo, diferente los hermanos” recuerda Mercedes, su mamá. “En un principio le hicieron una evaluación auditiva y dijeron que era sordo. Después hicimos distintos estudios hasta que la prueba psiquiátrica determinó que tenía autismo”.
“Con el Programa TGD posibilitamos que niñas y niños puedan acceder a las distintas prestaciones de un modo simple y ágil” señala el presidente del IOMA Antonio La Scaleia. En ese sentido destaca que al garantizar las coberturas “fomentamos una mirada integral, un abordaje que incluye a la familia al equipo interdisciplinario y a toda la obra social”.
Con el diagnóstico preciso Mercedes y Fausto empezaron un nuevo recorrido.
“En casa Fausto está mucho más independiente, tiene que ver con su crecimiento” dice Mercedes. Además destaca que en este proceso “es fundamental el acompañamiento de IOMA, de una obra social que brinda las prestaciones y el apoyo necesario. La idea es que Fausto pueda ser lo más independiente y autónomo posible. Lo importante es no ser autistas nosotros, los padres, no quedarnos enredados en un montón de prejuicios. Cada chico tiene sus momentos, sus tiempos. Tenemos que respetarlos y acompañarlos”. Con la cobertura de IOMA Fausto tiene 3 acompañantes terapéuticos. Ezequiel Santillán es uno de ellos. “El trabajo del acompañante terapéutico es importantísimo porque es el que está más con la persona. Es quien le lleva información muy rica al equipo”.
Por su parte La Scaleia destaca la labor que lleva adelante el equipo del IOMA encargado del Programa. Además puntualiza: “los pacientes con TGD evolucionan en forma significativa cuando se les brinda el apoyo específico e integral en el momento oportuno. Por eso en IOMA creamos el Programa, para dar respuesta a casos como los de Fausto, donde la atención interdisciplinaria se traduce en mejoras sustanciales en la calidad de vida”.
El autismo se manifiesta a través de dificultades en la comunicación verbal y gestual, alteraciones en la interacción social y un repertorio acotado de actividades e intereses. Ello sumado a patrones repetitivos de conducta. Si el paciente recibe un tratamiento interdisciplinario puede mejorarse notablemente la calidad de vida. Los tratamientos se orientan además a lograr la inclusión y evitar el aislamiento. Con el firme compromiso de fortalecer el sistema solidario de salud el IOMA lleva adelante el Programa Trastorno Generalizado del Desarrollo primera iniciativa de este tipo en Latinoamérica.
A través de estas políticas IOMA brinda atención a pacientes con TGD (denominación que comprende al autismo, síndrome de RETT, síndrome de Asperger y TGD no especificado) en el domicilio o en un Centro Educativo Terapéutico. Esto significa que los pacientes acceden en forma simple y unificada a atención psicológica, fonoaudiología, psicopedagogía, terapia ocupacional, psicomotricidad, musicoterapia, acompañante terapéutico, apoyo a la integración escolar y supervisión y coordinación a cargo de psiquiatras, neurólogos y psicólogos.
En ese sentido, el psiquiatra infanto juvenil Christian Plebst señala que son los pediatras los quienes tienen la capacidad de identificar a estos niños lo más pronto posible. Esto resulta clave ya que es fundamental obtener un diagnóstico temprano para dar inicio al tratamiento.
